ALICANTE. Si algo comienza a tener claro el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, del Partido Popular (PP), es que tendrá que emplearse a fondo para poder aprobar los presupuestos municipales de 2025. Puede que más que nunca. Esa es la primera conclusión que se podría extraer después de que, este lunes, los populares (que gobiernan en situación de minoría) cerrasen la primera ronda de contactos políticos con el conjunto de los grupos de la oposición (PSOE, Vox, Compromís y Esquerra Unida Podem) con el propósito de darles a conocer las líneas centrales de su propuesta de planificación económica. Y, al tiempo, tantear opciones de conseguir su posible respaldo.
Esa ronda concluyó tras la celebración de sendos encuentros con los representantes de Compromís y Esquerra Unida Podem. Y el desenlace no pudo ser más exitoso que el de los mantenidos con PSOE y Vox, el pasado miércoles: tanto la coalición valencianista como la confluencia encabezada por EU y Podem salieron de la reunión con un espíritu crítico. Ambas formaciones coincidieron en señalar que las líneas básicas de las cuentas que les había transmitido el edil de Hacienda, Toni Gallego, se caracterizaban por poca ambición en cuanto a las inversiones y por una caída de los ingresos como consecuencia de una apuesta por las reducciones lineales en impuestos como el IBI, en las que, a juicio de Compromís, debería optarse por introducir criterios de progresividad.
En esta línea, sin entrar en el desglose de las primeras cifras que ya ha dado a conocer el equipo de gobierno (349,1 millones de presupuesto global y 25,5 destinados a inversiones), el portavoz de los valencianistas, Rafa Mas, apuntó que el borrador del presupuesto diseñado por el PP "perpetúa el empobrecimiento de los servicios públicos y el abandono de los barrios". A su juicio, "no proyectan nuevos centros sociales, de mayores, comunitarios o bibliotecas" y "no proyectan la trasformación social, urbana, económica y verde que la ciudad necesita, y por la cual el Gobierno y Europa nos está financiando". De hecho, consideró que el planteamiento del PP debe "dar un giro de 180º". Especialmente, en materia impositiva.
Así, planteó que se lleve a cabo una modificación sobre el IBI que permita ampliar el volumen de recaudación mediante la aplicación de un incremento "a las grandes fortunas y propietarios, y bajando a las familias de rentas más bajas". Además, consideró necesario que se aplique "una tasa de basura proporcional", de modo que se respete el principio de "quien contamine más pagará más". "Es curioso que vendan a la ciudadanía una bajada de impuestos y de no establecer multas en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y que, por otro lado, nos quieran freír a impuestos con las basuras y ampliación de la zona naranja y azul", señaló. Es más, llegó a apuntar que con la extensión de plazas de estacionamiento regulado en otros barrios, los populares pretenderían ingresar "un 12% más" por la gestión de ese servicio, gracias al pago de tickets y de posibles sanciones derivadas del incumplimiento de su ordenanza de funcionamiento.
En todo caso, Compromís no descartó la posibilidad de que pudiese alcanzarse un hipotético entendimiento con el PP que permitiese allanar el camino para la aprobación de los presupuestos. "No tiramos la toalla porque los presupuestos son la única herramienta municipal de transformar la ciudad", apuntó Mas. En esta línea, precisó los ejes centrales de las medidas que deberían incorporarse en la propuesta del PP para que pudiesen contar con el respaldo de Compromís. En primer término, planteó un cambio en la fiscalidad para que "quien tenga más, pague más" y para que "quien contamine más, pague más".
En segundo lugar, instó a "intervenir el mercado de la vivienda" para que se pueda dar respuesta a la demanda existente y a unos precios asequibles. En tercer término, que se aborde "un plan de infraestructuras sociales, comunitarias y deportivas para avanzar en el modelo de ciudad policéntrica, con el barrio como foco de convivencia". Se trataría, según apuntó, de implantar "el modelo ciudad 15 minutos aprovechando los fondos europeos para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía alicantina", señaló, justo después de que, en la comisión informativa de Presidencia, se hiciese balance de la gestión de los fondos obtenidos a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Al margen de ello, también plantean requisitos como un incremento de la partida de Personal para que se dote al desarrollo de la carrera profesional de 1,5 millones más, hasta los 2,5 millones para este año, así como incrementar la partida en los mismos términos para el próximo año, con el propósito de que "se pague al 100% en este mandato".
