ALICANTE. Nacida en Brasil de padres japoneses, formada en diseño en Nueva York y Tokyo, Chie Mihara ha terminado dando nombre (algo que pocos diseñadores consiguen) a una marca de calzado muy personal que triunfa en todo el mundo y que se fabrica... en Elda. La diseñadora, que irrumpió con fuerza en el panorama de la moda a comienzos del XXI al llevarle la contraria a las tendencias dominantes (zapato cómodo, tacones escuetos, puntas redondas, aspecto vintage...), ha convertido en realidad su sueño (aunque en un momento de su vida renegase de los zapatos como creación) desde el valle del Vinalopó.
Un territorio sin duda propicio para el tipo de producto que crea Chie Mihara, pues Elda es líder en el calzado femenino de lujo (Magrit, Studio Ilana, Lodi, Paco Herrero...), pero que quedaba muy lejos de su trayectoria vital. ¿Cómo terminó en Elda y comenzó su proyecto? "Por el motivo por el que se hacen las mejores cosas, por amor", explica Carmen García Cuevas, directora de Desarrollo de Negocio de la empresa tras pasar quince años como alto cargo en el ICEX. La diseñadora conoció al que luego sería su marido, se instaló con él en Elda (han criado a tres hijos) y, con el tiempo, reconvirtió la fábrica de suelas que él regentaba en la marca de diseño que lleva su nombre.
Chie Mihara llegó a Elda en los años 90 por amor, y en 2002 revolucionó el sector del calzado con sus primeras creaciones. Un zapato 'de autora' "muy femenino, cómodo, divertido, que no sigue las tendencias sino que nace de la pura inspiración", explica García Cuevas. "Cuesta mucho que se produzcan sinergias entre el talento para el diseño y la industria que no deja de ser la fabricación de calzado, es algo que hay que abordar", reflexiona. La diseñadora japonesa-brasileña-alicantina ha logrado al menos otro hito, además de esa sinergia (a la que sin duda ha contribuido la relación personal entre el diseño y la industria): ser ella misma la marca, y no una creadora anónima, como suele suceder en este sector.
En la actualidad, Chie Mihara (la empresa) factura 15 millones de euros al año (según las cuentas de 2022) y da empleo directo o indirecto a un centenar de personas en Elda y la provincia de Alicante. Es una de las marcas de calzado alicantinas más internacionalizada, si no la más, pues el 97% de su negocio está en el extranjero. Sus creaciones están en más de 600 puntos de venta repartidos por los cinco continentes, una red que "nos ha costado mantener, con la ola de comercio electrónico y cierres en el retail", y tiene como clientes B2B a los principales grandes almacenes y tiendas de moda del mundo, además de las plataformas de comercio online más conocidas.
La firma eldense trabaja tanto en el canal B2B, para comercios que incluyen sus zapatos en su catálogo, como B2C, vendiendo directamente en sus tiendas. También fue una de las pioneras del comercio electrónico con su propio ecommerce. "Tenemos sedes permanentes en Milán, Atenas y Tokyo, y el año pasado acudimos a 29 ferias en todo el mundo, donde siempre acude personal de la empresa", destaca su directora de Desarrollo de Negocio. "Es vertiginoso, porque llegamos a trabajar hasta tres colecciones al año".
A juicio de García Cuevas, que este jueves dictó la ponencia invitada en la asamblea general del Círculo-Directivos de Alicante, internacionalizarse no es una opción para las empresas, sino "una obligación; sobre todo para las firmas que compiten en calidad, y no en precio". Pero para ello, recomendó "ser responsable: hay muchos mercados para elegir y debemos acertar. Por suerte en España tenemos el apoyo del ICEX, y en la provincia sumamos además el del Ivace y la Cámara de Comercio".
El primer consejo para emprender el camino hacia la internacionalización es "estar bien asesorado", y el segundo, destaca, "no tener miedo". Durante años, los fabricantes alicantinos de calzado evitaron el mercado de Italia, porque pensaban que no iban a poder entrar en un país líder en diseño de zapatos. Pero "hoy es el principal mercado de exportación del calzado", celebra García Cuevas. "Si tienes un hielo de calidad, véndeselo a un esquimal", resume gráficamente. "No hay que tener complejo de inferioridad, porque si un mercado es capaz de valorar la calidad del producto español, ese es Italia".
García Cuevas abordó también la cuestión del talento directivo, a pregunta de la presidenta del Círculo, Eva Toledo. "Tenemos grandes directivos en las empresas de la provincia, pero tienen que aprender a evitar el micromanagement, que es un grave error: si quieres controlarlo todo no puedes dedicarte a tu función, que es desarrollar el negocio". Por ello, recomendó "aprender a delegar y concentrarnos en el crecimiento de la empresa".