ELCHE. El bipartito de Elche ya trabaja en los presupuestos de 2025, aunque este año ya sabe que tendrá mayor complejidad que la de años anteriores, porque el alcalde Pablo Ruz ha adelantado que este año vuelven las reglas fiscales, como estaba previsto, y ya se conocen algunas condiciones: vuelven las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS). Esto significa que con el dinero del remanente, solo se podrán plantear proyectos físicos que se ejecuten en el año en curso. Y no se podrá destinar al gasto corriente. Algo que tendrá que maridar con otros factores económicos.
A este respecto, Ruz ha confirmado que el próximo año se volverán tocar los impuestos. Aunque no ha matizado cuáles y cuánto se tocarán, pero sí ha confirmado que se bajará el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), teniendo en cuenta el compromiso de fondo de rebajarlo en torno a un 5% a final de legislatura. "Es lo que vamos a hacer, aunque evidentemente hay unas reglas fiscales que el año pasado y eso hace que tengamos que matizar unas tasas u otras". Según los informes de Intervención y demandas de las concejalías, se estudiará si se pueden congelar tasas o qué margen hay con el resto de impuestos.
En el pasado año, se aprobó para este ejercicio una bajada del 1,5% del Icio (construcción), IAE (actividades económicas) e IVTM (vehículos) y del 1% del IBI. Además de una subida de tasas de la grúa o los atestados. También se mantuvo la exención de tasas de la hostelería, terrazas y mercadillos durante la primera mitad del año y en este segundo semestre se vuelve a activar. Ahora, como consecuencia también esta aplicación de nuevo del techo de gasto, el Consistorio se puede ver con un menor margen de maniobra. Es lo que ahora se estudiará.
A este respecto, estos años atrás con las reglas fiscales en vigor con el remanente se permitía, a pesar de la obligación de amortizar deuda, destinar parte del sobrante económico del anterior año a las conocidas Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS). Estas podían podían aplicarse a proyectos tangibles, infraestructuras u obras, siempre que finalizasen en el año; de lo contrario, a amortizar deuda. Con el tiempo se fue abriendo el abanico y se permitió el destino a áreas como cultura o gasto corriente, como recientemente.
De nuevo con las IFS activas el Ayuntamiento ya no puede utilizar ese remanente para cuestiones que no solo fueran obras, algo de lo que tiraba bastante en tanto que 'dinero extra' para utilizar. Así que esto reducirá el margen de actuación para ejecutar proyectos. De hecho, la concejal Aurora Rodil ya ha advertido que "tenemos que tener prudencia", aunque confía en que hay un trabajo de las concejalías para un uso eficiente. Y añade que "no se hará ningún convenio o cuestión que no nos traiga resultados para la gente", por lo que estarán ojo avizor a cada cuestión que se demande. "Dar dinero por dar no es la filosofía de PP ni de Vox".
Además de menor margen para proyectos en los presupuestos y amortización de deuda, y el compromiso de bajada de impuestos, los presupuestos de 2025 tendrán que despejar otra incógnita de una ecuación compleja: el coste de la plantilla municipal. Como ya confirmó el pasado mes de junio el vicealcalde y edil de Hacienda, Francisco Soler, el Capítulo 1 de Personal se acercará a los cien millones de euros. Con los 5,5 millones de euros aprobados de remanente para plantilla, la partida ha pasado de 93,5 millones de euros del presupuesto inicial de este año a los 98,1 millones.
Soler ya apuntaba que la aprobación es necesaria "porque hay falta de personal, tanto en general como para acometer actuaciones que están atrasadas", y reconocía que de cara al presupuesto de 2025 sobre este Capítulo 1, "no prevemos que el gasto sea menor". Así pues, el Consistorio tendrá, como otros Ayuntamientos, que hacer un importante encaje de bolillos el año que viene por diversos factores. Entre bajada de impuestos, aumento de gastos importantes y una reducción del uso del remanente, hasta ahora un comodín para las administraciones locales.