ELCHE. La Conselleria de Cultura tiene previsto financiar durante la actual legislatura la restauración de la muralla islámica de época almorávide en el río con un presupuesto aproximado de unos 6 millones de euros. Y que también se integrará en el urbanismo de la zona. Un proyecto que se desplegará en cuatro fases, siendo la primera una gran actuación de excavación en 2024 con 500.000 euros, ya consignados en las cuentas autonómicas. El hallazgo que se haga en la primera fase marcará el devenir de las siguientes, ya que hay información sobre las murallas, pero en la parte del río donde se actuará, es lo que menos se conoce, y tan solo hay intuiciones sobre su trazado.
La Fase II constaría de la restauración y puesta en valor de la muralla en su zona norte, con 2,7 millones de euros, la III en la zona sur con 1,7 millones, y la IV sería la del acceso a la ladera por 348.000 euros, ya que la actuación pretende no solo actuar in situ con las murallas, sino poner en valor el entorno e integrarlo con la zona a través de una rampa y posibles cotas distintas.
La parte conocida de las murallas discurre por la ladera, con restos arqueológicos allí, por el Ayuntamiento, medianera de las viviendas detrás de la Corredora hacia la Calahorra, y por Traspalacio llega al Palacio de Altamira. La zona mejor restaurada es precisamente la del Palacio, donde ya se puso en su día en valor el foso y su conexión con el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (Mahe), de cara a la creación de este último. "El proyecto busca poner en valor los 250 metros que van desde el Puente de Altamira hasta la pasarela y Pont Nou", indicaba el arquitecto que ha redactado la propuesta, Pepe Amorós. También se pondrían en contexto los 8.000 metros cuadrados del entorno.
Incidía el arquitecto en que hay poca información sobre esta área, y por ello previamente este año se realizaron once prospecciones. Un reto de esta primera fase de las próximas catas es por ejemplo saber cómo conecta el trazado de la zona del río al Palacio de Altamira. Otras sí permitieron conocer que las torres del río partían básicamente desde la cota del cauce del Vinalopó, con unos dos metros enterrados bajo la parte visible de la ladera. Allí se vieron los tajamares para proteger a las torres del río y que se pondrán en valor. Se han vislumbrado además elementos de actuaciones de restauración de los 80 "que hoy no se harían y que se eliminarán", explicaba Amorós.
Con estos sondeos recientes, y con los trabajos previos realizados en la zona desde los años 80, se ha ido elaborando con arqueólogos una idea del que podría ser el trazado de la muralla en la ladera y que ahora tendrán que confirmar las próximas fases. "Se hará un gran foso para ver el arranque de la muralla y separar la zona de acceso desde el Puente de Altamira, en zizgzag, para ver las posibles secciones" de la futura actuación, que tendrán que tener en cuenta contenciones de terreno también porque hay al lado zonas residenciales. De hecho mientras que la fase II, la principal es la que valorizará los elementos originales, la III es "muy compleja" porque aparte de poner en valor una muralla de la que se desconoce su posición, "hay un muro de contención sobre unos edificios del paseo".
Por su parte, el alcalde Pablo Ruz destaca que "este es un paso más de los muchos en marcha para la preservación, conservación y puesta en valor de nuestros elementos y una muestra de la apuesta del Consell por Elche", asegurando que con esta puesta en valor de las murallas, Elche estaría al nivel de otras similares de referencia como las de Xàtiva y Montesa en la Comunitat. El regidor también avanzaba que se preparará iluminación nocturna para su valorización.
En cuanto al titular de Cultura y vicepresidente del Consell, Vicente Barrera, ha incidido en "el interés y el compromiso de la Generalitat en este proyecto de protección y preservación del patrimonio, que irá unido a la adecuación del entorno para que los ciudadanos disfruten de este espacio tras el gran esfuerzo económico que van a hacer todos los valencianos". Añadía el conseller que se han apostado por este proyecto desde el primer momento "que pone en valor lo que somos, tenemos que proteger el patrimonio del que somos depositarios, sin colores políticos". También que han acelerado o desatascado el trámite administrativo que ya estaba activo —el proyecto viene de una propuesta de los presupuestos participativos de la pasada legislatura— y que eso sí, "los recursos son finitos", en referencia a que el Botànic les ha dejado una deuda de 57.000 millones de euros y por ello las cuentas autonómicas cuenta con "ajustes presupuestarios".