ELCHE. La pasada semana se desveló al fin el reparto de concejalías, una cuestión que como era obvio había suscitado todo tipo de quinielas e hipótesis sobre quiénes serían los responsables de cada área. Una en la que había bastantes miradas era en Urbanismo, un ámbito que ha supuesto todo un quebradero de cabeza para el anterior tripartito y en especial para el exconcejal José Manuel Sánchez, que decidió anunciar su retirada de la política un año antes de acabar el mandato, fruto del desgaste de varios asuntos y de sentirse decepcionado con la falta de compañerismo o arrojo en las filas de su partido. Ahora, Ana Arabid, quien ostenta una macro concejalía —gracias a ser de la confianza del alcalde— con Capitalidad Verde, Edusi y Urbanismo, después de haber hecho una buena gestión en Hacienda, será una de las concejales sobre las que se centren las miradas esta legislatura. No son pocas las 'patatas calientes' que tendrá que gestionar.
Por momentos, en la pasada legislatura ha parecido que en Elche no pasaba otra cosa que no fuera todo lo relacionado con el Mercado Central, cuestión focalizada por prácticamente todo: partidos, placeros, colectivos, comerciantes y medios de comunicación. Con todas las posiciones enfrentadas, ahora mismo hay una situación de espera, como lleva ocurriendo años con este proyecto. Por una parte, el Ejecutivo municipal espera el informe encargado al despacho nacional Cuatrecasas para ver cómo afrontar la posible rescisión, ya que defienden que la carta de Icomos, organismo asesor de la Unesco, alerta de la incompatibilidad entre el proyecto y toda el área de 'influencia' del Misteri d'Elx.
Por la otra, hace unos días un georradar confirmaba la ubicación del refugio de la Guerra Civil bajo el mercado, otra carta que los colectivos juegan, al considerar que si el Ayuntamiento decide que tiene el suficiente valor como para tramitarlo como Bien de Relevancia Local (BRL), podría suponer la rescisión sin indemnización del contrato ya que el aparcamiento proyectado se lo llevaría por delante según los informes técnicos. Aún no se ha encontrado, aunque desde Urbanismo se confía en hacerlo, ya que las oquedades del georradar muestran que la entrada está en la zona donde ya se estuvo haciendo una pequeña prospección hace unos días y se encontraron restos de cerámica islámica.
Enfrente, la concesionaria del mercado, Aparcisa, espera poder seguir adelante con el proyecto. De hecho, quiere derruir el viejo inmueble antes de seguir con la cuarta y última fase de las catas, entre al fachada del mismo y los Baños Árabes, cuya tramitación como Bien de Interés Cultural (BIC) sigue esperando mientras e deterioran día a día. La Conselleria de Cultura está ahora pendiente del informe de las catas realizadas por la empresa Alebus, a partir del cual se autorizará o no la siguiente fase. De momento Aparcisa, como todos, juega sus intereses, un contrato legal y con la amenaza periódica de una hipotética indemnización millonaria si se rompe el contrato. No es en cualquier caso este el único choque con el Ayuntamiento. Urbanismo, aún con Sánchez, ordenó la demolición de la terraza hostelera del Mercado Provisional al haberse hecho sin autorización. Algo que se hizo público tras haber estado meses atascado el informe y la orden de derribo en Contratación, departamento que llevaba Arabid. La compañía recurrió la orden y está en los juzgados, como podría acabar el asunto del Mercado Central si no hay salida negociada. Lo cual iría para años.
Aunque es una competencia compartida con otras áreas como Vía Pública, Tráfico o Movilidad, será otra de las cuestiones que asomarán esta legislatura. Uno de los errores del tripartito fue haber impulsado el proyecto hacia el final del mandato y no al principio, por lo que tras las polémicas con un supuesto consenso en torno a la peatonalización, el proyecto ha acabado por quedar paralizado, dando lugar a uno más amplio, el Plan Centro. Hasta ahora sólo se ha actuado en la zona entre Centro y Raval, en la calle Alfonso XII y Ángel. Para el final queda la peatonalización de la Plaça de Baix y la Corredora, a priori cuando se sepa qué pasará con el Mercado Central. Mientras tanto, en teoría llegarán otras actuaciones.
Ya es uno de los casos que está 'judicializado', con un contencioso administrativo del Ayuntamiento hacia la Generalitat, al considerar que esta se equivocó impidiendo la demolición del inmueble y considerando la licencia de derribo mal otorgada por parte de la administración local. Esta la concedió sin la realización de las actuaciones arqueológicas previas, porque consideró que en la ubicación de la sala de venta de aguas no tiene la consideración de Bien de Relevancia Local (BRL). Sin embargo, la Dirección General de Cultura y Patrimonio incide en que debía haber realizado catas previas a la licencia, ya que se encuentra dentro del Núcleo Histórico Tradicional. En cualquier caso, Cultura ya levantó la suspensión de la demolición, pero condicionada a que se realizaran las mencionadas catas por tanto. Cabe esperar que la nueva edil de Urbanismo y el equipo técnico diriman ahora qué posibilidades hay de buscar alternativas, ya que se ha estado intentando buscar alternativas que satisfagan a los propietarios para no derruir el inmueble, que albergó la sala de subastas de agua.
