ELCHE. El Instituto de Neurodesarrollo que ha planteado la Fundación Salud Infantil y que estaría ubicado en una parcela de Travalón frente a San Antón está cada vez más cerca. Aunque aún se están dando pasos en la búsqueda de la financiación, de momento la Diputación provincial, que ya se comprometió hace un año a sufragar parte del ambicioso proyecto, aportará en torno a 1,5-1,8 millones de euros. Una cantidad que permitirá levantar uno de los inmuebles, que definitivamente, o al menos por ahora, el tercer edificio se deja para el largo plazo, lo que ha reducido el precio del proyecto de 10 a 6,3 millones de euros.
En cualquier caso, se trata del primer hito en la búsqueda de la financiación para una iniciativa de envergadura que permita concentrar en una única instalación el trabajo que se realiza en las cuatro sedes actuales, la que está en la ladera del río —que no para de dar problemas, también recientes con la humedad—, el local de Altabix, el de El Pla y otro en Crevillent. La fundación, que lleva casi 25 años trabajando en niños con discapacidad, así como en la prevención y en bebés prematuros, supondrá un proyecto disruptor a nivel de la Atención Temprana y que colateralmente supondrá una relevante iniciativa urbanística en uno de los barrios en plena expansión, Travalón. Será un complejo modular que ir instalando en el tiempo y con el que se irán instalando módulos en los próximos años. Con este monto, se podrá construir la planta baja, de casi 1,6 millones de euros.
Se va a firmar un convenio a tres bandas entre Diputación, Ayuntamiento y la fundación. Inicialmente la entidad provincial iba a transferir el dinero al Consistorio pero se está trabajando con el Interventor de la Diputación para finalmente transferir la cantidad directamente a la fundación, que con ese dinero podrá levantar el primer módulo, el de Atención Temprana, valorado en 1,8 millones de euros. Después vendría un módulo de dos plantas para tratar la atención post-temprana (hasta los 12 años), y con una escuela infantil inclusiva, en la que habría alumnado con varios niveles de discapacidad y sin ella. Quedará para el futuro el tercer módulo, que sería el de formación e investigación, pero se ha dejado para más a largo plazo al no ser el más prioritario. Esas labores se podrían realizar de forma momentánea en el inmueble de Atención Temprana.
En un primer momento se iban a aportar 1,5 millones de euros, pero también con el encarecimiento de las materias primas y poder levantar el primero de los edificios, se ha logrado ese compromiso de 1,8 millones. Ahora que la inversión para el primer inmueble parece amarrada, la fundación está en la búsqueda de financiación del segundo módulo, el de dos plantas, para el que se ha contactado con importante empresariado ilicitano del ámbito industrial para lograr parte de esos costes. Como comenta el presidente de la fundación, el doctor Fernando Vargas, "hasta que no pongamos los primeros ladrillos costará encontrar la financiación", señala, observando que en cuando el proyecto empiece a marchar, animará a esa aportación. Asimismo, también se ha tocado a al puerta de industriales de fuera del país, del sur de Chile, ya que la fundación tiene convenios con entidades de varios países, y uno de ellos es el mencionado, en el que se ha participado en el impulso del primer centro de Atención Temprana asesorando.
En cualquier caso, desde la Diputación se ha transmitido que el proyecto saldrá adelante a pesar de este primer paso que no abarca la financiación de los dos primeros edificios. Por ahora, las consellerias de Políticas Inclusivas y de Sanidad con las que se ha contactado, no van a aportar por estar con presupuestos ajustados para otras actuaciones. Aunque desde Políticas Inclusivas sí ha habido compromiso de aportar financiación para las dotaciones y equipamiento del propio centro. De momento se ha enviado una solicitud de ayuda de 800.000 euros para este cometido. Y en la tercera pata, el Ayuntamiento a priori no va aportar por ahora dinero para la obra, aunque ha cedido la parcela durante 75 años y se le ha pedido una bonificación del 50% del ICIO (impuesto de construcción).
Con todo, este es un primer paso para empezar a materializar el proyecto, "muy importante porque establece una nueva forma de entender la discapacidad, lleva anexo la colaboración con otras entidades de investigación, proyectos de cooperación, prevención… Bastante puntero en ese sentido", señala Vargas, recordando la labor que realizan en neonatología con el Hospital General de Elche y los convenios que tienen con la Universidad Miguel Hernández, la Universidad de Murcia o la Universidad de Nebrija. "Debería existir un proyecto de aulas de integración con cada hospital de referencia de las universidades", apunta, a modo de reflexión en referencia a la iniciativa con el General en neonatología. Conforme se vayan quemando etapas y culminando todo el complejo, se irán sumando los profesionales repartidos por las distintas sedes al futuro Instituto de Neurodesarrollo. Aunque como apunta Vargas, la única duda es si se desmontarían las instalaciones de la ladera, cedidas por el Ayuntamiento. "Quizá pudieran quedarse como escuela de infancia por la labor social y zona", observa. En cualquier caso, una vez comprometido el primer módulo, el reto a corto plazo ahora es seguir trabajando para financiar el siguiente.