ELCHE. De nuevo con el logo de Ciudadanos, también nuevo. Así se ha presentado este viernes en su comparecencia el edil Eduardo García-Ontiveros después de que por sorpresa el partido haya decidido revisar su situación y readmitirlo como afiliado. Un hecho que le devuelve el acta del partido naranja, después de haber pasado el grueso de la legislatura como no adscrito. Todo a tres meses de los comicios, ya que el partido, en proceso de 'refundación', pretende presentar lista en Elche y ha exigido que se le restituyan los derechos obtenidos con los resultados electorales de 2019, cuando fue cabeza de lista. Ahora se dirime una de las cuestiones, quién será el o la portavoz ya que vuelven a ser un grupo municipal. Deja la pelota en el tejado de la actual concejal de Cs, Eva Crisol.
Una situación, la de la portavocía, que no es menor ya que supone ser el líder y cara visible del partido a nivel local, además de más emolumentos extra aparte de las retribuciones por ser concejal. Este viernes a las 13:30 tiene lugar una Junta de Portavoces en la que se espera aclarar la situación, ya que de un lado está Eva Crisol, actual portavoz por ser la única concejal del partido en la corporación, y de otro, la Ejecutiva nacional de Ciudadanos exige que sea el recién readmitido concejal, ya que era él el candidato y cabeza de lista en 2019, hasta su expulsión. Como trasladaba el Secretario a Crisol este jueves, y como ha señalado también el portavoz de la Junta de Gobierno, Héctor Díez, el reglamento de la administración local recuerda que prevalecen las firmas de los ediles (en tanto que las actas de representación son individuales) a la hora de escoger portavoz, frente a la postura del partido.
Ya ocurrió en 2019 cuando dimitió Mercedes Alonso, Pablo Ruz obtuvo tuvo que conseguir todas las firmas de los concejales del PP para erigirse como portavoz del grupo municipal, negociando con los ediles que eran de la confianza de Alonso. Esta situación es la misma: hacen falta las firmas de los dos ediles para que haya consenso, en este caso, para un hipotético caso de portavoz. Ciudadanos estatal quiere que sea García Ontiveros, pero este jueves Crisol respondía taxativamente que la portavoz es ella. Por eso desde el equipo de gobierno se pedía este viernes "discreción" con esta gestión y que eviten una posible polémica o "problema que se traslade a toda la corporación".
No obstante, aunque García-Ontiveros está obviamente alineado con el partido y su voluntad de que sea el portavoz, tampoco ha querido entrar en polémica sobre el puesto ni transmitir que lo pelearía a toda costa. Aunque sí ha dejado la puntilla de que si su de nuevo compañera, Eva Crisol "está dispuesta a desobedcer las directrices del partido" —según Díez, esa situación podría tener consecuencias—, aunque también ha apuntado a que no tendría inconveniente en compartir filas de nuevo hasta los comicios "si está dispuesta a defender los valores de Ciudadanos, de centro y liberal, y no ser muleta del partido de la gente de bien (en referencia al PP)".
Por ahora, aún no han hablado ambos, el primer contacto será en esta Junta de Portavoces, aunque según Ontiveros, la directiva nueva del partido a nivel nacional le trasladó a la concejal este jueves la actual situación con la entrada del edil. Otra cuestión es la de las retribuciones, Crisol solicitó en 2020 la dedicación exclusiva siendo la única edil de Cs; cuando estaban los dos tenían una y media que se repartieron equitativamente.
Unas declaraciones, las de si Crisol desea continuar, que vienen también a colación del "periodo de reflexión" en el que la concejal ha mentado que se encuentra estos meses recientes. Sin aclarar si agotará el mandato con normalidad, como edil de Cs, o si entregará el acta antes, pues mucho se ha especulado sobre posibles ofrecimientos del PP que ella niega y que hasta ahora de hecho no se han materializado en nada. Aunque esta nueva situación, después de la expulsión de Ontiveros en 2019, tras su suspensión de militancia, puede cambiar el panorama. Pocas certezas hay más allá del pleno del lunes, donde Cs volverá a tener dos ediles, y tendrán que descartar una de las tres mociones que se habían presentado, las dos de Crisol y la del no adscrito.
