ALICANTE. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) protagonizaban este miércoles el enésimo enfrentamiento.
Esta vez los hacían a cuenta de las ayudas económicas a los clubes de fútbol profesional y aficionado anunciadas por el presidente de la primera, Luis Rubiales, buscando que no recurran a Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) para parar el golpe que supone el parón de la competición, una decisión en la que el ente de Javier Tebas aseguraba un día antes que les iba a apoyar.
El lío giraba alrededor de un auxilio financiero de un minimo de 500 millones de euros que Rubiales decía haber gestionado con las principales entidades del país, dirigido a los clubes de Primera y Segunda División A "con problemas" y en el que los ingresos de estos por la cesión de derechos audiovisuales serían la garantía. Por la mañana, el máximo mandatario de la RFEF invitaba a la LFP a saltar al ruedo y solicitar el citado crédito sindicado, pero por la tarde-noche ya hablaba de que debían ser los clubes, individualmente, los que lo hicieran. La razón para lo anterior residía en que Tebas se apresuró a recordarle que el Real Decreto-ley 5/2015, de 30 de abril, de medidas urgentes en relación con la comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales de las competiciones de fútbol profesional solo permite que la LFP obtenga financiación con ellos si es para pagar deudas con la Administración Pública. Por el contrario, los clubes sí pueden individualmente hacer uso de esos créditos a favor como garantía para financiarse (otra cosa es que las entidades no accedan a concedérsela por razones de riesgo), extremo este que Tebas recordaba que llevan haciendo toda la vida. Desde la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, por su parte, acusaban a la LFP de no haber entendido el planteamiento y que Rubiales se refería por la mañana a lo que insistía por la tarde.
Sea como fuere, lo que parece harto complicado es que al citado salvavidas que lanza la RFEF vayan a agarrarse los clubes que precisamente tienen problemas de liquidez por lo que las posibilidades de que haya ERTE en el fútbol profesional siguen siendo muy altas. De hecho, la Asociación de Futbolistas Españoles desliza que unos diez clubes de Primera y Segunda División A estarían estudiando lo anterior; entre los mismos se encontrarían desde el Barça (que no esconde que negocia sin suerte una rebaja salarial con sus jugadores) al Atlético de Madrid o el Espanyol de la máxima categoría y el Lugo y la Ponferradina del fútbol de plata.
El Elche, por su parte, sigue sin decidirse. El club franjiverde tiene sobre la mesa varias opciones que van desde precisamente solicitar financiación a un banco a recurrir a préstamos participativos (al auxilio de sus accionistas), negociar una rebaja salarial con sus jugadores o solicitar un ERTE al abrigo del Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas extraordinarias para paliar el impacto del Covid-19.