ELCHE. Aunque los cambios más llamativos de los últimos tiempos en Arenales del Sol están siendo los de la parcela del extinto hotel, que se está renaturalizando, hay otra actuación en ciernes que será todavía más llamativa: el desarrollo urbanístico de una de las pocas parcelas pendientes de desarrollar. Se trata de la parcela que el Ayuntamiento y Consell tenían proindiviso con un tercer propietario privado, entre las calles Bahía, Avenida Costa Blanca y Zamora. Ahora la compañía ya ha activado la maquinaria para darle forma a la manzana, que precisamente la administración local quería colocar en el mercado para que acabase como zona comercial que diese servicio a una pedanía que en verano multiplica su población. Tendría tres bloques de viviendas y una zona comercial abierta.
En retrospectiva, la parcela se subastó y se adjudicó al tercer propietario de la parcela, Gestiones Terrasol, del fundador de Marian Shoes, por 256.000 euros. Ahora la mercantil ilicitana está trabajando para impulsar el desarrollo urbanístico de la misma. De hecho, según ha podido saber este medio, en octubre de 2022 se solicitó la licencia de obras, con la previsión de que a lo largo del primer semestre de este 2023 pueda estar operativa al menos la parte comercial. Como indicaba el Plan General, en esta manzana hay uso terciario y también posibilidad de vivienda. Por ello la mercantil ha encargado al despacho ilicitano ARN Arquitectos el diseño de un proyecto residencial moderno y singular, así como el espacio comercial abierto, que se está encargando de comercializar Marhouse International, como figura además en la propia manzana de la pedanía.
Ambos buscan generar un "precedente en la creación de nuevos espacios residenciales en la zona, proponiendo el diseño de un complejo habitacional y comercial sostenible diseñado como modelo de eficiencia energética". La zona comercial se ha dispuesto en planta baja, con una superficie de 1.771,23 m2, pudiendo subdividirse en diferentes locales, con espacios diáfanos en su interior, para dotarlos de mayor flexibilidad, la máxima iluminación natural, y facilidad de accesos, dando frente a las tres calles que delimitan la manzana. A priori, la iniciativa ya ha generado el interés de operadores comerciales muy interesados para implantar su actividad en la ubicación.
En cuanto a la parte residencial, en la parte inferior de la parcela y como una parte independiente de la manzana, se han proyectado tres bloques de 6 alturas (planta baja + 5) con un total de 15 viviendas. Los volúmenes se abren en forma de abanico, orientado al sureste, para garantizar las vistas al mar desde las terrazas privadas. Estos volúmenes se comunican, entre sí y con el núcleo central de comunicaciones mediante una serie de corredores descubiertos que permiten la circulación de los vecinos al aire libre. La planta baja se proyecta diáfana, para conseguir una sensación espacial de mayor calidad, a excepción de los recintos reservados para estacionamiento de bicicletas. El uso comercial contará con 57 plazas de aparcamiento en sótano, además de 6 plazas más en planta baja y 8 plazas para bicicletas, mientras que las viviendas disponen de 25 plazas de aparcamiento y 15 trasteros. De la construcción se encargará una empresa externa.
Por otra parte, y en pos de esa sostenibilidad de los edificios, el proyecto posee sistemas de producción de energía integrados, reduciendo su impacto medioambiental, disminuyendo así la huella de carbono del entorno. El despacho de arquitectura ha intentado ofrecer un proyecto que a su modo suponga un paradigma de la arquitectura residencial post-covid, "en la que se replantean los sistemas tradicionales en pro de la búsqueda de nuevos espacios habitacionales de gran calidad espacial, con flexibilidad de uso, con amplias terrazas con privacidad repletas de vegetación, con vistas abiertas hacia el horizonte, donde la luz natural y las ventilaciones cruzadas permiten generar ambientes residenciales saludables a todos los niveles", explican.
Es un residencial de bloque abierto que se diseña conceptualmente con la idea de conseguir una agregación en vertical de viviendas unifamiliares, con grandes espacios de terraza exentos. "Un diseño que prioriza los espacios intersticiales, potenciando la calidad de las zonas comunes, que se convierten en el centro del proyecto, introduciendo la vegetación, permitiendo el soleamiento y las ventilaciones cruzadas y creando todo un mundo interior de espacios de relación que contribuyen a complementar el espacio individual de la vivienda y fomentar la vida en comunidad". Los tres bloques compaginarían las vistas al mar con la ventilación y el soleamiento, conectadas entre sí mediante un núcleo comunicación central posterior que se relaciona con estos a través de una serie de pasarelas y corredores abiertos, dejando espacios intermedios abiertos de acceso a la vivienda.
Ello permite jugar con las corrientes, la iluminación natural, dando protagonismo a la vegetación. Precisamente la planta baja quedará liberada en su totalidad, con más espacios verdes. Las zonas comunes contarán con espacios de socialización exterior mediante áreas de coworking, gimnasio, piscinas con zonas diferenciadas, o área de juegos infantiles.
Por último, cabe recordar que estas no fueron las únicas parcelas subastadas en la pedanía de Arenales. A principios de 2022 el Consell subastó a través de la conselleria de Hacienda por un millón de euros un solar de 2.524,74 m² a la gestora de capital White Investing. El año anterior, 2021, también fue en el que salió a subasta otra manzana sin urbanizar de las pocas que quedan en la pedanía, esa precisamente al lado de la que se había enajenado a tres bandas y que ahora tiene sobre la mesa este proyecto residencial y comercial. Se llegaron a ofrecer 1,6 millones de euros, por lo que puede que en próximos tiempos también se vea movimiento en esta parcela.