Los alcaldes de Alicante y Elche, Luis Barcala y Pablo Ruz, junto al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en la constitución de la comisión de coordinación autonómica. Foto: GVAALICANTE. El nuevo ciclo político deparado por los resultados de las elecciones municipales y autonómicos del pasado 28 de mayo da pie, algo más de tres meses después, al inicio de la etapa de cooperación entre Alicante y Elche que se viene intentando de manera recurrente desde hace más de una década. El primer impulso de esa voluntad de coordinación entre los dos municipios de mayor densidad demográfica de la provincia (y a la vez, el segundo y tercero de toda la Comunitat) se escenificará el próximo miércoles, día 27, en el transcurso de una reunión de trabajo entre sus respectivos alcaldes, Luis Barcala y Pablo Ruz, ambos del Partido Popular (PP).
Ese encuentro -que podría sumar la participación de otros concejales de los dos municipios- servirá para sentar las bases de una suerte de comisión bilateral que se pretende que tenga continuidad con una agenda de reuniones periódicas -de hecho, la segunda cita podría producirse en diciembre- en las que pueda avanzarse en el planteamiento de estrategias y acciones de común interés para las dos poblaciones, como ya había anticipado este diario, tras el anuncio formulado por el primer edil alicantino el pasado mes de junio, durante la presentación del Estudio de Alternativas de Crecimiento de Suelo para Actividades Económicas ante representantes del sector empresarial.
En ese contexto, ya se anticipó que uno de los temas a abordar de manera conjunta sería, precisamente, el de la planificación urbanística y la generación de suelo apto para la instalación de empresas, hasta el punto de que Barcala avanzó que trataría de implicar a Elche para que formulase aportaciones a la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alicante. Esa colaboración se extenderá también al ámbito de la cultura, con el fin de aprovechar sinergias y multiplicar capacidades de contratación a la hora de captar espectáculos o exposiciones en ambos municipios a través de una misma negociación. A ello, se añadiría la posibilidad de crear un circuito museístico común, como también informó este diario.
Pero no solo eso. En ese próximo primer encuentro institucional entre alcaldes también se prevé trabajar en otros ámbitos de coordinación como la promoción turística o la organización de eventos deportivos. Fuentes consultadas indicaron que los dos ayuntamientos podrían reforzarse mutuamente al presentar su oferta en ferias y certámenes en los que no cuenten hasta ahora con expositor individualizado. Y, de igual modo, se aspira a que puedan desarrollarse citas de carácter deportivo que conecten ambos términos municipales, como la celebración de una hipotética maratón, por ejemplo.
Al tiempo, se prevé aplicar esa estrategia de cooperación a la hora de plantear candidaturas para captar determinadas inversiones (públicas y privadas) o las sedes de determinados organismos públicos, como sucedió con el proceso de descentralización puesto en marcha por el Gobierno Central para decidir la ubicación de la Agencia Estatal de Supervisión para la Inteligencia Artificial (AESIA) y la de la Agencia Espacial Española (AEE), que finalmente quedarán posicionadas en A Coruña y Sevilla.
En este caso, la propuesta sería poder reforzarse de manera recíproca para sumar argumentos con los que convencer a las empresas o a las administraciones sobre las bondades de las dos ciudades por las posibilidades que conjugan tanto en plazas hoteleras como en disponibilidad de suelo, o en la preexistencia de determinados ecosistemas económicos especializados en sectores concretos.
Y en esa lista de materias a coordinar, no faltarán las infraestructuras. Esa comisión de cooperación no solo servirá como foro reivindicativo de actuaciones pendientes como la ejecución de la Variante de Torrellano llamada a permitir la retirada de las vías del frente litoral. Se pretende que también funcione como órgano de planificación y de elaboración de análisis para plantear la necesidad de otras inversiones a las administraciones superiores que tienen la capacidad para ejecutarlas.
En este sentido, uno de los primeros elementos que se pretende poner sobre la mesa es la necesidad de diseñar nuevas vías de circunvalación que permitan liberar tránsito de los cascos urbanos de ambos municipios. Y en ese contexto, además de la exigencia de la construcción del tercer carril en el trazado de la A-70, una de las propuestas que ya comienza a esbozarse es la solicitud de liberalización de la segunda circunvalación de Alicante, la AP7, con tramos de peaje y ahora infrautilizada, como cinturón alternativo al que procura la A-7, ahora saturada. Por lo pronto, como informó este diario, el Gobierno ya ha cerrado el cálculo del coste que supondría eliminar el pago por tránsito en los 34 kilómetros de ese eje.
