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CARTAS DESDE BOLONIA

Gloria Fuertes, Blasco Ibáñez, Azorín, Joan Fuster. Toda la cultura que celebraremos en 2017

Aniversarios, centenarios y efemérides son el resorte para poner de relieve en el espacio público lo que la cultura ha aportado a la historia 

2/01/2017 - 

VALENCIA. Aniversarios, centenarios y efemérides son el resorte para poner de relieve en el espacio público lo que la cultura ha aportado a la historia. Las celebraciones sin solidez no revelan más que una época marcada por el vacío, la espectacularidad y el fetichismo. La banalidad. El desinterés. O la ignorancia. Pensemos en el pasado Año Miguel de Cervantes o Año Camilo José Cela y veremos qué poco permanece de aquellos fastos, de aquellas ediciones académicas o de aquellas iniciativas multimedia.

Porque repetimos frases ortopédicas del Quijote para ahorrarnos la necesidad de leerlo.

También al contrario, cada hito puede ser la ocasión para reivindicar la cultura en sí, tal o cual figura literaria, tal o cual obra artística, como patrimonio colectivo que aún hoy otorga identidad e integridad a una comunidad.

Es aquí donde deberíamos mostrar toda la creatividad de que hacemos gala: cómo celebrar a un escritor o a una escritora, cómo revitalizar su obra, cómo resaltar su importancia, cómo mantener su actualidad o cómo conservar y acrecentar su legado. Una pista: la celebración va antes de la mano de la pedagogía y la creatividad que de los fuegos artificiales

150 años de Vicente Blasco Ibáñez

Bien es cierto que la figura de Vicente Blasco Ibáñez no ha dejado de estar presente en las últimas décadas. Menospreciado durante el franquismo literario, recuperado desde la Transición, en esta personalidad cuajan los conflictos de finales del siglo XIX y de principios del XX, con la marca Valencia por delante.

Republicano convencido, valencianista sui géneris, valenciano en Madrid y en Buenos Aires, pionero en Hollywood, adaptador de sus obras al cine, cronista de la Gran Guerra, paisajista de l’Horta, l’Albufera, el Carme, el Mercat Central, la Valencia burguesa, la Valencia prostituida en Velluters, la Valencia quemada en las fallas... con él por vez primera la cosmogonía valenciana moderna se colocaba a la altura de los relatos globales de Madrid, Barcelona, Londres, París, Viena, con todas las distancias del mundo. Los 150 años de su nacimiento celebran la entrada de Valencia en la Modernidad. No es poca celebración.

75 años sin Miguel Hernández, 50 años sin Azorín, 25 anys sense Joan Fuster

Esperamos actos institucionales a la altura de Miguel Hernández. Represaliado por el franquismo, luchador por las libertades, poeta popular, populista y popularizado por la música de Serrat, extraordinario como pocos. Por 3 millones de euros vendió en 2012 el entonces Ayuntamiento de Elx, Diputación y Conselleria mediante, el legado del poeta oriolano a la Diputación de Jaén. El menosprecio es una actitud, pero el interés es una cuestión de cifras. Hoy todos sus documentos están digitalizados y son de acceso público, pero no gracias al gobierno valenciano de entonces.

Menos fanfarrias se anuncian para conmemorar los 50 años de la muerte de Azorín. El escritor de Monòver, perteneciente a una generación más alejada sentimentalmente de nuestra mitología (y de nuestra geografía), fue referente en todo el Estado desde comienzos del siglo XX. Su intelectualismo y su inquietud reflexiva lo relegaron al baúl de lo antiguo durante los vitalistas años treinta. Sin embargo, su tradición ilustrada (aun siendo conservadora) merece ser puesta en valor.

La gran trampa será la conmemoración de los 25 años de la muerte de Joan Fuster. Todo acto institucional dará pie a reproducir las tensiones sociológicas zombis de blaveros contra pancas de los felices setenta, ochenta y noventa. Más allá del cardado blavero, del olor a cerrado en Lo Rat Penat y del cheperudismo militante (el cheperudismo es una barreja de beatería, Jocs Florals y pantorrillas de Julio Tormo el dia de l’ofrena), o del pin y mural de Benimaclet, la normalización del pensamiento fusteriano merecería un debate sosegado y sin dolçaina obrintpasera (si fuera posible). Guste o no, Fuster es la primera vez que Valencia (País, Reino o Comunidad del anillo) se tomó en serio.

El drama español: Gloria Fuertes, José Luis Sampedro, José Zorrilla, Edgar Neville

Si pasó con Cervantes, qué no pasará con Gloria Fuertes. Escritora, lesbiana, poeta y creyente de la literatura infantil no parecen medallas para competir con un Quijote. Y sin embargo, llena de poesía popular, de mirada alternativa y humana, Gloria Fuertes está más en el corazón de muchos lectores que en la cabeza de algunos gestores públicos. No pasará el año sin que la rescatemos, bien con la exposición que proyecta la Biblioteca Nacional o el Ayuntamiento de Madrid.

Cien años cumpliría también José Luis Sampedro, revalorizado a última hora con fenómenos como el 15-M y la serie de manifiestos con Stéphane Hessel a la cabeza. Voz moral de nuestro tiempo, en busca de figuras redondas con que desbrozar el camino del futuro. Ay.

 2017 será también año de celebración de José Zorrilla. El dramaturgo vallisoletano, autor del Don Juan Tenorio y de tanta poesía de escuela, abre las puertas de un siglo romántico y convulso, y de un tiempo cuyos conflictos (nacionales, religiosos, castizos, geográficos...) tienen secuelas hasta nuestros días. Bohemio madrileño, parisino, londinense y mexicano, su vida y su obra no puede quedar reducida a recuperar el Don Juan las noches de Todos los Santos.

El 23 de abril, día del libro, se cumplirán cincuenta años de la muerte de Edgar Neville en 1967. Guionista de Hollywood, adaptador para la Metro-Goldwyn-Mayer, amigo de Charles Chaplin, miembro de una generación extraordinaria, la de Jardiel Poncela, José López Rubio, Tono, Luis Buñuel... dramaturgos, cineastas y dibujantes que triunfaron en el extranjero con su libertad y su humor más absolutos. Libertad y humor que se reducían a graznidos en la España de Franco.

Qué pasará en el mundo

Estaremos atentos a las celebraciones de: 100 años de Violeta Parra, 100 años de Augusto Roa Bastos, 150 años de Rubén Darío (cuyo centenario de la muerte se acaba de clausurar), 150 años de Luigi Pirandello, 150 años de la muerte de Charles Baudelaire, 200 años de la muerte de Madame de Staël, 50 años de la muerte de Oliverio Girondo o a los 350 años del nacimiento de Jonathan Swift.

Mucha cultura que celebrar.

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