ALICANTE. La red metropolitana de tranvía de Alicante (Líneas 1, 2, 3, 4 y 9) se prepara para estrenar su nuevo tramo en túnel, el que se construye bajo la Serra Grossa, ahora en su última fase de ejecución después de que se reiniciasen sus obras a finales del pasado mes de octubre. La empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) prevé iniciar el periodo de pruebas de ese nuevo paso, ya mediante la circulación de los trenes, dentro de cuatro meses (en octubre) con el propósito de que pueda entrar en servicio antes de que finalice el año 2018, como ratificó el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en la última reunión del consejo de dirección de la Conselleria de Vivienda celebrada en Alicante.
Las obras avanzan ahora con la instalación de servicios de comunicación y sistemas de seguridad, tras la reanudación de los trabajos pendientes, que quedaron paralizados en 2013, ante los problemas de disponibilidad presupuestaria que afloraron durante el mandato de Alberto Fabra (PP) como presidente del Consell.
Portavoces oficiales de FGV incidieron en que el estreno del nuevo tramo supondrá una mejora cualitativa en la operativa de explotación por lo que respecta a la puntualidad de los trenes en el caso de que se registre cualquier tipo de incidencia en el trazado. Hasta ahora, esa parte del trayecto, entre la parada de Sangueta y la de La Isleta, discurre con un trazado literalmente en paralelo a la línea de costa sobre vía única y con un trazado que utiliza varios túneles cortos, por lo que si existen averías o complicaciones en ese recorrido, se ve alterada toda la operativa con los consiguientes retrasos.
Según las mismas fuentes, desde el momento en el que se ponga en servicio este nuevo tramo, en doble vía, desaparecerá ese cuello de botella y se podrá reorganizar toda la explotación en caso de que se registren esas incidencias, de modo que se garantizará el cumplimiento de los horarios previstos. Todo, además, al margen del aumento de frecuencias al que dará lugar esa duplicación de vías y de la mejora de las condiciones de seguridad del trazado que también lo hará posible.
Por el momento, no existe un estudio definitivo sobre el incremento del número de viajes -o, si se prefiere, reducción de esperas- en cada una de las líneas que utilizan ese recorrido: la L4, hacia Playa de San Juan; la L3 hasta El Campello, y la L1 hasta Benidorm. No obstante, sí se prevé que pueda producirse una mejora en la explotación de modo que las frecuencias de paso puedan equipararse a las de la L2, que conecta con San Vicente, en la que circula un tren cada 8 o 15 minutos, en función de la franja horaria del día.
Como ha publicado Alicante Plaza, el túnel tiene una longitud de 1.477 metros y su construcción se inició con un presupuesto de 29,9 millones de euros. En el momento de la reanudación de sus trabajos, quedaba pendiente de ejecución obras por valor de 9 millones. Tras su puesta en servicio, las vías actuales en el frente litoral quedarán retiradas, de modo que el trazado se reconvertirá en una vía verde con carril bici.