ALICANTE. Mayor agilidad de la administración, reducción de trámites y burocracia de cara a la captación y adjudicación de los fondos europeos Next Generation o rebajas fiscales. Son algunos de los deberes que pusieron por parte de las asociaciones empresariales y entidades a la administración pública en la mesa 'Conversaciones con el entorno' organizada por Alicante Plaza en el marco de la presentación del anuario empresarial, y moderada por el redactor jefe del diario, David Martínez.
Una mesa en la que participaron Eva Toledo, presidenta del Círculo – Directivos Alicante; Javier Reina, presidente de Terciario Avanzado; Juan Bautista Riera, presidente Cámara de Alicante; Maite Antón, presidenta de AEFA; Perfecto Palacio, presidente de CEV Alicante, y Rafael Ballester, presidente de INECA. En ella que analizaron la situación económica que atraviesa la provincia, especialmente tras la lo peor de la pandemia, y con vistas al futuro. Un futuro, que como señalaba Palacio, pasan por los fondos europeos, que "tienen que ser la clave de 2022", aunque criticaba la baja ejecución que han tenido hasta ahora, ya que a nivel nacional, según estadísticas de Funcas, tan solo se han adjudicado 5.000 millones de euros de los 25.000 que había consignado el Gobierno para este año.
"Son niveles de ejecución bajísimos, así que ojo si 2022 tiene que ser el año de la recuperación con ellos". Desde el sector empresarial se teme que a nivel autonómico, esos 14.000 millones de los Next Generation que recibirá la Comunitat en los próximos cinco años, se encuentren con una baja ejecución, en comparación con las cuentas autonómicas, en las que de media se suele adjudicar la mitad de lo previsto en los capítulos de inversión. Unas reclamaciones que en cualquier caso fueron más allá del marco europeo, ya que como recordaba Riera, "hay que agilizar la administración en general, por ejemplo con las licencias de obra nueva", explicaba el presidente de la Cámara de Alicante, en referencia a la trayectoria positiva que está teniendo el sector de la construcción.
Desde Ineca, su presidente Rafael Ballester también incidía en que "hay mucha actividad empresarial que no depende de esos fondos", añadiendo que hay iniciativas y firmas que pasan de largo por la provincia porque no pueden esperar a ser captados con los trámites de los fondos europeos. "Las administraciones tienen que atender otras necesidades empresariales que no requieren del uso de esos fondos", apostillaba.
En cualquier caso, después de una etapa en la que el consumo creció rápidamente tras el desconfinamiento y en el que se vuelve a vislumbrar un futuro de cierta incertidumbre por la inflación, los problemas logísticos, el elevado precio de la luz o el aumento del coste de las materias primas, Javier Reina también planteaba otros retos para el propio empresariado: valentía para crecer. El presidente de Terciario Avanzado se mostraba autocrítico y pedía autoexigencia lanzando distintas reflexiones: "¿Estamos dispuestos los empresarios a fusionarnos? ¿O a que entre inversión en nuestra compañía? ¿Estamos preparados para creer en grande?", preguntaba retóricamente, añadiendo que si por el contrario se prefería seguir con una estructura "muy controlada". Y ejemplificaba que las empresas en las que ha entrado capital ajeno han crecido exponencialmente. "Lo más difícil ya se ha hecho, que es crear y mantener la empresa. Es la única forma de que las marcas acaben siendo esas grandes empresas".
A este respecto, Maite Antón indicaba que precisamente desde AEFA se trabaja formando a los empresarios familiares, que son más del 90% de las empresas de la provincia, "porque aportamos mucho al empleo y al PIB, por ello realizamos esta labor para profesionalizar las empresas, distinguir la familia, la propiedad y la gestión de la empresa". Lamentó el escenario de volatilidad, advirtiendo además que "volver a la facturación previa pandemia será difícil, los márgenes se han destruido y se está en modo supervivencia dependiendo del sector". En cualquier caso, unos planteamientos de crecimiento de Reina a los que se sumaba el presidente de Ineca, poniendo el ejemplo de Ateval, como caso de éxito de experimentos de concentración de empresas para poder vender más fuera "y han viso que han ganado en competitividad".
Una conversación que surgía a raíz los datos de afiliación a la Seguridad Social, con nuevos datos positivos aunque aún por debajo de la media nacional, al igual que lo que ocurre con las bases de cotización (1.600 euros frente a una media de 1.900). El tamaño de las empresas alicantinas es un 24% menor que la media española: de 140.000 empresas de la provincia, solo 60.000 tienen empleados. No obstante, Juan Bautista Riera, reconociendo que no eran datos muy halagüeños, mostraba confianza en la capacidad de adaptación empresarial y que aspectos como las exportaciones han izo razonablemente bien, aunque quedan cuestiones pendientes como el abordaje tecnológico e inversión en innovación en la pequeña empresa.
Precisamente Eva Toledo apuntaba que en su opinión 2021 es un año que se ha acabado "con las lecciones aprendidas, ha servido para conocer debilidades y fortalezas". Y siguiendo con el hilo del presidente de la Cámara de Alicante, opina que "nova a ser suficiente con el esfuerzo y el coraje, tenemos que ser conscientes del modelo organizativo, va a venir la digitalización, sostenibilidad y todo lo que tiene que ver con la Inteligencia Artificial", de la que se espera que en los próximos años el 70% del trabajo esté muy automatizado. "Se dice que se van a crear más del doble de puestos de los que se van a destruir".
Un cambio que ya han emprendido en el Círculo de Directivos, conscientes de que no solo los trabajadores tendrán que cambiar su orientación laboral, "nuestro propósito es que los directivos sepan tomar la mejor decisión por la propiedad y que lideren equipos que sepan hacia dónde dirigirse. Nuestro modelo tiene que cambiar porque el mundo está cambiando". Con todo, no será un camino fácil, porque "estamos yendo adelante, aunque más lentos que lo que esperábamos todos, sobre todo por la parada del consumo interno", matizaba Perfecto Palacio.
Algo que según los ponentes también tiene que ver con un teletrabajo que hay que normalizar para el futuro, así como la captación de los nómadas digitales que planteaba Toledo, y que en sintonía añadía Reina que precisamente "donde hay gente trabajando y empresas en activo se genera cierta economía alrededor, como es el ejemplo de la hostelería. Si esas empresas cierran, a ese autónomo le va a costar recuperar". Aunque en su opinión en 2022, año aún incierto en previsiones provinciales, se dará una "selección natural", dado que las microempresas no se recuperarán en todos los sectores. Mientras que las grandes pueden ahorrar en costes, teletrabajo o estructuras, las pequeñas que se alimentan de ello van a sufrir más. Por eso pidió a la administración que lo ponga fácil y evite más cargas como las que ya hay, sean de nivel bancario, fiscal o salarial.
En resumidas cuentas, los deberes para 2022 se podrían resumir como una mayor agilización de trámites en la administración, especialmente ahora que llega el momento clave de los fondos europeos, una rebaja fiscal de calado, como incidía Palacio, o la decisión de dar un paso adelante a la que conminaba Reina para crear empresas de gran tamaño que permitan una mayor generación de empleo, estabilidad y economía.