BENIDORM. La historia se repite. La subasta del apartamento de Benidorm que tiene la Universidad de Valladolid en la ciudad no ha obtenido ninguna oferta, por lo que el centro educativo no se ha podido desprender de este inmueble al que no le puede dar ningún tipo de uso. Se trata del segundo intento, que ha conseguido el mismo resultado, ya que la primera ocasión fue en octubre de 2019 y también quedó desierta.
El precio de salida era de 176.918,66 euros la vivienda, esto es, unos 50.000 euros menos que la vez anterior. Sin embargo, sigue sin tener interesados. Desde la Universidad indicaron en su momento a este diario que el destino de este dinero se tendrá que votar entre sus responsables, aunque recalcaron que dentro de su filosofía está incentivar la investigación, así que presumen que será para investigadores y becas para los estudiantes.
La fecha prevista en un principio tenía un límite de presentación de ofertas para el 27 de marzo, para que la subasta se resolviera el 4 de mayo. Sin embargo, todo esto se tuvo que aplazar debido al estado de alarma, que afectó a este tipo de procedimientos, con la suspensión de los plazos administrativos y la interrupción de los términos. De este modo, se reanudó desde el pasado el 1 de junio al 15 del mismo mes, sin que se haya presentado ninguna oferta.
Se trata de un piso de 59 metros cuadrados en primera línea de playa de Poniente, la menos masificada de la ciudad. Por lo que a priori podría tener numerosos interesados, que de momento no han encontrado.
Pero... ¿por qué tiene la Universidad de Valladolid un apartamento en la playa a su nombre? Tal y como explicó el centro, el propietario era el locutor de radio Alfonso Guillén Medrano, que a su muerte lo dejó en herencia a su mujer, Diana Elisabeth Guillén. Pero ella optó por modificar su testamento, es británica y en Reino Unido es posible, así que lo donó a la Universidad de Valladolid a su muerte.
En un primer momento, y a la muerte de su dueño, la propietaria fue la diócesis de Southwark, cercana al lugar de residencia familiar. Al parecer, la pareja pasaba largas temporadas en su apartamento de la playa, incluyendo los fríos inviernos de Inglaterra para refugiarse frente el mar de Benidorm.
Ahora, la institución está buscando la manera de buscarle un rédito económico que sirva para el beneficio del centro. No obstante, el destino de este dinero se tendrá que votar entre sus responsables, aunque ya explicaron en su momento que dentro de su filosofía está incentivar la investigación, así que presumen que será para investigadores y becas para los estudiantes.