ALICANTE. La nueva ordenanza de limpieza de Alicante con la que se trata de reforzar la labor de la inspección municipal, y evitar la generación de suciedad con un incremento de las multas que disuada la comisión de infracciones, supera la primera votación política en comisión informativa gracias a la suma de los votos de los representantes del equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), y de Vox con la previsión de que ese mismo resultado se reproduzca durante su debate en pleno, el próximo jueves.
El texto ha obtenido un dictamen favorable después de que se hayan incorporado varias de las enmiendas presentadas por los grupos opositores, aunque entre ellas no figura la que planteaba la prohibición de fumar sobre la arena de las playas urbanas, como defendía Compromís. A la postre, fundamentalmente se han aceptado la mayor parte de las aportaciones registradas por Vox, con quien los populares ya habían preconcertado el esqueleto de su redacción, según habían venido defendiendo representantes de ambos partidos. A grandes rasgos, las enmiendas registradas por Vox se centraban en el aumento del importe de las multas respecto a las planteadas en el texto inicial. Y la gran mayoría de ellas se han aceptado, aunque con algunas modificaciones después de que el PP haya presentado propuestas transaccionales.
Es lo que ha sucedido con la sanción finalmente acordada por no utilizar ceniceros en las playas, que Vox pretendía castigar con 750 euros en lugar de los 300 previstos en la redacción inicial, y que finalmente ha quedado penalizado con una cuantía de 450 euros con la transaccional formulada por el equipo de gobierno. Y algo similar ha sucedido por lo que respecta a los propietarios de mascotas que no diluyan las deposiciones de sus animales con líquido jabonoso, que Vox proponía multar con 750 euros y se ha acabado acordando una suma de 450.
Pero, además, también se han incorporado algunas de las propuestas formuladas por el PSOE, encaminadas, igualmente, a incrementar la penalización a determinados comportamientos incívicos como miccionar o defecar en la vía pública que pasa a castigarse con multas de 900 euros y 1.500 euros respectivamente. De ahí que, finalmente, los representantes del PSOE hayan optado por una abstención. Por su parte, Compromís y Esquerra Unida Podem han votado en contra al considerar que el texto propuesto no era el adecuado para solventar los problemas de suciedad de la ciudad.
Por partes. Fuentes municipales han precisado que la nueva ordenanza aborda la necesidad de actualizar las condiciones del uso y conservación del espacio público, la incorporación de las nuevas modalidades de recogida selectiva de residuos, la correcta ordenación de la gestión de residuos especiales como son los de construcción y demolición, los de la poda y jardinería, otros residuos domésticos peligrosos, etc. y la utilización de las instalaciones municipales de tratamiento y eliminación de residuos, respecto a la normativa vigente que data de noviembre de 2016.
El nuevo proyecto de ordenanza también aborda en materia sancionadora la ordenación de las actividades inspectoras sobre la actividad que incide en la limpieza y los residuos y tipifica nuevas conductas infractoras emergentes en la realidad cotidiana actual, todo ello sin perder de vista que la voluntad del Ayuntamiento es hacer cumplir las normas a través de la concienciación e información mediante programas específicos para toda la ciudadanía. En esta línea, el texto que ha obtenido un dictamen favorable prevé sanciones máximas de hasta 3.000 euros para las infracciones consideradas muy graves. Las infracciones leves se penalizan con multas de 300 euros.
Además, se ha ampliado el número de supuestos de comportamientos sujetos a penalización, pasando de 63 de la anterior normativa a 86 incidiendo en las cuestiones que más preocupan a los usuarios, en virtud de la encuesta realizada por el servicio como puedan ser el depósito de papeles, bolsas, colillas, chicles en la vía pública fuera de los contenedores y papeleras, el depósito residuos fuera del horario establecido, o dejar enseres y voluminosos en espacios públicos sin avisar al servicio de recogida, las micciones o defecaciones de personas en la vía pública -que llegan a triplicar la sanción pasado de 300 hasta 1.500 euros- o la no recogida de los excrementos de mascotas y su depósito en los lugares correspondientes, así como la no dilución de las mismas con agua o no llevar bolsas de recogida con multas que pueden alcanzar hasta 900 euros.
