ALICANTE. La piscifactoría en tierra promovida por Alicante Aquaculture en el muelle 11 del Puerto de Alicante afronta la fase definitiva para convertirse en realidad: la de la contratación de sus obras. Después de lograr todos los parabienes administrativos requeridos, con la concesión de la licencia ambiental, la compañía se encuentra inmersa en el proceso de selección de constructora con la intención de abordar los trabajos antes de la llegada del mes de agosto.
De hecho, se trata de la fecha límite para ello, después de haber tenido que agotar todas las prórrogas posibles durante la fase de tramitación del proyecto respecto a la vigencia de la concesión de superficie acordada por el Puerto. De ahí que en ese proceso de búsqueda de contratista, se haya contactado ya con algunas de las principales firmas del sector con la intención de activar los trabajos en el menor plazo posible. Entre ellas, figuran Construcciones Hormigones Martínez (CHM), Eiffage Infraestructuras, Becsa y Pavasal.
El proyecto comprende una inversión de 5,8 millones para erigir un edificio en forma rectangular de 81,40 metros de longitud por otros 61,98 de anchura provisto de cuatro tanques para la cría y engorde de seriola, además de un quinto depósito para su sacrificio. Al tiempo, incluirá un laboratorio para el control y supervisión del funcionamiento de la planta, un almacén para el depósito del alimento y una zona de refrigeración en la que se conservarán los ejemplares una vez preparados para su distribución, como informó este diario.
En principio, la capacidad de producción de la piscifactoría -la primera en situarse en el término de Alicante- será de 150 toneladas de seriola de 3 kg cada 3 meses, lo que supone una producción anual de cerca de 600 toneladas, según el proyecto. Aquaculture aspiraba a exportar a Japón la práctica totalidad de la cosecha obtenida, ya que se trata del mercado en el que la seriola alcanza el mejor precio de comercialización, de entre 18–26 € por kg, según los estudios de mercado elaborados por la propia compañía.
No obstante, esa previsión inicial ha cambiado después de que la compañía haya cerrado preacuerdos para su distribución en Francia, Italia y España, además de un pequeño porcentaje que podría derivarse a Estados Unidos con el propósito de abrir mercado, según fuentes de la compañía consultadas.
De este modo, se espera que la mayor parte de la producción tenga destino en el arco Mediterráneo -aunque se mantenga la intención de derivar partidas a Japón-, lo que reduciría gastos derivados de logística y transporte, con la consiguiente disminución de la huella de carbono. Además, con esa redistribución del producto se lograría una diversificación de mercados para no tener que depender de un único comprador, según las mismas fuentes.