PRIMERA NOVELA DE EVELYN KASSNER

'La casa de las flores blancas', un thriller en la Selva Negra con contrastes y tensión 'in crescendo'

21/06/2021 - 

ALICANTE. "Mi madre me puso este nombre porque cuando estaba embarazada de mí estaba leyendo una novela cuya autora se llamaba así". Lo que no sabía la madre de Evelyn Kassner era que había creado la precuela perfecta para la historia que ahora desenlaza con su hija convertida en escritora. Un círculo perfecto. La alteana (que reside ahora en Alicante) ha publicado su ópera prima, La casa de las flores blancas, un thriller que fusiona ficción con elementos prestados de la realidad.

Sin hacer demasiado spoiler, Kassner cuenta que la trama se sitúa en Baden-Baden, un municipio de la Selva Negra al que la gallega Adela Ulloa decide viajar para tomarse un año sabático. Ya en el país germano la protagonista vivirá dos historias de amor: la suya con Klaus, un profesor de historia alemán, y, como bonus track, una ajena que le sucedió a la propietaria del lugar donde se hospeda, la casa de las flores blancas, una mansión del siglo XIX que perteneció a la baronesa Chloris Von Friedman, quien tuvo un romance extramatrimonial con el zar Alejandro II.

"A raíz de indagar en esta historia, se desenvuelve una vorágine de acción, suspense y misterio, con la aparición de una organización internacional secreta rusa que hará que la vida de Adela corra peligro", desvela la autora. Y apunta que "lo que se suponía que iba a ser un viaje sabático se convierte en una pesadilla". Pese a que las páginas de la novela avanzan con las dos parejas, van apareciendo personajes que la escritora ha colocado en la trama traídos de la vida real. "Durante el siglo XIX, Baden-Baden fue una especie de meeting point de la alta sociedad, algo que me llamó mucho la atención cuando viajé por primera vez al lugar", explica.

Es por ello que la trama integra pinceladas y personajes históricos de los que la alteana echó mano para desarrollar la novela, si bien trasladándolos a 2005, año en que tiene lugar la acción. "Si he de ser sincera, me hubiera gustado adentrarme más en la parte histórica, pero se trataba de mi primera novela y no me atreví", confiesa. Y añade que "novelar la historia es un trabajo de investigación que requiere muchísimos conocimientos por parte del autor".

Escribir un libro era una idea que Kassner tenía pendiente en su to do list y, aunque con momentos de duda y paréntesis prolongados, se lanzó a novelar su primera historia, la cual ha acabado viendo la luz a través de Almuzara. "La editorial me dio la oportunidad de publicar mi primera novela pese a que yo soy novel. Ha sido una maravilla de experiencia, porque han tenido un trato muy cercano conmigo y han sido muy accesibles", asegura. 

Baden-Baden no es una ciudad extraña para la escritora, pues la conoció por primera vez a sus 24 años, con las fiestas de agosto invadiendo sus calles, y volvió a ella cuando ya sabía que iba a comenzar este proyecto literario. "Esta última vez viajé sola y a finales de octubre, porque quería que fuera una época en la que no hubiera turistas para tener ese encuentro más íntimo con la ciudad y poner todos los sentidos en cada rincón. Me inspiré muchísimo. En toda la ciudad se respira ese maravilloso siglo XIX", evoca el olor.

Además de conocer el municipio germano también se topó con un libro de Renate Effern que le facilitó la tarea de documentarse. Esta obra hacía un recorrido por los alojamientos de las personalidades rusas en Baden-Baden, manera con la que Kassner pudo averiguar cuáles eran los aposentos del zar Alejandro II cuando viajaba allí. En contraposición, la escritora asegura que la parte más difícil de su opera prima ha sido "creer que podía hacerlo" y la que más ha disfrutado, la creación de los personajes: "Yo quería ser actriz, pero mis padres no me dejaron. He podido trasladar esa vocación a la hora de escribir, porque lo hago interpretando cada uno de los personajes que he creado".

Alicante y Altea ya han acogido varias firmas de La casa de las flores blancas, aunque su autora cuenta que la intención es aparcarlas hasta después de verano. Por el momento, Kassner se mantendrá ocupada escribiendo su segunda novela, "que no tiene nada que ver con esta; aquí sí que me atrevo a hacer un trabajo de investigación profunda, que comenzará a finales de la II Guerra Mundial", desvela. Y adelanta que los ingredientes principales serán el suspense, el espionaje y la masonería y que supone "un reto personal al ser el protagonista un hombre".

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