EL CAMPELLO. Un grupo de vecinos y vecinas de El Campello ha presentado una denuncia ante el Síndic de Greuges por las molestias que ocasionan los inquilinos de una de las viviendas del barrio del Tracho. Entre otros, el principal estorbo proviene de un generador eléctrico del que se desprende olor a gasolina, humo y ruidos que impiden el descanso. Tras dirigir varias quejas al Ayuntamiento que no han obtenido la respuesta esperada, los afectados y afectadas han decidido elevar la situación ante el defensor del pueblo valenciano.
"Hemos puesto ya cuatro o cinco quejas al Ayuntamiento por escrito. Aparte, he enviado correos electrónicos a la Policía Local, a Alcaldía, a Medioambiente y a Urbanismo, pero nadie me ha contestado", cuenta el representante vecinal. En la última reclamación dirigida al Consistorio, se traslada que "los herederos del antiguo propietario alquilan la casa a personas poco dadas a respetar el descanso de los demás", quienes conectaron un generador eléctrico en el patio trasero para suministrar energía a la vivienda al quedarse "sin luz y sin agua".
Al "ruido atronador" originado por el generador eléctrico, los aparatos de música hasta entrada la madrugada y "el griterío", se suma cierta "afluencia de personas a la vivienda, que podrían estar relacionadas presuntamente con la prostitución", alerta la queja. En el mismo escrito también se refleja que "los vecinos constatan el reparto de publicidad donde se ofertan encuentros con señoritas a través de contactos vía internet" y que "en ocasiones se ha molestado a los vecinos al confundirse las personas que acuden a la vivienda ("clientes"), solicitando los servicios que se prestan en la casa a altas horas de la madrugada".
Esta situación, unida a la contaminación acústica, "hace imposible la vida tranquila en el barrio", que se encuentra en una zona escolar al tener en su radio varios centros escolares próximos. "Es un caos", resume el portavoz del colectivo afectado, quien además advierte que no se están respetando las medidas frente a la covid-19, pues "se juntan más de seis personas allí. De hecho, cuando empezó la cuarentena la Policía les tomó los datos personales porque seguían montando fiestas en plena pandemia".
Este comportamiento incívico de las personas inquilinas se prolonga desde hace alrededor de un año y ha llevado a la comunidad vecinal del barrio ha interponer varias quejas a las que el Ayuntamiento no ha dado solución: "Ni me han notificado nada por correo ni me han llamado para saber cuál es la situación. Estamos completamente olvidados; para el Ayuntamiento no existimos", lamenta el representante vecinal, que únicamente ha encontrado apoyo en el grupo municipal de Podemos.
Ambas partes están llevando a cabo una recogida de firmas para conseguir que el Ayuntamiento adopte medidas que solucionen la situación. En este sentido, piden que se desaloje a los habitantes de la casa y que se imponga una multa o sanción a los inquilinos o a los propietarios de la casa. También requieren que se acaben las molestias que sufren los vecinos y que se prohíba usar el generador eléctrico en cualquier momento del día.