ALCOY. Que el año 2022 es un año de auge en conciertos y eventos multitudinarios, es evidente. La pospandemia ha levantado el pie del freno este año en la celebración de festivales y, además de calendarios y agendas veraniegas repletas de actividades, deja una cantidad de trabajo, en ocasiones, abrumadora para quienes están en el sector. Este es el caso, sin ir más lejos, de la firma alcoyana Babalú Group, especializada en el montaje de estructuras para eventos y que en 2022, solo en julio, colaboró montando parte de las instalaciones de once grandes eventos. Entre ellos, el festival Arenal Sound en Borriana, el FIB, en Benicassim, el Mad Cool en Madrid, el BBK Live en Bilbao o el Resurrection Fest de Viveiro, en Galicia. Esta firma, en un mes, realizó 15.000 kilómetros poniendo su labor en eventos de alto nivel. También pudo realizar un termómetro del auge -y los problemas- derivados de la sobreoferta de festivales.
El CEO de la compañía, Javier Montava, comentaba a este medio a principios de agosto que, lo que restaba de mes, esperaban soportar el mismo ritmo, tanto en número de eventos como de desabastecimiento o falta de personal. Poco después de esa entrevista, la firma vivió un revés. La firma fue encargada del montaje de parte de las estructuras del Medusa Festival en Gandía. Un evento tristemente célebre en su última edición por la tragedia que segó la vida de una persona y dejó otras 32 heridas tras una fuerte y sorpresiva racha de viento, en un evento meteorológico que sucedió de forma abrupta. Desde la compañía, horas después del suceso, además de lamentar el accidente afirmaron que "todo cumplía con los criterios de montaje" y que "nunca se esperan estas condiciones climatológicas".
Montava comentaba a este diario que llevaban meses en los que se han encontrado problemas como "la escasez de materias primas y los precios, encarecidos hasta un 40% por la inflación". También, con que "hay gente del sector que se fue por la pandemia y no ha vuelto", por lo que hay más demanda de eventos y menos mano de obra disponible. "No se puede pretender hacer en un año lo que, normalmente se realiza en tres, no hay materia prima ni mano de obra". En este sentido, el CEO de Babalú Group aseguraba que en los últimos meses se han visto "desbordados. Y un gran problema este año es el transporte, el doble de caro", aseguraba Montava a principios de mes.
El mes de septiembre también preveían un alto ritmo de eventos que cubrir y, quizá, el volumen se mantenga hasta noviembre. Eso sí, esperan que 2023 vuelva a ser un año con un número menos de festivales.
Así, hoy la empresa está posicionada en eventos high level tanto musicales como deportivos -por ejemplo, en el mes de julio participaron montando instalaciones para el Arena 1000 de Sanxenxo y Almería y el Campeonato de España de Balonmano Playa en Orihuela-. Se dedican a ofrecer servicios para escenarios, señalizaciones o trusses.
Los orígenes de la compañía alcoyana se remontan a 2008, montando escenarios para orquestas en eventos o festividades locales y discotecas móviles. Desde ahí empezaron a crecer y en 2014 se convirtieron en copromotores de su primer festival de música electrónica. En 2017 dan un gran salto en el negocio al incorporar los trusses -necesarios y muy utilizados para poder ejecutar eventos de gran magnitud- a su amalgama de servicios.
Además, otra clave para su auge fue el diseño de las infraestructuras para la feria de Cocentaina "con un cambio radical para el evento". Este éxito llegó antes de la pandemia de 2020, que les obligó al cierre de actividad durante 22 meses. Eso sí, en 2022 contaron con la ventaja de que mantuvieron un gran stock de materiales que han sido cruciales para el trabajo de este año.