Aunque el más mediático ha sido el del Mercado Central, el caso que lleva de una instancia a otra es el famoso Hotel de Arenales, con un esqueleto en ruinas en primera línea de playa años y años. Por el momento, el Ayuntamiento poco puede hacer, ya que hay que esperar a que el Tribunal Supremo resuelva tras el recurso de casación de la concesionaria del hotel, Princesol, después del varapalo de la Audiencia Nacional que da la razón a Costas y ratifica que ampliaron el volumen del inmueble fue ilegal, porque el permiso que tenían no era para estas obras. Una serie de irregularidades, eso sí, de las que el Ayuntamiento tuvo conocimiento en su momento por denuncias ciudadanas sobre las intervenciones que la compañía estaba efectuando.
Ahora mismo es algo que no está en la agenda, sin embargo, podría suponer un nuevo caso similar al del Mercado Central. Esta finca, ubicada en el sector E-16, tiene desde hace más de dos décadas proyectada una urbanización con unas mil viviendas. Sin embargo, ya entonces y sucesivamente se han realizado catas arqueológicas que han descubierto yacimientos que van desde un asentamiento prehistórico, hasta otro íbero que parece apuntar a que esta zona fue el alfar de La Alcudia, con elementos bien conservados, y que además parece haber restos de la Vía Augusta. Por el momento, algunos colectivos ya han advertido sobre esto, ya que tras varios años de espera, la Agrupación de Interés Urbanístico ha reunido el dinero para que se realicen las catas previas a la urbanización del lugar. Un sector en el que a priori habría que integrar varios huertos históricos, y en el que además se encuentra una casa de arquitectura popular de principios del siglo XX, en deterioro como muchas otras del casco urbano y sobre todo el Camp d'Elx, y que además está sin proteger.
A modo de bonus track en cuanto a patrimonio, son muchos los edificios históricos sin rehabilitar, desde Las Clarisas, que lleva doce años esperando tener un proyecto claro desde que se anunció, hasta otros en deterioro como la casa y huerto del pintor López Mezquita —junto a la Cruz Roja—, elementos como el Molí Real, todo el patrimonio hidráulico o casas como las del Hort de Pontos, Hort de Portes Encarnades, o torres como la de Vaíllo o la de Ressemblanch. Incluso la Basílica de Santa María —competencia de la Diócesis Orihuela-Alicante—, en varias de sus fachadas, sobre todo la que da a la Calahorra, lleva esperando una rehabilitación profunda. Luego hay asuntos pendientes como el de la apertura del refugio de la Guerra Civil de Germanías, para el que se arrancó desde Patrimonio a Cultura una partida de 10.000 euros para una exposición que se presentaría en las Clarisas para luego llevar al refugio, sobre su importancia y su vinculación con los Derechos Humanos. Sin embargo, aún no se sabe cuándo llegará esa exposición, y más importante, cuándo se abrirá el refugio, con un proyecto ya hecho, aunque pendiente de una partida dineraria importante o de una subvención mucho mayor que los 10.000 euros de la exposición. Por otra parte, otros proyectos en espera, aunque eso sí en manos de la Conselleria, está el Hort del Gat, del que de momento no hay noticias.
Precisamente, para ampliar las protecciones de nuevos elementos, además de velar porque estas se cumplan, es necesario un nuevo Catálogo de Edificios Protegibles, que a priori ya se está trabajando para incluirlo en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), una de las prioridades urbanísticas el pasado mandato para dejar atrás el actual, de 1998, después de los cambios que ha tenido la ciudad 20 años después. Aunque se había avanzado en el Documento Inicial Estratégico y en el Plan del Palmeral, había cierta paralización por miedo a no tocar nada hasta que hubiera nuevo Ejecutivo. Por lo que es una de las prioridades, ya que va hilado con objetivos estratégicos como el Plan 2030 o la Capitalidad Verde.
Precisamente con los Edusi, la principal premisa es la de actuar en los barrios más vulnerables, Carrús, Palmerales y San Antón, que además son los que tienen un mayor deterioro urbanístico, por lo que los fondos europeos juegan aquí un papel fundamental de cara a rehabilitar y renovar unos barrios que llevan tiempo abandonados. Uno de los problemas que suelen quedar a la sombra de asuntos que copan la agenda mediática como todo lo urbanístico referente al centro del municipio. Mientras tanto, el departamento urbanístico y Pimesa seguirán trabajando con la ampliación de Elche Parque Empresarial y la renovación de San Antón, aspectos que ya están en marcha.