ALICANTE. Las modernas máquinas automáticas de cobro en los peajes de la autopista AP-7 tendrán una segunda vida tras la liberalización de la vía, que desde el 31 de diciembre por la noche es de libre acceso. La compañía concesionaria, Abertis, dueña de los aparatos, habría llegado a un acuerdo para venderlos a los Estados Unidos, que mantienen una importante red de autopistas interestatales de peaje. Al parecer, la autopista donde se instalarían los equipos atraviesa el estado de Arizona.
Las máquinas fueron instaladas por Aumar, filial de Abertis, para automatizar el pago del peaje en la AP-7 entre los años 2012 y 2013. Su instalación supuso la salida de más de 90 empleados que hasta entonces se dedicaban al cobro manual de los peajes. Precisamente, Aumar llevó a cabo la importante inversión en automatizar el cobro de sus autopistas en plena crisis económica, con el objetivo de poder reducir la masa salarial tras el desplome del tráfico diario en la vía de peaje. La mayoría de salidas que se produjeron entonces fueron pactadas, y en muchos casos a través de prejubilaciones.
Ahora, con la finalización de la concesión, la empresa busca rentabilizar esa inversión y, dado que las máquinas de cobro automático son de su propiedad y revierten a Abertis con el levantamiento de las barreras, ha negociado su venta a los Estados Unidos, según las fuentes consultadas. Si bien se desconoce el importe de la transacción, cada una de estas máquinas de última tecnología está valorada en aproximadamente 300.000 euros, según dichas fuentes.
En este sentido, cabe destacar que las autopistas de pago en Estados Unidos recurren casi exclusivamente al pago en efectivo, con cobradores manuales, aunque se ha habilitado también un sistema similar al Vía-T español que carga el importe directamente en la tarjeta de crédito al atravesar el punto de control. Así, la instalación de las máquinas de Abertis supondrá un importante salto tecnológico en la gestión de dicha vía, cuyo mantenimiento corresponde tanto al Gobierno federal como a los estados que atraviesa (además de con el peaje, se financian con cargo a las arcas públicas).
Entre tanto, el funcionamiento de la autopista en sus primeros días libre de peajes se mantiene dentro de la normalidad aunque con un apreciable incremento del tráfico, que sigue siendo fluido, según ha podido constatar este diario. El personal de las contratas que se encargaban del mantenimiento y conservación de la vía para Aumar ha comenzado a prestar el mismo servicio directamente para el Ministerio de Fomento, titular ahora de la vía, a excepción de los empleados que se dedicaban a la limpieza de los peajes y oficinas de la concesionaria. En cuanto al personal propio de Abertis, la empresa firmó un acuerdo con los sindicatos a mediados de diciembre para llevar a cabo un ERE como consecuencia del fin de la concesión, que afecta a unas 140 personas entre la AP-7 y la andaluza AP-4.
El personal que sigue encargándose del mantenimiento (encomendado por Fomento a FCC para el tramo Alicante-Valencia) trabaja estos días en la adecuación de los troncos de los peajes, que tras el levantamiento de barreras tardarán aun unos meses en ser retirados, según fuentes de la empresa. El cálculo es que puedan pasar hasta ocho meses mientras se demuelen las estructuras, por lo que se trabaja en reducir el número de carriles habilitados para atravesarlos (en la salida de Benidorm, por ejemplo, se pasará de seis a tres) e instalar medidas para que los conductores minoren la marcha al llegar a la salida.