ELDA. Fabricar calzado con materiales que respeten el medioambiente y con adhesivos que faciliten el posterior reciclado encabeza la lista de las buenas prácticas para llevar a esta industria hacia la sostenibilidad. Sobre la incorporación de estos materiales y el ecodiseño se ha conversado en el tercer foro que Alicante Plaza ha organizado junto con el centro tecnológico INESCOP, en el que se han puesto sobre la mesa cuestiones relacionadas con la economía circular y la sostenibilidad. El coloquio, moderado por el director del diario digital, Miquel González, ha tenido lugar en las instalaciones de INESCOP, en Elda, durante la mañana del jueves 16 de diciembre y en él han participado diferentes especialistas en la materia como Francisca Arán, coordinadora de I+D+i de INESCOP; Álvaro Sánchez, director general de la Asociación Española de Empresas Componentes para el Calzado (AEC); Gabriel Poveda, CEO de Poveda Textil; Francisco Javier Rodríguez, director general de Synthelast; Eva Toledo, codirectora de Padima, y Mayra Lacruz, CEO de Seninnova.
Los materiales para la fabricación han centrado gran parte del diálogo, donde Eva Toledo ha apostado por aquellos que sean reciclables, de origen reciclado y reutilizables, buscando "minorar el impacto y compensar cuando no sea posible. Es decir, hay determinados adhesivos que no se pueden hacer más limpios de lo que son". Ha sido Gabriel Poveda quien ha señalado que el reciclaje se tiene que pensar desde el momento del diseño, ensalzando el ecodiseño: "Es muy difícil reciclar el producto tal como está hoy en día. Si se diseña un zapato pensando en el posterior reciclado va a ser más sencillo ese proceso".
Una idea que ha secundado Francisco Javier Rodríguez, apoyando que "si somos capaces de que el zapato sea fácil de desguazar, vamos a poder recuperar ese valor añadido en futuras fabricaciones, dándole una segunda vida y evitando tener que consumir otros recursos". Además, el director general de Synthelast ha matizado que la prioridad es "que lo reciclado sea reciclable tantas veces" y ha informado de que el termoplástico es más sencillo, "porque con calor le vuelves a dar una vida nueva", en contraposición con otros materiales como la goma vulcanizada, "porque una vez tiene una forma (prestaciones, elasticidad y dureza) no se le puede dar una nueva". En este sentido, su empresa está llevando a cabo un proyecto para "revertirla y poder recuperar esos materiales del caucho antes de ser vulcanizado".
Pese a que Mayra Lacruz está de acuerdo con lo fundamental del ecodiseño, ha advertido que "hay que tener en cuenta los productos que ya están fluctuando en el mercado y decidir qué vamos a hacer con esos zapatos que tienen multicomposición. Es necesario trabajar en paralelo desde el diseño hasta el fin de su vida útil para tratar de recuperar todo lo que se pueda". Además, ha aplaudido a las empresas y startups que están desarrollando "sus modelos de producción sostenible y no ven como una opción depender de otros países externos. Eso trae mayor competitividad al territorio, menor dependencia de los recursos fósiles que vienen de otros países y un mayor empleo local".
Por su parte, Álvaro Sánchez ha señalado que "no todas las empresas están realmente capacitadas" para asumir este reto, apuntado que "ahora parece que todas se sienten identificadas con una política de responsabilidad social corporativa (RSC), pero muy pocas la tienen implantada en su plan de actuación interno". Por ello, el responsable de AEC ha enumerado cuatro directrices para guiar a las empresas: cómo ("no saben la manera de hacerlo, salvo que haya una norma que lo indique"), cuándo ("ya; muchas llegan tarde. Hasta ahora, el cálculo de la huella de carbono no era obligatorio, pero a partir de 2022 sí lo va a ser"), con quién (de la mano de institutos tecnológicos como INESCOP "para cumplir esas hojas de ruta, implementar departamentos medioambientales en las empresas y saber si ese producto se va a poder fabricar y cómo se tratará más tarde en el reciclado") y para quién.
El instituto tecnológico ha desarrollado distintos proyectos de investigación en materia de sostenibilidad, financiados por el IVACE y los fondos FEDER para proponer "soluciones sostenibles y disruptivas con I+D+i". Así, Francisca Arán ha manifestado que "las rutas directivas que se marcan desde Europa permiten a INESCOP identificar los retos con los que se van a encontrar las empresas; nosotros nos adelantamos, desarrollando investigaciones para dar solución". Entre las líneas de investigación se encuentra 'Sustainable by design', "porque la sostenibilidad tiene que empezar en el ecodiseño, que es donde se tiene en cuenta el impacto ambiental y el ciclo de vida de ese calzado", ha explicado. En este sentido, el centro ha desarrollado una herramienta que "va a permitir a las empresas realizar un diagnóstico de la situación".
