ELCHE. Este miércoles al Aula UMH de la Plaça de Baix acogió la charla y posterior propuesta del Instituto Ciudad Idea Elche (ICIE) sobre movilidad. El colectivo desglosó las diferentes alternativas que hay en la actualidad para transporte público de alta capacidad, al calor del futurible Tram de Elche del que se habla, y que posteriormente finalizó con su apuesta: seis líneas de tranvía que conectarían con el resto de la comarca, el aeropuerto y las pedanías. Además de destacar la necesidad de impulsar una Autoridad de Transporte Público, tal y como tienen otras ciudades de mayor pero también menor envergadura que la ilicitana.
Primeramente, desde el Instituto se incide en la necesidad de crear una Autoridad de Transporte Público (ATP) como observatorio metropolitano, introducía José Manuel Sánchez, arquitecto y secretario del Instituto, al entender que es una herramienta valiosa para planificar el futuro del transporte en la ciudad, así como "obtención de ayudas e inversiones", de forma que figurando en el listado del Ministerio de Transportes, pueda ayudar a visibilizar las necesidades locales. Son 26 las ATP que hay en todo el país, algunas de áreas metropolitanas superiores e inferiores a la ilicitana. Alicante también cuenta con una.
Si bien se hizo referencia a que el PMoMe (Plan de movilidad Alicante Elche) ya planteaba una entidad conjunta, además de un billete único que ahora se quiere impulsar, "es necesario que Elche tenga la suya propia". En lo que sí incidían desde la mesa es que ese ente metropolitano es necesario crearlo, y que independientemente de que se vaya a avanzar en una tarjeta conjunta con Alicante, hace falta una local que valga para todo. A priori esa esa la idea del Ayuntamiento a futuro, una 'tarjeta ciudadana'.
A ese respecto, la ciudad podría estar entre las áreas de mayor densidad del Observatorio nacional. Si Alicante con su área de influencia al Norte con Mutxamel o San Vicent, entre otras, llega a 500.000 habitantes; Elche junto a Santa Pola o Crevillent, pero también Aspe o Novelda, llega a los 400.000. "Y obviamente si miramos el mapa de comunicación entre Alicante y Elche, falta algo para completar esa radial, porque hablamos de un millón de personas", indicaba Sánchez, enfatizando en que ahí el tranvía cobraría todo su sentido.
En este sentido, para el Icie la premisa sobre el modelo es que hay que ejecutar lo que se haga antes; la otra es planificar el transporte a largo plazo. Quitar las miradas cortoplacistas y enfocar a 10, 15 o 20 años, como está haciendo justamente Alicante con el Tram. Dentro de ese criterio de celeridad, se decantan por el tranvía, no solo por la sostenibilidad y que actualmente "ya no divide las ciudades", explicaba el presidente del colectivo, el ingeniero Manuel Romero, "sino que tiene más capacidad, es una ventaja frente a los vehículos que llevan neumáticos". Así, si en Alicante cinco líneas de tranvía llevan a 18 millones de pasajeros al año; con el autobús son 15 millones pero en 36 líneas.
De ahí que planteen seis líneas, una inversión que puede suponer más de 500 millones de euros. Pero Romero incidía, "lo importante es planificar y mirar a largo plazo". La Línea 1 y 2 serían urbanas, conectando Carrús-Sector V y centro y Martínez Valero; respectivamente. La 3 iría desde Crevillent hasta el aeropuerto —conectando UMH, Parque Empresarial e IFA-Fira Alacant—, la 4 desde la zona de Travalón a Santa Pola, la 5 conectaría el aeródromo con Arenales del Sol y El Altet, y la 6 Carrús con Novelda. Una planificación que como están haciendo otras ciudades, tendría que abordarse poco a poco, priorizando y con el tiempo. Como ejemplo ponía Romero el caso de del Camp de Tarragona, cuya área tiene 300.000 habitantes, similar al Baix Vinalopó más Aspe o Novelda, y que entrará en servicio en 2027 tras una inversión de 543 millones de euros. "Se trata de planificar líneas".
Comparado con lo más inmediato, Alicante, su planificación es de 11 líneas, aunque aún tiene por desarrollar las 6, 7 y 8, que ya se previeron hace años. Cuando finalice su conexión con el Norte, "se irá lógicamente hacia el sur", explicaba Sánchez, añadiendo que es algo natural, y que posibilitará la nueva estación intermodal. Y de hecho, en base al estiramiento del Tram hacia Elche, el Ayuntamiento ya hizo un estudio en 2009-2010 para una línea urbana (el PMUS de 2015 planteó uno circular), aunque tan solo por la Avenida de la Libertad, lo que dejaba parte de la trama urbana sin coser. En el caso ilicitano, no obstante, la plataforma entiende que las opciones son todas, y que dependiendo del tramo podría ser una vía única para un tranvía, dado lo estrecho de muchas partes, pero en otras sí que habría hueco para que convivieran tranvía y vehículos. Y de cara a la conexión con las pedanías o municipios cercanos, "áreas de menor afluencia nuevos modelos de autobús, pero el urbano de Elche". Hablando de pedanías o municipios como San Fulgencio.
Por otra parte, también se aportaron algunos datos importantes para orientar el debate, no solo ahora, sino de cara a una planificación futura. Tirando de los datos del PMUS, y algunos del Ministerio de Transportes, se hablaba de que el 71% de la contaminación en la ciudad es del vehículo privado, que el padrón no hace más que subir, con 166.400 vehículos para una ciudad de 240.000. Son más de 100.000 viajes al día los que se hacen en Elche, sobre 47.000 a Alicante y unos 15.000 a la comarca, otros tantos al Norte, 11.000 a El Altet o 8.000 al Parque Empresarial. De ahí la necesidad de un transporte "de alta capacidad", como prefieren decir en la plataforma, y que añadieron un planteamiento nuevo para hacer ver la situación: si se traza un radio a la redonda desde el centro de Elche, con media hora de coche se llega cada vez menos lejos por la saturación que hay de vehículos.
Así, y por último, ellos optan por el tranvía o cualquier propuesta de raíles, aunque la prioridad es "lo que llegue antes y sea más barato". En los últimos años han ido surgiendo nuevos modelos y otros descartándose. Pero algunos 'tips' para el debate es que los buses de alta capacidad que se querían (BRT) tienen una vida útil menor, de diez años, y necesitan más infraestructura aparejada. En Barcelona cada vehículo ha costado 800.000 euros. Los sistemas ART, con el guiado óptico, más autónomos, que es el vehículo chino que gustaba para Elche, también tienen neumáticos, pero son dos o tres módulos, y son más baratos al no necesitar infraestructura y de implantación más rápida. Con unos diez millones de euros por kilómetro. Pero por ejemplo desgastan el asfalto.
Y la propuesta del tranvía, es de gran capacidad, hasta 200 personas, con una vida útil de 20-25 años aunque con un coste por kilómetro de 9 a 15 millones de euros. Así pues, muchas opciones sobre la mesa sobre las que debatir, y cuanto más tiempo pase, mayor desarrollo tecnológico, puesto que opciones como pilas de hidrógeno y motores plenamente eléctricos. Mientras que las baterías recargables aún tienen por resolver su reciclado. En resumidas cuentas, atrás queda el estudio de Intesa del año 2009-2010, la del TRAM que sugería el PMUS de 2015, y está por ver si también queda atrás el Pmome o el Plan de Movilidad al Parque Empresarial autonómico que venía de la anterior legislatura y que hablaba de lanzaderas y BRT. En definitiva, muchas opciones y todo por decidir.