ELCHE. Aunque hacía tiempo que ya había dejado de ser un secreto, las cifras son tan grandes que han sorprendido a propios y extraños. Según los datos del Ministerio de Hacienda, a Elche aún le quedan por ejecutar proyectos de los fondos europeos Edusi por valor de 23 millones de euros, siendo el límite el 31 de diciembre de 2023. Según la carta ministerial remitida al Ayuntamiento tras solicitar este una prórroga de los fondos, que ha sido rechazada, tan solo se ha informado de un 23% de gasto declarado de los 30 millones de euros (la mitad la aporta Elche, la otra Europa), es decir, actuaciones ejecutadas, teniendo un 99% de gasto comprometido. Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación después de una estrategia que empezó en 2017?
Antes de todo hay que aclarar varias cuestiones. Como que ese ínfimo 23% ejecutado de toda la estrategia corresponde a las justificaciones de pagos presentados al Ministerio, pero según fuentes municipales parece que habría más proyectos ejecutados de los que aún no se ha entregado el justificante al Gobierno, por lo que cabe esperar que este porcentaje sea más elevado. Por tanto, lo que restaría un valor inferior de 23 millones de euros de las iniciativas a materializar. Tampoco se conoce aún qué parte de ese monto corresponde a los fondos europeos. El equipo de gobierno intentará acelerar al máximo porque todo lo que se pueda ejecutar antes del 31 de diciembre, será financiado con los fondos europeos que el Ministerio tiene bloqueados para Elche. Solo serán partes de las obras, porque ninguna de las que está en marcha o tiene que empezar acabará antes de final de año.
La iniciativa, anunciada a bombo y platillo por el entonces tripartito de 2017 (PSOE, Compromís y Partido de Elche) suponía un hito por ese logro de inversiones en 30 millones de euros. Sin embargo, al poco tiempo, ya empezó a dar problemas porque el proceso administrativo empleado por Europa para desplegar este tipo de actuaciones no era el habitual de la administración local, por lo que hubo varios meses de retraso hasta que desde el Ayuntamiento se cogió el tranquillo. Incluso se cambió el comité de dirección de los Edusi.
Un tiempo inicial perdido que después ha ido lastrando el resto de la estrategia. Cuando ya se había asumido el procedimiento y se tenían marcadas las estrategias y proyectos concretos, al poco tiempo en 2020 llegó la pandemia, que provocó una suspensión y paralización de licitaciones y procedimientos en marcha durante el confinamiento. Un argumento al que el anterior Ejecutivo de PSOE y Compromís han aludido bastante en los últimos tiempos para justificar retrasos en actuaciones pendientes o sacrificio de proyectos en pos de centrarse en ayudas y subvenciones.
Poco después de esa parálisis, ya con la normalidad administrativa retomada, el gobierno fue cambiando en el tiempo la propia estrategia, descartando proyectos y sacándose de la manga otros más o menos elaborados en sustitución. Uno de los casos más llamativos fue el del Convento de la Merced, Clarisas. Para el mismo el anterior bipartito había consignado con los Edusi una partida de 900.000 euros para su rehabilitación. Lo que cambió de planes tras adelantar este medio en exclusiva que al menos desde verano de 2021 ya se venía trabajando en el proyecto hotelero. No fue el único cambio relevante. Más adelante, en verano de 2022, hubo otro cambio de planes, poniendo encima de la mesa un nuevo proyecto de casi un millón de euros para el nuevo intercambiador del autobús en la pasarela. Tenía un plazo de ejecución de la obra de seis meses y a un año y medio del final del plazo, había que enviarlo a licitación. Pero jamás salió, se abortó el plan para incluir la obra en la segunda convocatoria de los fondos Next Generation, para la que sí hubo aceptación y ahora debe impulsarse.
Aunque en todo este contexto, lo que más ha retrasado la estrategia ha sido el dejar para el final los proyectos de mayor envergadura. Cualquier problema o mínimo retraso en el trámite ya los abocaba al cierre de la legislatura, y así ha sido. De hecho, ninguno de ellos estará a 31 de diciembre. De ahí viene esa abultada cifra de 23 millones de euros en proyectos por ejecutar, que posiblemente sea menor por los justificantes de obras acabadas aún no entregado y las certificaciones que el Ayuntamiento pueda entregar en diciembre.
Para hacerse una idea, solo el Palacio de Deportes, con 11,5 millones de euros, representa un tercio de todos los Edusi. Europa solo financiaba de él 3,5 millones de euros porque el precio válido era el original, y la actuación se encareció por el aumento de las materias primas. Además de este hecho, que supuso tener que recalcular el proyecto retrasándolo varios meses, ya había estado medio año paralizado porque la licitación se había paralizado porque la primera adjudicataria estaba contaba con un técnico municipal y una aspirante recurrió. El Tribunal de Recursos tardó medio año en fallar para rescatar el procedimiento. Ahora que está al final el proceso de posibles presentaciones de recursos a la adjudicación oficial, es el turno de las obras.