En relación a los materiales, donde "estamos viviendo un momento de escasez de recursos", INESCOP cuenta con varias líneas abiertas, relativas a recubrimientos sostenibles y funcionales mediante tecnología de polimerización por plasma ('Coatplas'); la revalorización de residuos de biomasa generada, no solo por la industria del calzado, sino por la agroalimentaria y el cuero ('Greenmatshoe') y las pieles compostables para que puedan volver a la naturaleza, con el respectivo desarrollo de parámetros que determinen la compostabilidad del cuero ('Bioreq II'). Los adhesivos también juegan un papel fundamental en el posterior reciclado, por lo que resulta necesario trabajar en volverlos "reversibles y desmontables" ('Recyglue'). La aparición de estos nuevos materiales requiere "la puesta a punto de nuestros laboratorios y de nuevos métodos de ensayo para poder etiquetar correctamente cuál es la composición del producto que adquiere el cliente" ('Promatshoe'), ha apuntado Arán el último proyecto.
La investigación se cuelga la medalla de oro entre los aspectos más demandados por las empresas para incorporar la sostenibilidad a su modelo de negocio. Así lo ha garantizado Mayra Lacruz, quien ha razonado que "las empresas quieren conocer antes de actuar, ver si lo que implantarán será viable económicamente (y también a nivel de impacto y social)". No es la única demanda, ya que también se interesan por conocer iniciativas de empresas que ya están desarrollando productos sostenibles o saber dónde buscar. En este sentido, ha evidenciado la falta de "una plataforma en la que nos podamos dar a conocer todos los agentes que estamos desarrollando acciones sostenibles en un ámbito más local".
Esta necesidad de cooperación ha esbozado la sugerencia de Eva Toledo, que ha citado el ODS 17 (alianzas para lograr los objetivos) como reivindicación. "Las pequeñas empresas que tienen pocos recursos por sí solas pueden empezar a hacer camino a través de esa unión. Esto no significa hermanarnos para siempre, porque llegará un momento en que se tenga la información, el know how, y se pueda continuar por separado". En otro orden de temas, la codirectora de Padima ha sacado a relucir el "efecto positivo de comunicar la innovación", que no se tiene que ver como algo "naif o superficial, sino que aporta reputación y posición al mercado. No olvidemos que la empresa quiere sacar lucro, sin que esto sea malo".
De sellos para acreditar las buenas prácticas son conocedores en Poveda Textil, una empresa que siendo relativamente reciente (nació en 2016), atesora varios. Es más, a los pocos meses de emprender el negocio ya contaba con la certificación de tejidos reciclados (Global Recycled Standard) y tejidos orgánicos (Global Organic Textile Standard). Actualmente, les respaldan más sellos "que acreditan lo que decimos que hacemos", como el de comercio justo con el algodón (Better Cotton Initiative), el sello de huella de carbono (otorgado por INESCOP) o la huella hídrica (también otorgada por INESCOP), "novedoso, porque se calcula que se necesitan entre 30 y 60 litros para 1 kg de tela y nosotros hemos conseguir bajar a menos de un litro por ese kg".
Siguiendo con las certificaciones, Álvaro Sánchez ha matizado que "es difícil conseguir esos sellos, pero también mantenerlos. Eso implica que las condiciones van a cambiar y las empresas van a tener que estar realmente comprometidas con estas prácticas sostenibles". Además, ha notificado que existen empresas que están gastando más dinero en vender el marketing que invirtiendo realmente en llevar a cabo esta sostenibilidad. El también director de Futurmoda ha adelantado que en la próxima edición solo podrán estar presentes "las empresas que tengan producto certificado. El resto podrá exponer en el evento, pero no en el espacio de Futurmoda", ha distinguido.
Es por ello que ha establecido que las tendencias han cambiado hacia productos más responsables, con procesos de fabricación respetuosos y avalados por los sellos de certificación que lo garantizan. Y ha sido la CEO de Seninnova quien ha propuesto que sean las empresas que lo están haciendo mal las que tengan un sello que lo certifique, "para que no sean las que los están haciendo bien las que tienen que pagar".
Sobre si algún país competidor en el mundo del calzado -como Italia o Portugal- está llevando a cabo mejores acciones en sostenibilidad que España, Gabriel Poveda ha sentenciado que "mejores no, iguales seguramente sí". Una afirmación segura que la coordinadora de I+D+i de INESCOP ha justificado porque "el clúster del calzado está muy localizado y eso es una ventaja. Las empresas de materiales, componentes y centros de innovación conviven en un mismo espacio". Pese a que Italia cuenta con fábricas más grandes y el I+D+i es más fácil realizarlo con empresas grandes, el director general de Synthelast considera que "España no está nada por detrás", asegurando que si "antes había un gap de cinco o diez años en tecnología con otros países, ahora cada vez estamos acortando más".