Qué piden Ortiz y Ramírez por el Hércules

ALICANTE. "Cada semana se pone a la venta en España un club de fútbol", decía días atrás uno de esos inversores que ante el anuncio del presidente del Hércules, Quique Hernández, de que "se escucharían ofertas" sin más requisito previo que "su solvencia" se ha interesado por contactar con Enrique Ortiz. 

El constructor ha asumido, de acuerdo con Juan Carlos Ramírez, la función de hacer de filtro para "evitar que el Hércules caiga en manos de un Juan Anguix". Con esa referencia directa al que fuera presidente del Elche durante tres meses y que llevó al club franjiverde a protagonizar el primer descenso administrativo de Primera División tratan de justificar, desde el entorno de Ortiz y Ramírez, su celo en exigir garantías de antemano, por no hablar de poderes u otros instrumentos a intermediarios que dicen representar a supuestos inversores a los que nadie conoce. 

Los anteriores no son los únicos que han llamado a la puerta de Ortiz, pero sí la inmensa mayoría. Por lo que se refiere a los menos, a los que gozan de cierta reputación y no tienen problema en acreditar una trayectoria y solvencia porque les sobra, lo que trasciende de sus primeros intercambios de impresiones con el constructor es que este exige de entrada que el comprador tenga capacidad para resolver el problema de la deuda con la Agencia Tributaria, es decir, pueda desembolsar dos millones de euros en efectivo y prestar aval bancario por otros dos para respaldar pago aplazado de esa cantidad; también que pueda afrontar el pago de los 1,1 millones a los que asciende la primera cuota del reconvenio con los acreedores de 2017; y al menos otro millón más para la confección de la plantilla.

¿Además de poder asumir esas primeras deudas les pide el pago de un precio? Sí y no; Ortiz no se plantea cobrar nada a corto plazo o solo los 600.000 euros desembolsados en su día por Zassh Técnológica para hacerse con las acciones y el derecho de crédito de 15,4 millones que tenía el Instituto Valenciano de Finanzas. Eso sí, de cara al futuro y en la línea del acuerdo firmado por el argentino Christian Bragarnik y José Sepulcre, expresidente del Elche y amigo de Ortiz, este se quiere asegurar el cobro de una serie de sumas en función de ascensos y otros objetivos deportivos, cantidades que llegarían a los 30 millones si el Hércules pone fin a su pobre bagaje deportivo y se convierte en una suerte de revelación del fútbol europeo en los próximo años.