ALICANTE. La 'espada' del consejo del Ivace, reunido este miércoles, ha cortado al fin el nudo gordiano en que se había convertido el futuro de la maltrecha escuela de negocios alicantina Fundesem Business School (FBS). El instituto dependiente de la Conselleria de Economía se tragó el sapo y aceptó el plan de viabilidad propuesto por la fundación de la escuela en el seno del concurso de acreedores al que se acogió en julio: abrir las puertas del edificio a la Universidad Europea.
Fundesem fue a concurso en julio del pasado año precisamente porque entonces el Ivace no consideró apropiado que una entidad privada usase un edificio público. Como la escuela de negocios no generaba ingresos suficientes para afrontar el alquiler del inmueble (propiedad del Ivace), mucho menos para pagar los 1,1 millones de atrasos, no había alternativa: o Universidad Privada o desaparecer. Ocho meses después de un traumático concurso, en el que la SL que gestionaba el negocio educativo ha sido liquidada dejando miles de euros sin pagar, la plantilla ha sido despedida y los alumnos han tenido que ir a otras escuelas de negocios o perder su matrícula, la solución volvía a ser la misma.
Esta vez, sin embargo, el Ivace ha tragado. Un acuerdo adoptado por unanimidad, después de que Abogacía de la Generalitat sacase de la votación al presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, y al del Consejo de Cámaras, José Vicente Morata, dado que la entidad cameral tenía intereses particulares en la resolución (pues nunca ha ocultado que, si Fundesem desaparecía, la Cámara aspiraba a ocupar el inmueble con su propia escuela). El resumen rápido del acuerdo al que ha dado su visto bueno el Ivace es que la Universidad Europea se queda Fundesem por 1,5 millones de euros.
Pues esto es, en esencia, lo que ha sucedido. El centro privado, que quiere abrir una escuela de grados sanitarios en Alicante desde hace dos años, como adelantó en exclusiva Alicante Plaza, asume la deuda de Fundesem tras el concurso (ese es el plan de viabilidad, de hecho), que será de esos aproximadamente 1,5 millones, de los que 800.000 son para el Ivace. Y a cambio, entra como usuaria del edificio, se convierte en socia de la fundación para dirigir la escuela de negocios y tendrá mayoría en su órgano de gobierno, además de elegir a su gerente. Si en vez de una universidad y una fundación se tratase de dos empresas, se hablaría de compra de la unidad productiva.
A partir de aquí, la Universidad Europea (una vez que el pleno del Consell de carta de naturaleza al acuerdo del Ivace y el convenio de acreedores salga adelante en el juzgado, para lo cual hay de plazo hasta el 1 de marzo) podrá comenzar a impartir los grados sanitarios, si así lo desea, el próximo curso. Y la escuela de negocios volverá a funcionar, también el próximo curso, con su oferta habitual de formación para ejecutivos. Pero con la Europea al mando, lo que supone a cambio que los títulos expedidos por Fundesem tendrán el sello de su nuevo partner, que tiene su propia oferta en este segmento.
Y en el lado contrario, la Cámara de Comercio de Alicante, que esperaba la resolución del concurso para activar su propio proyecto de campus para directivos, pierde el 'contenedor' para dicho proyecto. La continuidad de Fundesem con la Universidad Europea en el edificio del Ivace obliga a la Cámara a buscar otro emplazamiento para poner en marcha su escuela, que tiene ya muy perfilada y, de hecho, con dos programas de formación específicos para sectores industriales a punto de ponerse en marcha esta primavera: una para el sector hotelero, en colaboración con Hosbec, y otra para el calzado, con Avecal.
Descartado el edificio de Fundesem, Baño barajaba como 'plan B' la búsqueda de otro edificio en Alicante que tenga unas prestaciones similares (algo complicado por la oferta inmobiliaria de la capital) o incluso la construcción de uno nuevo. Para esta segunda opción, la Cámara cuenta con la complicidad del puerto de Alicante, dispuesta a cederle una parcela en la entrada sur de la ciudad. En esencia, se trataría de 'reciclar' el proyecto del anterior presidente, Juan Riera, para construir una nueva sede, y diseñar el inmueble expresamente para esta función formativa. Una posibilidad con ventajas (como el diseño ad hoc) pero un inconveniente obvio: de dos a tres años de burocracia y obras.