Para Compromís, solo sobre esos pilares podrían encontrarse puntos de encuentro que permitiesen que su voto a los presupuestos fuese un sí o, como mínimo, que optasen por la abstención, lo que también permitiría que las cuentas prosperasen en el momento en el que se elevasen a debate en el pleno. Lo cierto es que no sería la primera ocasión en la que Compromís permite que las cuentas queden aprobadas por mayoría simple, puesto que ya ha sucedido en el pasado mandato. Y tampoco sería la primera vez en el mandato actual en la que la coalición valencianista sirviese de aliado para que el PP pudiese sacar adelante sus planteamientos.
Es lo que ocurrió el pasado mes de julio con la ordenanza de Ocupación de Vía Pública, en un acuerdo que, entonces, se planteó como parte de un posible proceso más amplio en el que figuraría la implantación de la Zona Acústica Saturada (ZAS) del Centro Tradicional, el desbloqueo de la ordenanza del ruido y la negociación de mejoras en la prestación del servicio de limpieza viaria. No obstante, a priori, nada parece indicar que los populares vayan a renunciar a su política de "fiscalidad blanda" de la que vienen presumiendo desde el acceso de Luis Barcala a la Alcaldía, en el año 2018, cuando se decidió aplicar la reducción lineal del 5% en el coeficiente del IBI.
Entre tanto, la impresión que obtuvo Esquerra Unida Podem al término de su encuentro con el edil de Hacienda tampoco permite vaticinar que vaya a prestar apoyo a la propuesta presupuestaria. Como mínimo, su portavoz municipal, Manolo Copé, anticipó este lunes que resultaba "complicado hacer valoraciones" respecto a las líneas que Gallego les había presentado "sin una documentación mínima para poder hacer una comparativa con presupuestos anteriores".
En todo caso, señaló que "en un primer momento nos han parecido unos presupuestos poco ambiciosos, con una cantidad pequeña para inversiones, algo más de veinticinco millones de euros y sin ningún elemento corrector que posibilite que el grado de ejecución sea mayor que el que ha habido en 2023". Es decir, una de las circunstancias que ha venido denunciando el conjunto de la izquierda desde el pasado mandato.
Eso sí, como en el caso de Compromís, Copé tampoco descartó la posibilidad de que la confluencia pueda proporcionar apoyo al planteamiento del PP. "Lógicamente, vamos a llevar esta propuesta al comité de seguimiento de la coalición de la que formamos parte Esquerra Unida, junto a Podemos y Esquerra Republicana. Ahí también valoraremos cuáles son los elementos que consideramos necesarios de cara al futuro presupuesto", apuntó, al anticipar la presentación de aportaciones y peticiones para que puedan incorporarse a la propuesta del PP.
De este modo, el futuro de las cuentas de 2025 queda a expensas de que pueda profundizarse en la negociación con alguna de las cuatro formaciones de la oposición. A priori, el aliado recurrente con el que el PP ha venido contando con mayor asiduidad desde 2019 ha sido Vox. La última ocasión fue con el presupuesto de este año. Con todo, la ruptura del pacto autonómico suscrito entre los dos partidos tras las elecciones de mayo de 2023 habría deparado un cambio de escenario y los voxistas tendrían mayor capacidad de maniobra para decidir su voto con mayor libertad.
Por lo pronto, sus representantes ya han advertido de que no podrán alcanzar un nuevo acuerdo con el PP sobre las cuentas de 2025 si no se cumplen las medidas reflejadas en el pacto suscrito el pasado enero. Y también han avisado de que, hasta ahora, no se encuentran satisfechos sobre la ejecución de esas iniciativas. Es más, hasta ahora, en la votación sobre el presupuesto planteado para los tres organismos autónomos municipales (Agencia de Desarrollo Local, Patronato de Educación Infantil y Patronato de Vivienda) no han pasado de la abstención. Si a ello se añade que ya negaron sus votos al PP para aprobar las cuentas de 2023, cuando antepusieron su rechazo a la ZBE, solo cabría abrir el abanico de opciones al alcance del PP hasta la posibilidad de que se optase por una prórroga de las cuentas de 2024, como la que se acordó respecto a las de 2022. De algún modo, sería un mal menor, ya que la propuesta económica de 2025 vendría a darles continuidad.