ALICANTE. Cuando se dice que el Elche, como la prácticamente totalidad de clubes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), tiene sobre la mesa desde solicitar un Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) a un préstamo participativo, financiarse empleando como garantía sus ingresos por derechos de televisión o simplemente capear el temporal sin tomar ninguna medida extraordinaria es porque tiene garantizado el cumplimiento de sus obligaciones hasta el 30 de junio. Sí, el problema del franjiverde y de la inmensa mayoría del resto de clubes de Primera y Segunda División A no será esta campaña. Será la siguiente, siempre y cuando no se retome la competición en la presente y se jueguen las once jornadas que restan.
Como adelantó Alicante Plaza en su día, el Elche trabaja en el curso 2019/20 con un presupuesto que contempla un resultado de explotación de 1.459.545,43 euros (es decir, al cierre del ejercicio la diferencia entre lo que le habría costado desarrollar su actividad y lo que habría obtenido por esta sería un buen pellizco: casi 1,5 millones (y subiendo, si tenemos en cuenta que en el ejercicio 2018/19 también se mejoró notablemente: elevó en 7.618.718 su cifra de negocio); un resultado de explotación que al restarle el financiero (este es negativo, de -130.683,23 euros, porque los ingresos financieros previstos son algo inferiores a los gastos) arroja un beneficio antes de impuestos de 1.328.862,20 euros (otro buen pellizco). Todo en un contexto presupuestario en el que se contempla una cifra de negocios neta de 8.963.001,93 euros y destacan como ingresos los 6.300.000 euros por cesión de derechos audiovisuales, los 1.606.109,35 euros por contratos de comercialización y publicidad o los 1.056. 892 por ingresos deportivos (importe este que se ha superado notablemente ya como consecuencia de los movimientos en el mercado de invierno).
El Elche ya ha cobrado la práctica totalidad de lo que le corresponde por derechos de televisión y los ingresos presupuestados por venta de abonos, entradas y publicidad y patrocinios también se han cumplido de manera que no solo tiene el dinero, es que al seguir las estrictas normas de 'fair-play' económico (este curso y los anteriores) que impone la LFP cuenta con colchón para, llegado el caso, cumplir todas sus obligaciones y también devolver una parte (si así se le reclama ahora, que eso está por ver) de lo percibido si finalmente no hay una Liga de 42 jornadas (no tendría derecho a haber percibido los más de seis millones de euros firmados). El problema que supondría esto último lo tendría realmente en el curso 2020/21: fundamentalmente porque sus ingresos de televisión bajarían, al compensarse lo percibido esta de más, pero también porque, por ejemplo, tendría que contemplar el corresponder a sus abonados y patrocinadores de esta temporada.
Los clubes estudian cómo parar el golpe y lo hacen ahora porque sí o sí han de adelantarse, máxime cuando son tantas las dudas que planean sobre la vuelta del fútbol esta temporada por culpa de la pandemia de coronavirus, pero también porque es hoy, con el estado de alarma en vigor, cuando pueden acogerse por ejemplo a una reducción temporal de empleo por causa de fuerza mayor (el estado de alarma y las medidas de aislamiento) al abrigo del Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas extraordinarias para paliar el impacto del Covid-19.
El Elche, además, tiene la particularidad de encontrarse en fase de cumplimiento de un convenio de acreedores y de un convenio singular con la Agencia Tributaria, entre otros, cuestiones que dificultan la obtención de financiación externa (el salvavidas que la Real Federación Española de Fútbol lanzó el miércoles) por encarecerla.