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tras varias catas, se cimentó sin el seguimiento

Ecos de El Progreso en Elche: unas obras sin seguimiento arqueológico acaban en manos de Cultura

17/03/2024 - 

ELCHE. La parálisis del caso de Nuevos Riegos El Progreso, ahora en manos de Cultura y Consistorio, a quien no gusta la solución propuesta con el mantenimiento de la fachada en su ubicación actual, llegó tras una suspensión in extremis de Cultura. Y con una sentencia posterior en la que se advertía, como había hecho previamente la Generalitat, que las obras no habían contado con la previa excavación arqueológica. Ahora vuelve a darse una situación similar... en la calle trasera, Empedrat, precisamente donde está la otra fachada neoárabe de El Progreso, que sí estaba protegida. En el número 15 de la calle hay un solar cuyas obras están ahora en una situación idéntica.

En retrospectiva, el asunto viene desde finales de 2020. Como contó este diario entonces, la mercantil Promodiez-2020 había solicitado licencia de demolición para construir un edificio de cuatro plantas en el mencionado solar, con cuatro viviendas y local comercial. Procedían catas previas, como confirmaron desde Urbanismo entonces al ser cuestionados por la situación, máxime con la sentencia del TSJ tan solo un mes antes. Parecía un caso similar. Y cuatro años después, hay bastantes puntos en común, pues el arqueólogo municipal advirtió de que no se estaba realizando el seguimiento que había pedido, la propiedad alegó, con el trámite de audiencia otorgado por el Consistorio, y finalmente el caso se ha derivado a la Generalitat para que decida cómo proceder.

El arqueólogo pide ampliar las catas por posibles restos de valor

Según la documentación a la que ha tenido acceso este diario, los trabajos de cimentación del edificio dieron comienzo conforme al proyecto de obras, pero según el arqueólogo municipal, "se han realizado sin el preceptivo seguimiento arqueológico". En la secuencia de los hechos, la Dirección Territorial de Alicante autorizó un sondeo arqueológico en octubre de 2020 ante la posibilidad de restos, ya que la ubicación está en una de las Áreas de Vigilancia Arqueológica (AVA-2 Raval-Salvador). El 12 de enero de 2022 empieza este y el día 17 dan resultado positivo tras el sondeo que abarca aproximadamente el 25% de la superficie del solar. Al mes siguiente el arqueólogo pide ampliar la prospección por el valor de los restos, que podrían estar en una horquilla temporal de entre época almohade y mitad del siglo XX. Tras su informe, en marzo los servicios territoriales de Cultura instan a excavar todo el solar, con los márgenes de seguridad oportunos, para documentar y recuperar los bienes hallados.

En mayo de ese año se realiza durante unos días esa cata en el solar y según el informe se documentan restos muebles e inmuebles "que nos han permitido averiguar, en la medida de lo posible, la evolución de la ocupación histórica de este espacio concreto extramuros de lo que fue la medina ilicitana, a escasos 70 metros al Sureste de la línea de muralla, al menos desde época almohade hasta la actualidad; si bien es cierto que las características de la actuación desarrollada, sólo nos permiten interpretar las estructuras halladas de manera escueta". 

Así, se documentan cinco fases distintas de ocupación que arrancan en época almohade (segunda mitad del siglo XII y la primera del XIII –equivalente a la Fase 1D del Mercado Central), restos arquitectónicos de época bajomedieval (segunda mitad del siglo XIII-XV), los restos de una vivienda que formaría parte de la manzana que muestra el plano de M. F. Porras del siglo XVIII; y por último la existencia de un edificio que reemplazaría parte de las estructuras de la edificación anterior y que perduraría hasta 1940.

Autorización de las obras y paralización cautelar 

Posteriormente, el 1 de julio de 2022 la Dirección Territorial resuelve autorizar las obras conforme a la Ley de Patrimonio Valenciano, resaltando que la licencia de obras está condicionada al seguimiento arqueológico de la ejecución de las cimentaciones del edificio de nueva planta, con el fin de documentar y recuperar los bienes de naturaleza arqueológica existentes en el mismo. Y es este punto sobre el que llama la atención el arqueólogo municipal en un informe de finales de 2023, destacando que "se hace constar que las obras de cimentación del edificio se han realizado sin el preceptivo seguimiento arqueológico", lo que desliza podría ser una infracción grave de la ley autonómica. Derivado de la situación, se propuso la paralización cautelar de las obras, cuestión aún vigente, a la espera de que se determine la afección de las mismas al patrimonio arqueológico.

Trámite de audiencia de Urbanismo

Un mes después, en diciembre de 2023, el concejal de Urbanismo concede un trámite de audiencia a la promotora para que justifique las actuaciones, toda vez que el arqueólogo inquiere que se ha realizado la cimentación sin el seguimiento arqueológico preceptivo. Lo que impide calibrar los restos del solar. Después de las alegaciones en ese trámite, donde la propiedad habría reconocido que no se hizo tal seguimiento, fuentes conocedoras de la situación señalan que el expediente se ha derivado a la conselleria de Cultura para que decida cómo actuar. Tendrá que dirimir acerca de la posible infracción según el arqueólogo, o si cree conveniente otro tipo de intervenciones como quitar la cimentación. 

Paralelamente, en enero ya de este 2024, los arqueólogos que estuvieron en las primeras catas que finalizaron en mayo de 2020, de Alebus, indican que en la primera fase "se realizó un sondeo con resultado positivo en lo que al hallazgo de restos arqueológicos se refiere, ampliando la superficie de trabajo para caracterizarlos de forma adecuada, dejando la correspondiente distancia de seguridad con las medianeras y con la acera recayente a la calle Empedrat".

Consideran que en la intervención se pudo documentar de manera suficiente el registro arqueológico descubierto en el solar que, "como viene siendo habitual en las zonas extramuros de la ciudad ilicitana, está constituido por una construcción inicial fechada en época bajomedieval (construida sobre niveles de preparación de época islámica), reaprovechada y modificada en época moderna y contemporánea". Asimismo, confirman que no se llevó a cabo actuación arqueológica alguna en el perímetro de seguridad —como pedían los servicios territoriales—, "lo cual es frecuente en este tipo de actuaciones, aunque es muy probable que en esta área se encontrase la continuación de las construcciones descubiertas en la zona intervenida". 

Y que en este perímetro se realizó la excavación de las cimentaciones de la nueva edificación sin control arqueológico. Apuntan que es imposible evaluar la posible afección de esta actuación sobre los restos arqueológicos que se pudiesen extender por esta zona, "pero hemos de tener en cuenta, según la información aportada por la dirección facultativa de la obra, que esta excavación sólo afectó a los primeros 50 cm de relleno y que, según esta fuente, el perímetro se encontraba altamente afectado por filtraciones de hormigón derivadas de la construcción de los edificios colindantes". Así pues, un enredo más en el aspecto urbanístico ilicitano y los restos arqueológicos, protagonistas habituales muy en la superficie del casco histórico. La pelota, ahora, en el tejado autonómico... Otra vez.

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