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Una semana de Pablo Ruz como alcalde de Elche: gestos, símbolos, rectificaciones y una manifestación

25/06/2023 - 

ELCHE. Desde que tomara posesión como alcalde el pasado sábado 17 de junio, Pablo Ruz, nuevo alcalde de la ciudad y segunda vez en que el Partido Popular ostenta la vara de mando, no ha querido perder el tiempo. El mismo domingo reunió a su equipo de trabajo para poner al Ayuntamiento en marcha. Una semana productiva en la que empieza a mostrar por dónde van o pueden ir los tiros en su gestión, o al menos en la forma, con varios gestos que generen ese relato que ha venido construyendo, su voluntad de "gobernar para todos". Siete días cargados de pequeños detalles e intenciones; una semana intensa en la que incluso ha habido tiempo para que rectifique con una de sus concejalías y para vivir su primera manifestación en contra.

En este inicio de semana, también para agradar a quienes no le han votado y mostrar altura de miras, quizá también intentando lanzar un mensaje a quienes miran con lupa al ser el primer pacto municipal en una gran ciudad con la extrema derecha, ha tenido varios gestos interesantes. O que como mínimo han sorprendido a diestro y siniestro —nunca mejor dicho, políticamente hablando—. Su primera reunión institucional, más que un guiño, no fue con la patronal, como se podría esperar de un gobierno del PP, sino de la otra parte de los agentes sociales: los sindicatos. El lunes se reunió con los mayoritarios, CCOO y UGT, a los que abordó sobre la cuestión de la economía sumergida, sobre qué se podía hacer —toda vez que la Mesa que se montó quedó en nada, con su última reunión en 2018—, así como la situación de las aparadoras. Y en segundo lugar, quizá más sorprendente a tenor de lo esperado en un gobierno de PP y Vox, la propuesta de aumentar las ayudas municipales que los sindicatos destinan para formación a migrantes. En cualquier caso, señalaba Ruz que no veía que fuera a haber problema con sus socios de gobierno porque sería un incremento de poco dinero.

Otro gesto vinculado a ese "gobernar para todos" que ha venido repitiendo por activa y por pasiva y que quiere demostrar; que se crea. Aunque el más significativo fue el mismo día de la constitución del Ayuntamiento, leyendo en valenciano la parte dirigida al Camp d'Elx —que no es el único lugar donde se habla en el municipio en la lengua cooficial— como respuesta a la intolerancia de los abucheos bajo el Ayuntamiento a los ediles de la oposición que decidieron prometer en valenciano su cargo. No hay que olvidar tampoco, precisamente ese día, sus referencias también a alcaldes socialistas como espejo, con Manolo Rodríguez o Diego Maciá "como modelos", así como de Vicente Quiles, último alcalde franquista. Ruz quiere adoptar de unos y otros el coger el toro por los cuernos, ser proactivo y pensar en proyectos a largo plazo, intentando romper etiquetas, sin olvidar la parte social y con mano izquierda. Buenas intenciones, que decía esta semana Cristina Medina.

Gestión mundana y agilizar administración

Un día después también se reunía, ya sí, con la CEV, pero también ponía carpas y sillas en las colas de la OMAC, como había trasladado que haría a las personas que esperaban allí el lunes. Un gesto cuasi insignificante por lo poco que costó a un problema mundano que lleva años produciéndose. Un ejemplo de esa voluntad de cercanía de la que quiere hacer gala y de la que ya hablaba en la entrevista en campaña a este medio —sugiriendo la instalación de una mesa semanal en la calle para escuchar a los vecinos—, después de llevar al menos un par de años en campaña pisando barrios y sobre todo pedanías. 

El martes, además de esas reuniones, también comparecía para no perder el tiempo con el Mercado Central. No ha tomado ni su camino ni el del anterior bipartito: no habrá reforma integral con una altura más, como pretendía, y el concurso público para la reforma se mantiene, eso sí, curioso, poniendo al mismo nivel la decisión de la distribución interna del mercado de placeros y despacho de arquitectura que se adjudique el proyecto. O al menos de forma consultiva. El alcalde no quiere perder el tiempo ni verse atascado, como le pasó al bipartito de PSOE y Compromís, atascado en la burocracia, lo que laminó capacidad de gestión. No paralizará trámites más allá de aquellos en los que sea inevitable. Y quiere poner el Ayuntamiento patas arriba: Pimesa licitará esa reforma del Mercado y futuro aparcamiento, además de encomendarle la tramitación de la Ronda Sur cuando se deleguen competencias.

