ALICANTE. Ciudad de la Luz ya no existe. La sociedad pública que creó el Consell para construir y explotar los antiguos estudios de cine ha sido extinguida, tal como publica el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de Alicante esta semana, una vez traspasado su activo y su pasivo a su sociedad dominante, la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) que dirige Antonio Rodes. Una operación que plasma en el plano formal la 'dación en pago' a la que se comprometió el Consell ante Bruselas para evitar liquidarla y vender las instalaciones, tras dos subastas desiertas.
El Borme publica este jueves el cese del consejo de administración que presidía Pilar Pérez Solano, y del que Rodes era consejero delegado. Asimismo, la inscripción incluye la cesión global de activo y pasivo, con Proyectos Temáticos como beneficiaria de dicha cesión, y la extinción voluntaria, sin liquidación, de la empresa pública.
El último balance de Ciudad de la Luz publicado en la Cuenta General de la Generalitat, correspondiente al 31 de diciembre de 2017, registraba un activo de 61,8 millones de euros, la gran mayoría del cual (61,5 millones) corresponde al inmovilizado material. De este epígrafe forman parte los terrenos sobre los que se asienta el complejo (269.000 metros cuadrados en la partida de Aguamarga), las construcciones realizadas sobre estos terrenos o las instalaciones técnicas. Asimismo, registraba un pasivo corriente de 237,8 millones de euros, formado casi exclusivamente por las deudas de Ciudad de la Luz con el Consell, con el IVF y con la propia Proyectos Temáticos, y apenas 150.000 euros de facturas pendientes.
Fruto de esta operación, el terreno y los edificios de Ciudad de la Luz pasan a ser propiedad directamente de Proyectos Temáticos, que tiene además que asumir sus deudas. Bruselas aceptó la fórmula de la dación en pago propuesta por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en lugar de la venta a un propietario privado del complejo (como estaba previsto inicialmente), después de que la subasta quedase desierta en dos ocasiones. A cambio, el complejo ya no puede destinarse a rodar películas, ni tampoco a actividades que generen rendimiento económico durante el plazo que dure la sanción, y que expira en 2027. Sí pueden alquilarse o venderse sus instalaciones, si se obtiene el visto previo de la Comisión Europea.
Sí pueden utilizarse, como se está haciendo, los edificios no afectados por la decisión de recuperación europea, y que son el antiguo centro de estudios (la escuela de cine) y el edificio de oficinas que nunca llegó a abrirse en la época de Ciudad de la Luz. En estos dos inmuebles es donde ha comenzado a brotar el Distrito Digital que impulsa Proyectos Temáticos, y que busca impulsar el cambio de modelo económico de la provincia y de la Comunitat hacia la economía digital. Como adelantó Rodes en una entrevista recientemente publicada, el Distrito (DDCV) se presentará en sociedad en enero, y para marzo se espera que estén implantadas unas 80 empresas.
En marzo se cumplirá precisamente un año desde que se publicaron los incentivos que ha ofrecido Proyectos Temáticos a empresas digitales para instalarse en Alicante, y que han logrado captar a 69 firmas, desde startups hasta empresas de tamaño medio, el 70% de las cuales son extranjeras. Junto a ellas llegarán otras doce firmas que no han acudido a la convocatoria de los incentivos, entre las que destacan las multinacionales Indra y Accenture, que se han convertido en las tractoras del Silicon Valley alicantino. La primera, de hecho, ya opera en Alicante con su filial de transformación digital Minsait, instalada en la antigua escuela de cine junto a la delegación en Alicante de À Punt, mientras que la segunda abrirá en enero en la planta baja de la terminal de cruceros.