Además, también se podrá sancionar la falta de limpieza de grafitis en las fachadas, considerado como una falta grave, con hasta 780 euros. Las sanciones más graves como puedan ser las relacionadas con el abandono de residuos derivados de la construcción o el derribo llegarán al máximo de 3.000 euros con el fin de evitar la generación de escombreras ilegales.
El nuevo texto ha suscitado distintas valoraciones por parte de los representantes municipales del conjunto de fuerzas políticas. En primer término vicealcalde y concejal de Medio Ambiente, Limpieza Viaria y Gestión de Residuos, Manuel Villar, ha explicado que "la nueva normativa aborda todos los aspectos relacionados con la limpieza urbana, la recogida y gestión de los residuos, incluyéndose de forma específica la recogida selectiva, así como la regulación y, por primera vez, la regulación del uso del Centro de Transformación de Residuos y la Red de Ecoparques. Además, se refuerzan las facultades de los inspectores tanto en el control de la concesión del servicio como del cumplimiento de la selección de residuos en origen de particulares y en el levantamiento de actas de inspección, además de reforzarse el régimen sancionador para combatir las conductas ilícitas y las infracciones".
Villar ha señalado que "este proyecto aborda además de forma más especifica que la anterior normativa aspectos como la limpieza y recogida de residuos en playas, veladores, de eventos en la vía pública (conciertos, manifestaciones,...) – estos últimos requerirán tener un plan y un responsable de la gestión de residuos-, la obligación de la actividad comercial y de hostelería de la recogida separada de residuos y su depósito conforme a la normativa municipal, al igual que en los mercadillos, así como una revisión más detallada de la gestión de otros residuos derivados de la construcción y demolición, así como la poda y jardinería o los residuos peligrosos, entre otros". Además, ha señalado que "el horario de depósito de residuos se mantiene entre las 20 y las 24 horas, salvo en el residuo orgánico que requiere el uso de la tarjeta electrónica para la apertura del contenedor".
En segundo término, el edil del PSOE, Raúl Ruiz, ha considerado que, pese a la admisión de algunas de las enmiendas de su partido, "la satisfacción no ha sido plena" ante el rechazo de otras propuestas que se consideraban esenciales. "Incluir algunas de nuestras enmiendas es algo positivo, porque todos queremos ver una ciudad mucho más limpia. Sin embargo, no hemos quedado plenamente satisfechos porque se han rechazado otras propuestas que mejorarían y mucho la imagen de Alicante, pero al menos hemos podido contribuir a mejorar esta ordenanza", ha trasladado el concejal.
Entre las sugerencias del PSOE estimadas, al margen del aumento de las multas por miccionar y defecar en la vía pública, figurarían la obligación a los acompañantes de mascotas de llevar, además de bolsas suficientes, un recipiente con líquido para limpiar sus deposiciones o la sanción por la colocación de pegatinas, publicitarias o no.
Por Vox, el edil Óscar Castillo, ha considerado que "Alicante necesita volver a ponerse guapa, necesita lucir como se merece y está nueva ordenanza era necesaria. La gente debe de arrimar el hombro y ser conscientes de que la ordenanza por si sola no es efectiva si los alicantinos no somos conscientes de ello, por eso desde Vox hemos aprobado esta nueva ordenanza donde se han aprobado prácticamente el 100% de las enmiendas que presentamos".
Por Compromís, la edil Sara Llobell, ha justificado el voto en contra de la coalición valencianista al señalar que "creemos que la clave es hacer cumplir la ordenanza". "Si con la anterior no se hacía, tenemos serias dudas de que la nueva se pueda aplicar y ejecutar sin medios para ello, tanto por el número de inspectores como agentes destinados a tal fin". "Y en segundo lugar, hay que empezar obligando a la UTE a cumplir con sus obligaciones respecto a la limpieza y recogida de residuos y convocar la Comisión de Limpieza aprobada a instancia de Compromís", ha apuntado.