Alicante ejecuta el 66% del plan 'Smart City' para modernizar la gestión municipal: así avanza

ALICANTE. La apuesta del Ayuntamiento de Alicante por introducir las nuevas tecnologías en la mejora de la planificación de decisiones relacionadas con la gestión municipal, y en facilitar trámites a la ciudadanía, a través del plan 'Alicante Smart City 2.0 2021-2027', llega al ecuador de su programación con el 66% de sus proyectos ya ejecutados o en fase de implementación. 

En concreto, en el margen de cerca de tres años, se ha puesto en marcha desarrollos que permiten monitorizar, analizar e integrar la información clave de los sistemas centrales de la ciudad para ganar eficacia en la respuesta de la administración en doce de los 25 proyectos diseñados en el conjunto del plan, para el que se estimó un presupuesto global de 24,2 millones. Y además existen otros dos proyectos más en proceso de activación, según precisaron fuentes del departamento de Planes Estratégicos y Proyectos Europeos que coordina el edil Toño Peral. 

¿De qué proyectos se trata? Algunos de ellos pasan por inadvertidos al no tener reflejo perceptible para la mayor parte de la ciudadanía, ya que varios quedan limitados a trabajos de reorganización operativa o de aplicación de nuevos sistemas informáticos en tareas internas al propio ayuntamiento. Otros, como los encaminados a mejorar las relaciones con la administración, sí son apreciables con resultados visibles como la implantación de una red de 15 ciberquioscos en centros sociales o la activación del sistema de seguimiento del tráfico en tiempo real mediante la instalación de cámaras inteligentes. 

El primero de esos once proyectos consistió en el despliegue de un plan de formación digital de los funcionarios municipales y de implantación de trabajo colaborativo. Con él, se trata de mejorar la capacitación de los trabajadores municipales en sistemas tecnológicos como primer paso para poder desplegar el conjunto del programa. Según fuentes municipales, sus primeros resultados se dieron incluso antes de 2021, tras el estallido de la pandemia, cuando se consiguió activar una red de trabajo en remoto durante el periodo de confinamiento.

El segundo supuso la puesta en funcionamiento del portal de participación ciudadana a través de canales del Servicio de Atención e Información a la Ciudadanía (SAIC) y del portal de transparencia disponible en la página web municipal. El tercero supuso la creación de la comisión técnica Smart City, integrada por los ingenieros del departamento de Nuevas Tecnologías, como órgano responsable de ejecución y seguimiento del plan. El cuarto corresponde con la instalación de la red de ciberquioscos ya citada para descentralizar la realización de trámites (obtención de certificados, pago de impuestos, etc) y combatir la brecha digital. 

El quinto conlleva la introducción de la tecnología en la gobernabilidad municipal, a través de la implantación de una capa de Inteligencia Artificial (IA) con el proyecto de gestión integral denominado AL21. El sexto, ligado también a esa estrategia y a esa misma plataforma AL21, consiste en la introducción de la automatización robótica de procesos (RPA), con el que, entre otros elementos, se ha incorporado un bot o asistente virtual a través de la página web municipal para mejorar la capacidad de respuesta de la administración ante cualquier consulta que pueda requerir un ciudadano.

El séptimo corresponde a la puesta en marcha efectiva del proyecto de monitorización del tráfico en tiempo real 'Alicante se Mueve', que viene implementándose de forma progresiva desde 2016, después de que la iniciativa fuese seleccionada como propuesta subvencionable por el organismo adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Red.es. El octavo tiene que ver con la modernización de la operativa de la Policía Local, a través del proyecto GestecPol, que permite dotar a los agentes de terminales para tramitar gestiones relacionadas con la regulación del tráfico o con la seguridad en tiempo real, compartiendo información en red.

La estrategia de modernización también se ha extendido hasta los mercados municipales con la iniciativa Smart Market como noveno proyecto del programa. Se trata de un sistema que, además de permitir la introducción de cartelería digital en las cuatro lonjas municipales, permite obtener información sobre datos de afluencia de visitantes por franjas horarias y compartir y difundir esa información con los clientes en tiempo real.

El décimo proyecto consistió en la adquisición del sistema informático para implantar la plataforma AL21, ya citada, tras la realización de una consulta preliminar de mercado para evaluar propuestas. El decimoprimer proyecto ha conllevado la implantación de cuadros de mandos predictivos basados en IA, que también se ha aplicado en el programa 'Alicante se Mueve'. Y el decimosegundo consiste en el proyecto CiberSeguridad+, que ha permitido la puesta en marcha del Centro de Operaciones de Ciberseguridad municipal para preservar la integridad de los datos municipales frente a ataques informáticos.

Al margen de ello, ya se han iniciado trámites para implantar los denominados Smart Centers, como espacios para acercar el uso de nuevas tecnologías a los ciudadanos con el fin de contribuir a atajar, también, la brecha digital. Y, por último, también se ha comenzado a desplegar el proyecto de Hiperconectividad, con la implantación de redes de fibra entre todos los edificios municipales y redes wifi en edificios públicos.

Ese conjunto de iniciativas es el que habría valido ya la concesión de varios reconocimientos al programa 'Alicante Smart City 2.0'. Entre ellos, el librado este mismo jueves en el transcurso de la la 25ª edición de la Noche de las Telecomunicaciones Valencianas, en la categoría de Administración Pública impulsora de las TIC: la primera ocasión en la que la distinción se concede a un ayuntamiento, según fuentes municipales.

Con todo, aún existen iniciativas pendientes de desarrollo englobadas en el mismo programa. Algunas de ellas tienen que ver con aplicaciones prácticas para facilitar cuestiones cotidianas como la búsqueda de aparcamiento. Ese es, de hecho el objetivo del proyecto Smart Parking, con el que se aspira a controlar la gestión de las plazas de estacionamiento disponibles en la vía pública mediante un sistema de sensorización que informe de los espacios libres en tiempo real con el objetivo de reducir el tiempo de búsqueda a los ciudadanos, con el consiguiente ahorro energético y de consumo de carburantes (y por tanto, de contaminación).

Deportes, medio ambiente, asistencia social...

Otro proyecto pendiente de implantación es el Smart Sport con dos variantes distintas. La primera consiste en la aplicación de nuevas tecnologías en la construcción de un nuevo polideportivo municipal, de modo que sea autosostenible desde el punto de vista energético gracias a una instalación fotovoltaica en su cubierta y un sistema de aprovechamiento de aguas y medidores de consumo. Y la segunda se trata del desarrollo de una App destinada a usuarios de servicios deportivos municipales que facilite la reserva de instalaciones y el pago a través del móvil del precio público por su uso, además de la identificación de las instalaciones municipales con códigos QR, o la recopilación de recorridos para la práctica de deportes como el running o el ciclismo.

Otra de las propuestas con efectos sobre el medio ambiente es el proyecto Smart Water con el que se pretende impulsar estrategias de economía circular y la consecución de un modelo de gestión del agua más sostenible, que optimice la explotación al 100% del agua reciclada y permita sextuplicar su reutilización en el año 2025.

Y, entre otras actuaciones, el programa también se extiende al ámbito de los servicios sociales y la atención a la tercera edad con iniciativas como el proyecto Teleasistencia SmartPlus concebido para facilitar una mayor atención a las personas mayores que viven en soledad, con el desarrollo de un avance respecto al servicio de teleasistencia tradicional para que se convierta en un servicio predictivo y preventivo con el uso de IA a partir de la monitorización de las pautas de conducta habituales y de las constantes vitales de modo que permita intervenir ante la detección de anomalías.