'El sindicato de los reencarnados', segunda novela de ana durá

Cómo proteger los derechos de autor desde la... ¿reencarnación?

3/05/2023 - 

ALICANTE. Mario Duarte es un pintor de prestigio que, en sus últimos años de vida, se da cuenta de que va a morir y que su obra quedará en manos ajenas. Al ojear unos libros, se da cuenta de que en la anterior vida él fue ese autor y que, al morir, se va a reencarnar. Con esto, le invade la indignación al pensar que no tendrá derecho a reclamar nada de lo que ha creado en esta vida, por lo que inventa una estrategia para recuperar su antigua gloria. Este es el planteamiento de El sindicato de los reencarnados (Editorial Cuadranta, 2023), una novela de la noveldense Ana Durá que apenas lleva un mes en librerías.

En la historia se entrelazan los derechos de autor y la reencarnación, en la cual el protagonista comienza a creer en la última etapa de su vida, "en la que le invade una ola de misticismo y espiritualidad", apunta su autora. Tanto que comienza a buscar reencarnaciones de otros artistas como el pintor Vincent van Gogh, que no tuvo reconocimiento en vida, o el novelista John Kennedy Toole.

Durante la trama, la escritora manifiesta que le gusta "jugar con la incertidumbre de lo que se encontrará el lector", es por ello que no quiere desvelar cómo lucen las reencarnaciones de estos artistas. "Solo digo que el Mario Duarte tiene una especie de talento para reconocer a gente reencarnada y la va buscando", además con el componente del activismo en el cuidado del medio ambiente, "no para dejar un mundo mejor a nuestros hijos, sino a nuestras próximas reencarnaciones", traslada Durá el pensamiento del protagonista de su novela.

La autora cuenta que que la idea se le ocurrió leyendo un libro de Aldous Huxley en el que el escritor expresaba un pensamiento que también compartía Durá: "Pensé: Imagínate que una novela anterior fuera de un autor muy reconocido y en la siguiente vida lo lee y se reconoce". Y de ahí surgió el embrión para El sindicato de los reencarnados, un título que, asegura, le costó bastante. "El anterior me vino enseguida y la novela fue detrás; este no lo tuve claro hasta el último momento".

La anterior novela a la que se refiere es Casablanca sin Bogart, en la que plantea un mundo sin nuevas historias y que tuvo una muy buena acogida, según traslada su autora. Para que viera la luz esperó diez años, un modus operandi que ha repetido, en cierto modo, en El sindicato de los reencarnados, pues la empezó en 2008 y la terminó en 2015, entre descansos y nuevas correcciones. "Me excedo con los reposos", reconoce.

Sin embargo, adelanta que su próximo libro -del cual ya tiene idea- no lo dejará madurar tanto, "porque los tiempos no lo permiten; la vida es finita". Y apunta que ahora se ha volcado en la narrativa infantil con la publicación del cuento La bruja Lula de Grimmsonlandia, una bruja ecologista que convierte en ratón a quienes no reciclan.

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