ELCHE. La diputada de Compromís por Alicante y una de las líderes de Iniciativa del Poble Valencià -una de las tres patas (o cuatro si se cuenta a Gent de Compromís)- de la coalición valencianista, Mireia Mollà, hace balance de toda la actividad de su formación en las Cortes Valencianas y como socio del gobierno de Botànic. Y también repasa las medidas más polémicas del Ejecutivo valenciano (decreto de plurilingüismo, etc) y cómo es la convivencia en el seno de Compromís.
-Se cumplen casi dos años del Gobierno del Pacte del Botànic. ¿Gobernar desgasta más que hacer oposición?
-Hay una carga de responsabilidad diferente. Hay que tener en cuenta que Compromís pasa de un grupo de seis diputados en los Cortes Valencianas a uno de 19 en el Gobierno. Y lo hicimos con un trabajo de oposición nunca experimentado y con una presión que ya desgastaba muchísimo. Aunque se reconoció el trabajo, el desgaste fue brutal. Y, sobre todo, lo que había detrás, con momentos como lo de Blasco, con amenazas y tal...Estamos en el gobierno y ahora tenemos la gratificación de que podemos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El desgaste ahora está en no poder ir a la velocidad que quieres, no poder llegar a todo lo que quieres; que Madrid no te reconoce los recursos económicos,...¿Es desgaste? Es frustrante en algunas ocasiones...pero también compensa mucho haber echado gente que hacía mal a las personas y hacer política que hace las cosas bien para las personas.
"El desgaste ahora está en no poder ir a la velocidad que quieres"
-De todas las medidas que ha puesto en marchas el Gobierno valenciano, ¿con cuál se queda? ¿de cuál está más orgullosa?...
-Lo que tuvo más carga simbólica ha sido reconocer la dignidad de la Asociación de Víctimas del Metro, y recibir en las Cortes a la presidenta Beatriz Garrote, para que tomara la palabra en la comisión de investigación. Era poner fin a una etapa que no sólo se cuestionaba la dignidad de las personas, sino también la dignidad del pueblo valenciano en otras partes de España. Y eso no se podía consentir. Después hay cuestiones sanitarias, educación y de políticas social que están revirtiendo ahora la dinámica destructiva que tenían y se está recuperando la educación pública, la sanidad universal y a las personas que se les dejaba fuera de la Dependencia.
-Consideras que Compromís se ha puesto un nivel alto en cuestiones como la transparencia o la incompatibilidad de sus cargos...
-No. Considero que no. Una cosa es que cuando el sistema, las instituciones, a la política en general, o el conjunto de la sociedad tiene tantas cuestiones por hacer en transparencia o códigos de buen gobierno, ya sea en el ámbito privado o público, lógicamente ese camino no se hace velozmente y con voluntad...pero hay que hacerlo. El listón no es alto...estamos haciendo el camino y ese camino es necesario. Eso no significa que se haga de la noche al día.
En cuanto a transparencia de los cargos, ese camino no se hace velozmente y con mucha voluntad
-Hay algunas decisiones muy polémica del nuevo Gobierno que han salido de las consellerias de Compromís, como el decreto del plurilingüismo...¿A qué atribuyes la contestación o el ruido mediático generado?
-Yo no me centraría en la contestación de un sector de padres y madres. Creo que hay una parte que achaco a no saber explicar bien las cosas, y probablemente, debemos hacer mucha pedagogía de ciertas cuestiones. Atribuiría a ese fantasma al PP y a Ciudadanos, que ahora intentan revivir porque saben que les ha venido muy bien. Objetivamente, creo que eso ya no llega a una mayoría social, sino a un minoría y a veces hasta el ridículo. En otras épocas era impensable que un eurodiputado del PP -en referencia a Santiago Fisas y la polémica del valenciano y el catalán- le coloreara la cara a Isabel Bonig y que le dijera que no todo vale en política refiriéndose a los fantasmas con los que el PP valenciano quiere utilizar para réditos políticos.
"El fantasma (del catalanismo) les viene bien a PP y ciudadanos, pero creo que eso ya no llega a una mayoría social"
-Consideras que ya hay un sector social que ya no compra esa discurso...
