ALICANTE. La batería de proyectos de remodelación de calles diseñada por Ayuntamiento de Alicante para favorecer el tránsito peatonal y restringir o calmar el tráfico se extenderá también hasta la calle Rafael Altamira con voluntad de ensalzar su condición de eje turístico. La propuesta, en la que los técnicos de la Concejalía de Urbanismo llevan trabajando desde principios de 2020, se pretende activar ahora, después de que presentase a la primera convocatoria habilitada por el Ministerio de Industria para captar financiación europea destinada al desarrollo de planes de sostenibilidad turística, y de que quedase descolgada, en ese momento, de la obtención de fondos. De ahí que, en principio, se prevea costear su ejecución con fondos propios.
La actuación diseñada por los técnicos municipales comprende la transformación de la calle para que su calzada pase a tener una configuración en plataforma única, con aceras y pavimento central al mismo nivel. Además, se prevé ensanchar la superficie de las aceras y renovar el alumbrado y el resto de elementos del mobiliario urbano en todo su trazado, desde la calle Jorge Juan hasta la conexión con la Rambla.
Con ello, se conseguiría acondicionar una de las calles más transitadas por los visitantes, ya que conecta el Centro, el Casco Histórico y la Plaza del Ayuntamiento. Además, es el eje en el que se localizan los dos únicos hoteles de cinco estrellas de los que dispone la ciudad, el Hotel Hospes Amérigo y el Hotel Pórtico Alicante, gestionado por Eurostars, a la espera de que pueda entrar en funcionamiento el edificio de apartamentos turísticos promovido por el Fondo Vista y la familia Soler en la confluencia entre las calles Altamira y Alberola Romero, después de redefinir su proyecto inicial de transformación en hotel.
El proyecto se encuentra ahora pendiente del informe de la Concejalía de Tráfico como último trámite interno antes de que pueda promoverse la licitación de las obras. Por el momento, el planteamiento no prevé ninguna restricción a la circulación, aunque esa opción podría acordarse en el futuro.
En el supuesto de que se considerase pertinente promover su peatonalización, solo resultaría necesaria la instalación de una cámara de control de acceso en la boca de la calle San Telmo desde Juan Bautista Lafora, de modo que solo quedase autorizado el acceso del transporte público y de los residentes. Es decir, de un modo similar a como sucede en la actualidad en la calle Villavieja.
Por lo pronto, la propuesta de transformación de Rafael Altamira ya cuenta con la consecución de un primer hito que permitirá mejorar la fisonomía de la calle, así como las condiciones de movilidad peatonal. Se trata de la intervención que acaba de iniciar el departamento de Conservación de Inmuebles sobre el edificio inconcluso situado en el número dos, por el procedimiento de ejecución forzosa, tras la aplicación de hasta diez multas coercitivas desatendidas por parte de su empresa propietaria.
La actuación prevista para sanear la estructura y la acera contigua consiste en la retirada de la pérgola metálica instalada sobre su planta baja, la retirada de las redes protectoras y la reparación del pavimento. Después, se colocará una lona protectora en la que se ha reproducido la imagen de la fachada original del edificio preexistente, que quedó demolido hace más de 15 años -cuando se pretendía construir un centro de formación, según fuentes consultadas- pese a que quedaba sujeto a las condiciones de protección del Plan Especial del Casco Histórico (PECA). De hecho, según fuentes de la Concejalía de Urbanismo que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Ciudadanos), cualquiera que trate de concluir la promoción del edificio deberá reconstruir esa fachada primigenia.
Los trabajos de saneamiento del edificio corren a cargo de la empresa contratada para prestar el servicio de mantenimiento y conservación de inmuebles, que ya ha comenzado a intervenir para retirar elementos como la cubierta metálica. Los costes que conlleve la intervención se cargarán, después, a la empresa propietaria.