Áreas que quedan en segunda fila y primera manifestación

Por querer cambiar, Ruz ha cambiado hasta la distribución de su despacho. Simbólico también que en la sala de prensa ya no está el icono de 'Elx2030' junto al logo municipal en los atriles donde comparecen los concejales. No es la única cosa que ha o había desaparecido en esta misma semana. La que más ha dado que hablar, que en las concejalías que se han repartido no aparezcan palabras como Cooperación, Movilidad Sostenible, Políticas Inclusivas, Promoción Lingüística (cuyas competencias siguen existiendo y están en Educación) o Igualdad. Decisiones que muestran declaraciones de intenciones con áreas que a priori perderían entidad. Sin embargo, el jueves la primera Junta de Gobierno de PP y Vox acordaba por unanimidad, según el portavoz adjunto —o al menos que nadie se opuso—, volver a incluir el término 'Igualdad' para la concejalía de Acción Social y Mujer. Una primera rectificación porque su desaparición había dado bastante que hablar. 

Ese mismo jueves tenía lugar la primera manifestación contra su Ejecutivo, en apenas solo unos días como alcalde, por su decisión de desmantelar varios carriles bici, uno de ellos, el de la Avenida Juan Carlos I que conecta con el de la Avenida de Alicante en Altabix. Nadie está exento de contradicciones, y aunque el lunes Ruz decía que "no queremos destruir, sino construir; no venimos a eliminar, sino a componer", algunas de las primeras medidas que tomarán, o eso se presupone, es la de quitar estos carriles bici. "El derecho a circular seguros", decían los convocantes antes y durante la movilización. Con todo, el propio portavoz adjunto, José Claudio Guilabert, apuntaba a que es un "compromiso" con el que concurrieron y que piensan cumplir, a pesar de respetar la convocatoria. Podría no ser la única medida polémica en materia de movilidad, porque el acuerdo con Vox supone no aplicar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), algo que es obligatorio por Ley en las ciudades superiores a 50.000 habitantes, y que ciudades vecinas gobernadas por el PP como Alicante van a aplicar. En cualquier caso, una decisión que podría operar más en el ámbito de eso tan en boga en estos tiempos, la 'guerra cultural'. 

Visitas a barrios humildes y un papel más activo en el pleno

Por último, Ruz finalizaba la semana laboral también con dos gestos de interés: uno, la visita al barrio Patilla y al del Cementerio Viejo. Áreas degradadas y por lo general olvidadas, o con sentimiento de ello, y a las que ya se arrimó el Partido Popular en la oposición. Los primeros barrios urbanos elegidos para visitar en esta primera semana, y que colateralmente muestran cómo el regidor quiere 'ensanchar' la influencia de su partido más allá de lo habitual; ocupar el espacio que la izquierda le ha dejado estos años, en lo que intentará hacerles 'jaque' en estos cuatro años y dejarles sin margen. Aunque en este sentido, también cabría preguntarse qué supone o por qué le han ofrecido al PSOE nada menos que 6 dedicaciones exclusivas y 2 parciales para sus 12 ediles.

Y el otro guiño importante para ciertos sectores es el de plantear una rebaja en el precio de servicios públicos como las piscinas en verano, de uso bastante popular (por cierto, anuncio en las piscinas de Carrús; nada es casual). Algo que hasta ahora no se había hecho. Eso sí, por ahora solo es un "vamos a estudiarlo". Lo que sí es definitivo, en esta semana de mucho valor simbólico, es que presidirá los plenos pero no los dirigirá. Eso supone que defenderá su gestión y será quien pueda responder a la oposición; bajar al barro para bregar. Un claro movimiento para tener más presencia y protagonismo —aunque se justificó para garantizar que los plenos fueran más "neutrales"—, y de lo que también se desliza que está confiado en su gestión para asumir esa labor. Una exposición que sin duda le podrá desgastar.

En definitiva, una semana repleta de gestos, detalles simbólicos y actuaciones que ir analizando, y que con toda seguridad Ruz ya llevaba rumiando tiempo para cuando llegara el momento. Varias decisiones medidas que intentan mostrar cercanía y 'cintura', pero que tampoco esconden esa otra contraparte, en este caso con la primera manifestación en contra. Sabe que podría no ser la única a la vista de las reacciones a la fisonomía de las concejalías o del recelo que despierta en la izquierda su gobierno con Vox, por donde podrían —o no, porque hay mucha sintonía con su homóloga Aurora Rodil— llegar curvas como está ocurriendo en otros territorios. En cualquier caso, mientras públicamente suceden estos hechos, en la sala de máquinas se rodea de veteranos con los que ya compartió gestión en la etapa de Alonso (según fuentes municipales, parece que con intención de copar los 25 asesores que permite la Ley de Grandes Ciudades). A partir de este lunes quizá lleguen más gestos o guiños, la próxima semana con actos relacionados con los derechos LGTBI. 

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