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inversión de 5,8 millones en el muelle 11 del puerto

Transición Ecológica avala la piscifactoría en tierra de Aquaculture en Alicante pero sujeta a controles

6/12/2022 - 

ALICANTE. La Conselleria de Transición Ecológica da el espaldarazo definitivo a la implantación de la piscifactoría en tierra promovida por la empresa Aquaculture en la explanada del muelle 11 del Puerto de Alicante al emitir un informe favorable respecto a su estudio de impacto ambiental, una vez desestimadas las alegaciones formuladas por colectivos ecologistas y asociaciones vecinales. De este modo, la granja acuícola dedicada a la producción de seriola queda solo pendiente de la ratificación de la concesión del suelo portuario (ya preconcedida) y del otorgamiento de licencia de obra por parte del ayuntamiento. Eso sí, la resolución emitida por la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental supedita la vigencia de su beneplácito al sometimiento de las instalaciones a controles periódicos y al cumplimiento de determinados condicionantes. 

Entre los requisitos esenciales, el departamento autonómico pone especial énfasis en el control del agua utilizada en la producción de cada cosecha, por lo que establece que se deberá desplegar el plan de vigilancia ambiental previsto en el estudio de impacto ambiental, aplicando todas las medidas correctoras previstas. Y, sobre todo, la realización de un seguimiento de la calidad de los vertidos y de las aguas receptoras de esos efluentes.

La misma resolución subraya que Aquaculture se compromete a la realización de análisis mensuales sobre los efluentes tomando muestras en la arqueta de desagüe al mar. Además, añade que también se deberá analizar el control de la calidad de las aguas receptoras a través de tres puntos de muestreo en el interior de la dársena. En este caso, con una periodicidad bimestral. Y, por último, también se realizará un seguimiento del sedimento generado en las mismas estaciones de muestreo de agua, pero con una periodicidad anual. 

En esos análisis, se prestará "especial atención a los niveles de materia orgánica", dada la cercanía de la Zona de Especial Protección Ambiental (ZEPA) del espacio marino de Tabarca, con el fin de detectar y evitar casos de "eutrofización, vertidos accidentales de agua, vertidos accidentales de aguas de limpieza, aumento de contaminantes, mortalidades masivas de fauna o comunidades vegetales". Todo, a pesar de que el mismo informe de evaluación subraya que "la instalación proyectada se encuentra en tierra y que el efluente será decantado y filtrado antes de ser vertido" por lo que "no se prevé afección significativa a la flora y fauna bentónicas del ámbito de influencia". En todo caso, al margen de ello, se conmina a la empresa a situar barreras antiturbidez durante la instalación de la tubería de captación y vertido al mar para evitar cualquier posible afección a las praderas de posidonia. 

De igual modo, se obliga a Aquaculture a obtener las correspondientes autorizaciones y concesiones para captar y verter el agua utilizada en la piscifactoría y se le impone la contratación de los servicios de un gestor autorizado para el tratamiento de los peces muertos o de los productos derivados del procesado del pescado. Y, por último, se incide en la necesidad de reducir las emisiones de ruido tanto durante la ejecución de las obras de instalación de la piscifactoría como durante su funcionamiento con el fin de no perturbar a las especies que habitan en el medio marino, entre otras medidas.

Por lo pronto, lo cierto es que el proyecto presentado por la compañía ya subraya la minimización de los vertidos al mar al insistir en la aplicación de un sistema de producción en circuito cerrado, basado en la tecnología de Recirculación en Acuicultura (RAS por sus siglas en inglés), que captará agua en el mismo Puerto para someterla a entre 45 y 50 filtrajes por hora con el fin de conseguir una calidad óptima para la cría de los peces y para depurar los efluentes finalmente vertidos en el mar, con lo que -según la empresa- se conseguiría minimizar el residuo y evitar la contaminación, al generar una huella ambiental baja.


De igual modo, el estudio de impacto ambiental también concreta que "el consumo de pienso se ajustará a la necesidad biológica teniendo en cuenta el factor de conversión del alimento, para minimizar el aporte de partículas y nutrientes al medio" marino. Y, añade que "para evitar la contaminación por uso de detergentes o productos químicos, los tanques se limpiarán exclusivamente con agua a presión, posteriormente las aguas pasarán por un decantador para eliminar la materia en suspensión". Es más, incluso se apunta que "los lodos generados serán tratados por el reactor de desnitrificación y recogidos periódicamente por un gestor de residuos autorizado, para su valorización".

Como informó Alicante Plaza, Aquaculture prevé alcanzar una producción anual de 600 toneladas al año, a través de cuatro cosechas trimestrales, y que ese volumen se destine en su mayor parte a la exportación hacia Japón y otros países de la Unión Europea (UE). Por su parte, los alevines requeridos para la cría se trasladarán desde otras instalaciones similares que los inversores de Aquaculture gestionan en El Puerto de Santa María, en Cádiz.

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