Por parte de Ciudadanos la idea es presentar candidatura en Elche para los comicios de mayo y el Comité autonómico, que se reúne este lunes, debe tomar una decisión rápida sobre posibles candidatos los próximos días, toda vez que el resto de ciudades y provincias ya tienen cabeza de lista naranja. El concejal no esconde que estará donde el partido le pida, es decir, repetir como candidato si así se decide: "No me he movido ni un ápice ni un milímetro de mi posición desde la legislatura". También reconoce que el partido está en una situación pésima "y tendrá que lucharlo si quiere una candidatura, quien la lidere tendrá la labor de impulsarlo". El entorno del equipo que se fue tras su cese no ha manifestado por ahora que vaya a volver.
En lo personal, el concejal siente que con esta restitución ha sido "resarcido" de su honor, lo que atribuye a una decisión unilateral del partido. Y defiende una vez más que a colación de su suspensión y cese, asegura que "cumplí con el código ético y de las opciones que había para el cargo de confianza escogí por méritos", en referencia a Irene Ripoll, periodista y entonces número 3 de la lista. Sí ha aprovechado para señalar que la situación fue "kafkiana", y ha lamentado de nuevo que la dirección del partido entonces se posicionara con los Crisol, que preferían como cargo de confianza a quien actualmente lo ostenta, Paz Gallud (de hecho, se le nombró como asesora un mes antes de las elecciones de 2019), de quien Ontiveros ha recriminado que "no tiene estudios ni méritos y era amiga de Crisol". Un tono que muestra el enfrentamiento agrio de aquellos días entre dos facciones del partido.
Sin embargo, aún queda una situación 'kafkiana' más, y es que García-Ontiveros, que recurrió un fallo judicial le diera la razón al partido por su expulsión, no lo va a retirar. "El partido está enterado de la situación", y no ha desvelado qué va a hacer. De momento no ha señalado que lo vaya a retirar, a pesar de que la formación le haya devuelto la militancia. Señala que esta vía ya es "papel mojado" y que el recurso decaerá. Un Juzgado de Primera Instancia de Elche falló a favor del partido, que siempre mantuvo que el concejal y entonces portavoz actuó de forma unilateral al nombrar a Ripoll como cargo de confianza. Desestimó íntegramente su demanda contra el partido por vulneración de derechos, condenándole a las costas del procedimiento y rechazando los 6.000 euros que pedía como indemnización. Una actuación "unilateral" según el Juzgado, que recordó que el nombramiento del cargo de confianza era competencia del grupo municipal y no del portavoz, y al no haber consenso (en este caso, con la otra edil, Eva Crisol), ello suponía una infracción muy grave.
García-Ontiveros elevó al partido las propuestas de Miguel Molina y Ripoll, y más tarde la de Paz Gallud a propuesta de Crisol. La edil y el responsable de Acción Institucional recordaron al entonces portavoz que la designación debía realizarse con consenso de los concejales del grupo municipal, pero Ontiveros se decantó por el currículo de Ripoll, al entender que tenía más méritos. Finalmente, decidió Acción Institucional, que se decantó por la opción de Crisol, Paz Gallud. Y con ello se dio inicio al expediente que acabó con su expulsión. Qué ha cambiado ahora, según García-Ontiveros que el partido se está renovando y ya no están los dirigentes que adoptaron esas decisiones. Aunque según el edil, el juzgado no adjuntó en las pruebas unos correos en los que avisaba que llegarían más candidatos para el cargo. En cualquier caso, no hubo consenso entonces, y de facto, mantiene aún un recurso en el juzgado contra su partido, y no lo ha retirado. Todo digno de un libro de Kafka.