Y esa historia similar se ha repetido con otras actuaciones. Para la fachada de Carrús Este, a la que PP y Vox han renunciado porque supondría asumir sus casi 4 millones de euros con fondos propios, se tuvo que corregir el pliego, ampliando el plazo de presentación de ofertas, y después se impugnó por el Colegio de Arquitectos y hubo de reiniciarse. Acto seguido tuvo un proceso de tramitación lento y con cambios por la pasarela. Para el Paseo de Germanías, de un millón de euros, también hubo problemas, solo se presentó una oferta y esta no pasó el corte: hubo que reiniciar el pliego con otros tantos meses de retraso.
Pero aún hay más, como la del centro social de San Antón, que hace escasas semanas estaba en movimiento de tierras. También estaba consignada con los Edusi, con una cifra alrededor del millón de euros. El Ayuntamiento tuvo que ir proponiendo por orden a todas las empresas que se habían presentado que lo construyeran porque ninguna podía asumirlo con el incremento de las materias primas. Fue la última compañía quien aceptó. Después hay otros proyectos que van tarde, como el del alumbrado LED, ya que costó sacar adelante el pliego, otros que han quedado en punto muerto como la cartelería digital, y otros que sí han acabado, eso sí, con algo de margen, como el Hort de Pontos. Se había proyectado hace años pero el parto fue duro con la Generalitat por las afecciones con el palmeral. Y otros 'olvidados' por los que preguntaba la portavoz de Compromís en el pleno, como el huerto urbano de Travalón. Se adjudicó a principios de año pero las obras aún no han finalizado.
Así pues, una estrategia ambiciosa que tuvo un arranque trastabillado, que después estuvo sujeta a varios cambios, algunos repentinos, y que al haber dejado grandes proyectos para el final, se encontraron con todos los problemas posibles. Una serie de catastróficas desdichas, hablando en términos literatos.
Ahora bien, después de la noticia, Esther Díez desde Compromís criticaba que se renuncie al proyecto de la regeneración urbana y ambiental de la fachada Este de Carrús. "Desde Compromís lamentamos que el gobierno de Pablo Ruz renuncie a un proyecto estratégico como es la regeneración de la fachada este de Carrús, una actuación que iba a revitalizar el barrio desde un punto de vista urbano y ambiental y donde, precisamente, los entornos de Casa Blanca y de Patilla son los que más necesitan una actuación urgente en este sentido y renunciar a este proyecto es un abandono absoluto". Para la edil es una cuestión de "voluntad", y les ha recriminado que no busquen otras líneas de subvenciones. "Hay que tener en cuenta que el gobierno de Pablo Ruz está gastando en esta legislatura un millón de euros más en asesores, por tanto, es una cuestión de voluntad, no de ingresos", decía acusando al PP de estar también en contra del entonces Centro de Congresos en Carrús.
Por parte de los socialistas, inciden en que en su última legislatura, se empezó a trabajar con el Palacio de Deportes, pero cuando se estaba trabajando con el anteproyecto y la licitación de la redacción, "es cuando estalla la pandemia, que nos obligó a focalizar nuestra mirada en la salud y la crisis económica", explica Patricia Maciá, exedil de Fondos Europeos, añadiendo que después llegó la inflación de las materias primas y todo el trámite burocrático hasta poder licitarlo. Y el laberinto jurídico. "Se nos fue la legislatura con eso", explica, defendiendo que se llegaron a las elecciones con las ofertas presentadas, pero ya no se podía adjudicar por los comicios. "Y aún están sin empezar las obras cuando se adjudicó hace un mes", explica, añadiendo que esta situación ha ocurrido en otros municipios como Benidorm y su plaza de toros. Recuerda que en iniciativas de esta envergadura ocurren estos problemas, aludiendo también al Paseo de Germanías y a que ha costado mucho elaborar los pliegos de la eficiencia energética por cuestiones de trámite municipal.
Maciá defiende que todo está encaminado ahora gracias "al trabajo duro del anterior equipo de gobierno", destacando que han dejado al 99% todo el gasto comprometido, "como dice el Ministerio. Ahora solo queda adjudicar, pero el trabajo gris de sudar lo hemos hecho nosotros". Y pone en valor que se han topado con unas circunstancias "extraordinarias". "Han llegado con la mesa puesta y aún se ponen medallas, pero estaba todo a punto de adjudicar", zanjaba la concejal, molesta por las declaraciones del Ejecutivo.