ALICANTE. El Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Alicante (COAATA) reactiva el debate sobre el edificio de la calle Rafael Altamira, adquirido hace más de una década con la intención inicial de convertirlo en su nueva sede institucional.
Los colegiados están llamados a una asamblea, este 7 de mayo, para concretar cuál puede ser el futuro del inmueble, después de que quedase sobre la mesa sin ningún desarrollo efectivo la propuesta que se había llegado a barajar a principios de 2017.
Entonces, el organismo colegial había planteado la posibilidad de emprender la recuperación del edificio, de modo que pudiese tener un doble uso. El inmueble se compone de planta baja, entreplanta y dos alturas. La propuesta del COAATA comprendía la reserva de la planta baja a su sede social, con un salón de actos y zona de atención al público, de modo que el resto del inmueble pudiese dedicarse a la creación de alojamientos turísticos.
En función de esa propuesta, se llegó a mantener contactos con la Concejalía de Urbanismo con el fin de evaluar la que en ese momento parecía ser la alternativa más asequible para poder afrontar los costes de la rehabilitación del inmueble, ya que su uso como alojamientos turísticos podría generar los ingresos necesarios para la financiación de las obras.
Con esa fórmula se trataba, en definitiva, de seguir los pasos de otros colegios profesionales -como el de Arquitectos, en Gabriel Miró, o el de Economistas, en la calle San Isidro- con el propósito de que el papel institucional del inmueble pudiese compatibilizarse con otros usos no vinculados al colegio.
Las fuentes consultadas precisaron que aquel proyecto inicial no fraguó, entre otras cuestiones, porque no llegó a someterse a la consideración de la asamblea de colegiados. De ahí que la nueva directiva del colegio apueste ahora por abrir esa consulta previa para saber qué uso podría darse al inmueble.
Al mismo tiempo, también se ha retomado la fase de consultas administrativas con el departamento municipal de Urbanismo para conocer cuáles son las posibilidades reales del edificio. En principio, está afectado por las determinaciones del Plan Especial del Casco Antiguo (PECA), en el que sí se contempla el uso turístico, siempre que se trate de edificios en bloque (completos).
No obstante, en ese supuesto, la planta baja del inmueble podría seguir albergando la sede institucional del colegio, como se delimitó a partir del decreto de instrucción urbanística dictado para disipar dudas sobre la coexistencia de comercios o restaurantes en los bloques destinados a apartamentos.