RELLEU. Con algo más de un año de vida, la pasarela sobre el barranco del pantano de Relleu se ha convertido un atractivo turístico para el municipio y el resto de la comarca de la Marina Baixa. Un proyecto que nació en 2021 y que perseguía tal fin que ha podido cumplir en tiempo récord. Con 212 metros de camino a una altura de unos 60 metros, la estructura encara ahora una nueva fase que casi duplicará su extensión. Para ello, el Consistorio ha sacado a licitación este miércoles la obra para ampliarlo por 150 metros más. El objetivo es llegar a crear con el tiempo una ruta circular.
Cuenta con un presupuesto de 60.000 euros que provienen del convenio firmado el pasado 12 de mayo con Turisme Comunitat Valenciana, tal y como informó en aquel momento "para poner en valor la singularidad turística" y el turismo de interior. Hay que recordar que la primera fase, visitable desde hace más de un año, se financió con los fondos europeos Leader dedicados al Desarrollo Rural, con en torno a los 42.000 euros, y otros 23.000 de las arcas municipales.
El nuevo tramo se desarrollará en la zona comprendida entre el final de la actual pasarela, donde está situado el mirador de cristal, y seguirá la ruta anclada al frente rocoso del barranco para "poner en valor el patrimonio natural de Relleu y de su paisaje natural", dice el proyecto. Con ello, se visitará un estrecho calcáreo modelado por la naturaleza, con gran valor ambiental e histórico, teniendo de paisaje la presa del municipio y el cañón del río Amadorio. "Hasta mediados del siglo XIX, ninguna otra presa fue tan alta y tan estrecha como la de Relleu", apunta la documentación.
El alcalde del municipio, Lino Pascual, explicó que durante el tiempo que duren los trabajos no se cerrará el paso de la pasarela actual. Con el nuevo tramo, se bajará el Estret del Pantà con el objetivo de generar sensaciones, por un lado, vértigo, y por otro, claustrofobia, remarcó el primer edil. La entrada se producirá por el mismo lugar que ahora y en una segunda fase, reconoció el popular, se seguirá por donde lo dejen para cruzar el río y volver al punto de partida.
En este caso, será una pasarela escalonada porque la intención es bajar a las profundidades del barranco y quedarse a una altura de unos ocho metros sobre el mismo. El punto final se establecerá en fase de construcción y por la dirección facultativa para llegar a una pared con roda de una calidad y resistencia adecuada "teniendo en cuenta una futura construcción de un puente que cruce el cañón y pueda dar continuidad a un recorrido circular", dice el proyecto, con el fin de devolver al senderista a la presa, contemplando por tanto, un puente colgante para cruzar el río en futuras intervenciones.
El sistema y estética utilizados será el mismo que el usado para la construcción de la primera fase. Con todo, se prevé un plazo de ejecución de cuatro meses. El último día para presentar las ofertas a la licitación termina el próximo 21 de junio, por lo que podría estar lista a finales de año. Y no es la única actuación que se espera en el municipio, Pascual anunciaba que este mismo jueves también había comenzado la licitación de la rehabilitación de la muralla del Castillo con una intervención subvencionada por la Diputación de Alicante.
Volviendo al proyecto de ampliación de la pasarela, además del atractivo turístico ya constatado, este persigue la puesta en valor el patrimonio local: recursos del municipio como balsas de riego, azudes, acequias, un horno de cal y las huertas de secano donde se cultivan olivos, almendros y algarrobos. Se levanta sobre el pantano, que según indica la documentación, "pertenece a la exclusiva nómina de embalses históricos que están considerados como las primeras presas modernas del mundo dado su carácter monumental y único, en el que la técnica y el lugar se integran para conformar un espacio singular y sorprendente".
El proyecto fue promovido por regantes de la Vila Joiosa a primeros del siglo XVII y supuso un gran impacto económico en la zona, aumentando la población local, las cosechas y las exportaciones agrícolas. Así, relata que se trata de una presa-bóveda con muros de espesor uniforme que tuvo como modelo la presa gravedad-arco de Tibi, "introduciendo una serie de mejoras técnicas que la hicieron revolucionaria". La dificultad de su limpieza y el problema de la retención de lodos ha ido ocasionando cambios en ella, obligando a recrecer el muro en varias ocasiones: en la década de 1770 y posteriormente en torno a 1879. Tras la construcción del embalse de Amadorio, aguas abajo, este pantano fue abandonado sobre el año 1950.