ALICANTE. La sanidad postpandémica sigue igual de tensionada que entre 2020 y 2021, solo que la presión se ha trasladado de la lucha contra el virus a la atención a un enorme abanico de dolencias que pasaron a un segundo plano en esos años y que ahora han resurgido con fuerza, especialmente crónicos que vieron suspendido su seguimiento, y nuevas dolencias. Sin dejar de atender casos de covid (aunque el protocolo se ha relajado mucho, excepto en caso de contagio por parte del personal sanitario), los médicos de la provincia de Alicante están atendiendo una "bolsa infinita" de casos pendientes y nuevos, lo que termina derivando cada vez más casos al circuito privado.
La sanidad privada, que debería ser un complemento de la pública, se ha convertido en una alternativa de facto, tal como constataron este jueves los expertos reunidos por Alicante Plaza para su ya tradicional diálogo sobre la situación del sector: Enrique Izquierdo, Director Corporativo Clientes Imed Hospitales; Tomás Javaloy, Director Médico Vithas Alicante; Pedro Gil, Director de Operaciones y Nuevos Negocios de Quironsalud en la Comunitat Valenciana; Concha Giner, Directora médica HLA–Clínica Vistahermosa; Fernando Sánchez, Director médico Hospital Clínica Benidorm; Pepa Soriano, Directora Clínica Ribera Ciudad Quesada; Paula Giménez, Delegada provincial Asisa; Daniel Marco, Responsable asistencial Sanitas Alicante; Rodolfo Salinas, Director Médico Adeslas Alicante; y Hermann Schwarz, Presidente del Colegio de Médicos de Alicante.
Schwarz, médico en la pública, fue el encargado de abrir el debate a petición del director de Alicante Plaza, Miquel González, que moderaba el acto, para analizar que "la situación está tensionada, estamos recuperando la atención primaria y pacientes crónicos, y las consultas han aumentado un 25%". Así, "ha crecido la derivación al ámbito hospitalario, que también está colapsado, y por tanto a la privada, que está respondiendo adecuadamente". El director médico de Adeslas aportó que "la presión asistencial ha subido casi 5 puntos en dos años, el gasto sanitario ya es el 27% del PIB, y aumentará por el envejecimiento". Como positivo, señaló "la digitalización y una mayor conciencia ciudadana".
Paula Giménez, de Asisa, reveló que "se ha incrementado la contratación de seguros privados por el colapso de la pública, sobre todo desde que quitamos las cláusulas de pandemia por el covid, cada vez se usa más la sanidad privada y eso aumenta los costes". Desde Ribera, Pepa Soriano avanzó que la población mayor de 65 años es más del 33% y apuntó a "alternativas a la medicina clásica, como la presencialidad". Fernando Sánchez, de HCB, consideró que "no hemos vuelto a la normalidad, sino a un escenario distinto", y advirtió de que el colapso de la sanidad pública ha aumentado la confianza en la privada, que "no debería ser considerada una alternativa, sino un complemento, porque no es universal".
En Sanitas la contratación de seguros ha crecido a dos dígitos los últimos años, con el 50% de altas a través del canal digital. Tomás Javaloy, de Vithas, defendió que son un "aliado imprescindible de la Seguridad Social", y en HLA Vistahermosa, Concha Giner lamentó que "llegan pacientes peor que antes porque en tres años no han venido a consulta, y además el paciente se ha vuelto hiper exigente". Pedro Gil (Quironsalud) consideró que "se ha generado una demanda infinita de servicios de salud, lo que plantea muchos retos para mantener el servicio", y en Imed, Enrique Izquierdo explicó que "la tensión asistencial se ha rebalanceado tras la pandemia, con una demanda creciente en los hospitales privados que cada vez son más alternativa, en lugar de complemento". Un escenario que agravan la inflación y la falta de profesionales.
En cuanto a los servicios cuya demanda más ha crecido tras la pandemia, los participantes señalaron la salud mental (donde advirtieron de una falta de especialistas, con 6 psicólogos por 100.000 habitantes, frente a los 18 de Europa), la fisioterapia por el impacto del teletrabajo, o la medicina preventiva. "Ahora los pacientes piden chequeos dos veces al año, antes ni se lo planteaban". También han visto aumentar casos de afecciones respiratorias al retirarse las mascarillas, sobre todo en niños, o las operaciones de rodilla y cataratas. "Hay una mayor exigencia porque la pandemia nos ha hecho conscientes de nuestra fragilidad", resumió Giner. En Vithas, por su parte, "se ha desbordado la demanda de salud mental", mientras desde Sanitas indican que ha aumentado un 22% el uso de seguros privados.
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En Ribera añaden urología y otorrino como especialidades estrella, y avisan de que la dermatología "tiene una demanda brutal en esta zona", al tiempo que lamentan que los pacientes de primaria "olvidados" y han pivotado hacia los hospitales, con una "bolsa infinita". Para Asisa, una clave a tener en cuenta es que "estamos acostumbrados a la inmediatez", lo que lleva a saturar las urgencias y reducir la calidad del servicio, y el presidente del Colegio de Médicos advierte de que "ha aumentado la demanda pero no los médicos, en la sanidad pública se está contratando personal pero no facultativos, que es lo que necesitamos. Estamos muy sorprendidos, porque si no pretenden que otras categorías profesionales sustituyan a los médicos, se crea un cuello de botella por la falta de planificación".
El debate abordó también la problemática de las primas de los seguros privados. "A los que colaboramos en el sistema Muface, nos han subido la prima un 0,75%, de forma que si antes este colectivo ya no era rentable, pues ahora mucho menos", criticó Paula Giménez, de Asisa. Los funcionarios son un 40% de su cartera, mientras que en los seguros privados la prima ha aumentado un 7,8%, "pero los costes han subido más, así que si teníamos una rentabilidad muy ajustada, ahora es aún inferior". Así, adelantó que "si queremos mantener la calidad, las primas tienen que subir", algo complicado en un escenario en el que "la gente se cambia de compañía por 3 euros al mes de diferencia".
Rodolfo Salinas, de Adeslas, explicó que son "muy cautelosos" con la política de primas porque "somos responsables de que 12 millones de personas tengan seguro, cumplimos una función social de acceso a la sanidad". No obstante, defendió "una prima suficiente para que el sistema sea sostenible". Sobre todo, porque como indicó Daniel Marco, de Sanitas, "tenemos que mantener las inversiones y reinvertir nuestros ingresos en mejorar la prestación".