ALICANTE. La nostalgia nos vuelve buenos. Es agridulce y juega en una delicada línea que viaja entre el dolor del corazón y el amor de lo que fue.
En el mundo de la moda, donde la innovación y la nostalgia a menudo se entrelazan, el diseñador eldense Juan Vidal ha logrado destacar con su última colección, Beyond Nostalgia. Esta serie de creaciones no solo rinde homenaje a las raíces y la historia de la firma, sino que también marca un paso audaz hacia el futuro del diseño de moda. Comprender el pasado propio para tratar de entender el futuro y construirlo.
Con una paleta de colores que evoca recuerdos de épocas pasadas, cada pieza es un testimonio de la habilidad de Vidal para fusionar lo clásico con lo contemporáneo. Los tejidos ricos y las siluetas atemporales se combinan con detalles modernos, creando un diálogo entre el pasado y el presente.
Los vestidos son una vez más el buque insignia de Juan Vidal. Esta vez se llenan de peonías blancas que, tal y como explican desde la firma, simbolizan el respeto y la timidez del amor. Esta flor se estampa sobre colores realmente suaves como el amarillo, el rosa o el blanco, y en tejidos como el satén de seda lavada, las lentejuelas transparentes o el seaqual, un tejido de fibras recicladas que Juan Vidal utiliza desde su primera cápsula como respuesta a su compromiso con la sostenibilidad.
Colores claros había, claro, pero también oscuros. El negro no podía faltar, habiéndose convertido en un básico de la firma. En los diseños oscuros, la silueta es la clave, pues la falta de color define la figura femenina como solo Vidal y sus negros saben.
Juan, conocido por su estética refinada y su enfoque en la artesanía, nos ha regalado esta colección que busca explorar la memoria colectiva y la individual, llevando a los espectadores a un viaje a través del tiempo. El resultado es una colección que no solo es un tributo a lo que fue, sino una declaración de lo que puede ser. Juan Vidal continúa empujando los límites de la moda, demostrando que la nostalgia puede ser un punto de partida para la innovación, no solo un refugio para lo familiar.
Con Beyond Nostalgia, Juan Vidal no solo ha creado prendas; ha tejido historias, ha construido puentes entre generaciones y ha redefinido lo que significa mirar hacia atrás para avanzar. Es un recordatorio de que, en la moda, el pasado siempre está presente, pero el futuro es un lienzo en blanco listo para ser pintado con audacia y pasión.
Porque Juan Vidal, como siempre he dicho, es la pieza que le faltaba a nuestra moda y menos mal que está, porque ir a inventarlo nos hubiera traído muchísimo trabajo. Teníamos a Laura Ponte, rebelde y con causa; a Verónica Blume, con la paz que transmite y el Nirvana por bandera; A Carlos Duarte y sus trajes sastre... pero faltaba Juan Vidal, que desde hace años a mí solo me da un titular posible: sensualidad sin límites. Un new talent que, quitando el new por todos los años que ya son, nos deja el talent para hablar de moda dentro y fuera de nuestras fronteras.
Él y todo su equipo, desde Edurne hasta Elena, conforman esos lazos de amistad entre adictos a la moda (como yo), trabajadores de esta y compradores que hace que desde fuera nos vean como "los de la moda" pero dentro, solo podemos sentir un lazo de unión, un sentimiento de nostalgia y nervios por lo que esté por venir. Y en el centro de todos, Juan. Dibujando a mano alzada esos figurines que tanto le identifican y revolviéndose el pelo —siempre que le he visto va despeinado, es su peinado y esencia— con ese estudio del pasado que a mí, personalmente, me deja ver desde Balenciaga hasta Sybilla presentes en su colección actual. Quizá porque para ellos también era y es más fácil diseñar que hablar al igual que a mí me pasa con la escritura. Escribir y diseñar historias como fórmula de escape de la realidad.
Y así, sin más, una historia para cada puntada, cada patrón, cada diseño.