-Ese discurso es de otra época, negaba las realidades territoriales y lingüisticas, que negaba las realidades culturales, que dejaba poco espacio para la diversidad -Canal 9 era un ejemplo-. Eso ya no funciona. ¿Por qué? Porque venía ligado a una supuesta buena gestión, a una ética, decencia o liderazgo, que se desenmascaró y que, al final, las indecencias de los que las protagonizaron siguen ahí y, por lo tanto, ese fantasma no vale. Y después porque hay una realidad social y política en España, como nunca antes se ha visto, muy consolidada, y que se predica ya en otros territorios. Hay gente en Extremadura o Navarra que te habla ya de plurinacionalidad o la diversidad como un valor que nos hace mayores de edad y nos hace más ricos. Esos fantasmas, esos mensajes, se están dirigiendo hacia la derecha o extrema derecha. Hay una abanico más plural en la izquierda, que lo potencia y lo dignifica.
-El PP de la Diputación de Alicante potencia ese discurso...
-Claro. ¿Qué les queda? Es la herramienta útil para ganar un espacio que han perdido. Les queda el Gobierno de la Diputación, que lo que quiere es utilizar la institución para tener una red clientelar, de poder, de contrapeso...y les ha funcionado bien. ¿Si es más potente ese mensaje territorial o el del bilingüismo o trilingüismo? Creo que sí. Ese mensaje aún tiene más carga en los municipios de Alicante que el resto de fantasmas que el PP airea. Ese mensaje tiene una carga más objetiva porque es cierto que las inversiones en Alicante, dentro del ámbito estatal, se han visto perjudicadas ante el peso poblacional y económico que tiene la provincia. En Elche, todavía más. Si se miran los datos es así, y máxime en los últimos 20 años. Ahora, hay una voluntad política para revertirlo y, sobre todo, desde Compromís, que es quien aporta los consellers que son de Alicante.
"Nunca hemos negado que en Compromís tenemos un instrumento político más complejo que un partido"
-¿Cómo es la convivencia en Compromís?
-Es buena. Y de hecho, entiendo la obsesión de algunos, pero viendo la situación del PSOE, PP, Ciudadanos o, incluso, Podemos, nadie puede discutir que Compromís que tenemos una buena dinámica de lo que es ésta cooperativa. Nunca hemos negado que tenemos un instrumento político más complejo que un partido. Todos tienen un sistema de mayorías que no hacen caso a las minorías. Nosotros tenemos un instrumento de tecnología política punta, como dice Mónica Oltra, que es compleja, que hace que tengamos más debates y que construimos consensos.
-La gran asignatura es integrar ahora a Gent de Compromís...
-Sí, también tiene su complejidad porque a esa gente le dices que tiene un espacio independiente, la gente tiene derecho a ser independiente, a ser un individuo independiente dentro de Compromís. El debate es cómo conjugamos la independencia con la mayoría de ese grupo, que es Gent de Compromís, con el resto de los tres partidos.
-Imagínate que estamos en enero de 2019, ¿propondrías una coalición entre Podemos y Compromís para las autonómicas de ese año?
-Normalmente, no miro tan largo. Hay que analizar el momento cuando estás en el momento. En política es imprescindible no avanzarte a los momentos.
-Entonces qué opina de que el Bloc ya haya cerrado esa posibilidad...
-Yo no me habría posicionado de una manera tan rotunda. En política, con el tiempo que falta, yo no habría hecho esas declaraciones tan rotundas, sobre todo, porque la dinámica de Compromís es proactiva en acuerdos y pactos. En definitiva, en qué sea el momento cuando se decida lo apropiado del acuerdo. Cada cosa en su momento y si el momento requiere hacer un análisis, se hace. La generales de junio de 2016 requería dar un espacio a una confluencia, era evidente y estamos orgullosos de ella. Llegados al 2019, el momento nos dirá. Pero pese a ello, el espacio de Compromís no debe difuminarse en ningún caso. No lo hicimos en la confluencia con Podemos en las generales. No lo hemos hecho nunca porque Compromís tiene un espacio propio que es potente y una herramienta útil que no tiene ningún otro partido: no tenemos ninguna dependencia fuera de nuestro territorio, somos el único partido con esa característica. Unos la tienen de súbditos, otros tienen dinámicas compartidas a nivel estatal. Pero todas tienen una dependencia, en diversos grados, y es imprescindible tener un instrumento que sólo sirva a los intereses de los valencianos y valencianas.
"Compromís es proactiva en acuerdos y pactos. En definitiva, en qué sea el momento cuando se decida lo apropiado del acuerdo"