ALICANTE. La crisis desencadenada en el seno del grupo socialista en el Ayuntamiento de Alicante entra en una nueva fase una semana después. Como estaba previsto, la ejecutiva local del partido ha aprobado este viernes una propuesta de resolución por la que promueve el cese de Paco Sanguino como portavoz municipal, una vez transcurrido el plazo de tres días concertado con la dirección autonómica del partido para que él mismo presentase su dimisión.
La resolución, que se ha aprobado sin votos en contra -aunque sí se ha generado un debate que se ha prolongado durante cerca de una hora y media, en el que se ha llegado a plantear dudas sobre la potestad de la ejecutiva para promover el cese, e incluso ha propiciado la salida de miembros del sector sanchista o alejandrino-, traslada el mandato al grupo de concejales para que registre el escrito con la propuesta de sustitución el próximo lunes. Para ocupar el puesto de portavoz se plantea el nombramiento de Miguel Millana, secretario general de la agrupación local en otro acuerdo que tampoco ha suscitado votos en contra.
Así, al término de la reunión de la ejecutiva, se ha producido una segunda reunión de los concejales que conforman el grupo municipal con la intención de confeccionar el documento con el que se solicita el relevo del portavoz y, al tiempo, recabar sus firmas. De antemano, se contaba con reunir las de los siete concejales que ya remitieron una resolución instando a Sanguino a dar marcha atrás en su propuesta de ceses y relevos, este lunes. Y así ha sido, ya que tanto Sanguino como la edil Lara López no han acudido a la cita, pese a que, según fuentes consultadas se les había notificado la convocatoria.
Ahora bien, todo parece indicar que para que el cese y la consiguiente sustitución del todavía portavoz lleguen a producirse, se necesitará también la rúbrica del propio Sanguino, en función de los requisitos establecidos en el artículo 50.3 del Reglamento Orgánico del Pleno (ROP). En él se determina que "el cambio de portavoz, o de portavoz adjunto en su caso, deberá realizarse con los mismos requisitos establecidos para su nombramiento". Es decir, mediante la presentación de un escrito firmado por todos los integrantes del grupo municipal, sin que resulte suficiente que se reúna la firma de una mayoría de los ediles que lo compongan. Justo como se regula en el artículo 50.1 del mismo ROP.
De hecho, esa es la condición que ha impedido que Sanguino pudiese materializar la destitución de Trini Amorós como portavoz adjunta, a partir de la solicitud presentada el pasado viernes con su única firma, aunque sí logró que se consumase la destitución de tres de los cargos de confianza que venían ejerciendo como asesores del grupo municipal, así como la purga de concejales afines a la ejecutiva en los consejos y patronatos municipales (al ser, esa, un prerrogativa que sí estaría reservada al portavoz, sin más condicionantes).
En todo caso, aunque se pretende ser escrupuloso en los procedimientos, con la confianza en que pueda producirse una resolución normalizada de la crisis, la ejecutiva ya trabaja con el siguiente paso a adoptar en el caso de que Sanguino opte por prolongar el conflicto y no acate la decisión de su relevo. Llegados a ese escenario, fuentes consultadas confirmaron que se volvería a convocar una nueva reunión de la ejecutiva para plantear la apertura de un expediente disciplinario que podría acabar con la suspensión de militancia de Sanguino y, previsiblemente, su expulsión del partido al no atender los mandatos aprobados por la dirección.
De este modo, Sanguino pasaría a convertirse en concejal no adscrito. Y, por tanto, quedaría sin derecho a percibir retribuciones por el desempeño de su labor como concejal, en función de lo previsto en el pacto antitransfuguismo y en el mismo ROP (artículo 53). En esa hipótesis, no solo perdería sus emolumentos como portavoz municipal, establecido en 59.099 euros para los seis portavoces municipales de cada partido representado en la corporación, sino que quedaría sin ningún sueldo, más allá de las indemnizaciones previstas por asistencia a pleno, de 194 euros.
De este modo, una vez consumada su expulsión y el nombramiento de un nuevo portavoz, se procedería a revertir todas las decisiones promovidas por Sanguino desde el pasado viernes, lo que incluye la reincorporación de los cargos de confianza cesados y la restitución de los cambios organizativos en las responsabilidades que el resto de concejales tenía asignadas como representantes de los consejos y patronatos municipales.
¿Cuál puede ser la postura a adoptar por Sanguino a la vista de la petición de la ejecutiva? Por el momento, es una incógnita por resolver. Lo cierto es que ya ha incumplido el mandato emanado de la dirección autonómica por la que se le emplazaba a dar un paso a un lado, manteniendo el acta de concejal e integrado en el grupo socialista. Esa fue la directriz que se le trasladó el lunes, aunque él consideró que quedaba ligada a otro compromiso que no habría llegado a ejecutarse: la adopción de medidas por las injerencias sobre el funcionamiento del grupo que él atribuye a la dirección local, bajo el control del exsenador Ángel Franco.
De hecho, Sanguino elevó una denuncia a la dirección provincial, regional y nacional del partido en la que ponía de manifiesto la supuesta existencia de un grupo paralelo, orquestado por Franco y formado por concejales afines, en el que se decidía la acción política del grupo municipal sin contar con su portavoz. Así, no ha registrado su dimisión a la espera de que pudiese existir un pronunciamiento de alguna de esas instancias del partido sobre las anomalías denunciadas.
Lo cierto es que hasta este viernes, no ha habido ninguna respuesta al respecto, al margen de las declaraciones públicas efectuadas por el secretario general del PSPV, Ximo Puig, este jueves, en las que solicitó "sensatez" para solucionar la crisis. Por ello, según fuentes consultadas, Sanguino habría replicado el envío de ese mismo escrito de denuncia ante la comisión de garantías del partido en busca de una respuesta efectiva.