ALICANTE. Objetivo conseguido: Alicante podrá gestionar el antiguo complejo industrial de La Británica con el propósito de reconvertirlo en un centro cultural polivalente, en desarrollo de un proyecto que comenzó a gestarse a finales del mandato 2011-2014 sobre el que no se había llegado a constatar ningún avance hasta ahora. La espera que impedía impulsar su ejecución llega a su fin a través de una resolución de la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda por la que se aprueba la solicitud de concesión registrada por el Ayuntamiento de Alicante, después de haber evaluado el proyecto de gestión con el que se acompañó esa petición, en mayo de 2021.
Eso sí, el acuerdo, que se hará oficial en las próximas semanas, se condiciona al cumplimiento de un último trámite que, a partir de ahora, debe quedar en manos del propio ayuntamiento. Se trata de la regulación de la inscripción en el registro de una parte minoritaria de los terrenos en los que se extiende la antigua refinería que todavía figurarían a nombre de antiguos propietarios desde que el grueso de sus instalaciones pasase a convertirse en un bien de titularidad pública, al ser expropiada por el Estado, a través de la Compañía Administradora del Monopolio de Petróleos (Campsa), en 1929.
La Dirección General de Patrimonio y la Concejalía de Urbanismo deben coordinarse ahora para concretar ese proceso de regulación y formalizar la transferencia de uso de los 10.000 metros cuadrados excavados en las faldas de la Sierra de San Julián y de la Sierra del Molinet, en el frente de cantera de la avenida de Villajoyosa, que conforman del recinto industrial, cerrado y abandonado desde que se produjo su desmantelamiento, hace más de medio siglo.
Con ese acuerdo, el Ayuntamiento podrá disponer del recinto de manera oficial con el propósito de impulsar la reconversión que permita recuperarlo para uso público como espacio cultural que pueda ejercer como atractivo turístico. Uno de los primeros pasos en ese proceso consiste en facilitar su accesibilidad en condiciones de seguridad, según se concreta en el anteproyecto redactado para planificar su rehabilitación.
El planteamiento promovido por el departamento municipal de Urbanismo que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Ciudadanos) contempla una intervención integral en el complejo, a ejecutar en varias fases, con la que se adecuaría sus galerías y sus bóvedas de gran tamaño para que puedan acoger la organizar de conciertos, presentaciones, exposiciones, conferencias y toda clase de eventos culturales. Incluso se sopesa la posibilidad de que pueda servir como sede para la celebración de congresos o eventos profesionales de tamaño medio, como avanzó este diario.
Ese anteproyecto redactado por Escalar Estudio de Arquitectura, que todavía no es un proyecto de ejecución, contempla la consolidación y musealización del recinto de modo que, al margen de que pueda albergar actuaciones musicales y exposiciones de carácter desmontable, también se potencie el valor arquitectónico de la construcción en sí misma por las particularidades de su ejecución, sus dimensiones y el contexto histórico en el que se creó. Así, uno de los primeros aspectos que se pretende recoger en el Plan Director sobre el futuro del complejo será la necesidad de dar a conocer a los visitantes su uso industrial original y el papel histórico que tuvo durante la Guerra Civil, junto al resto de construcciones defensivas ubicadas en el entorno de la Sierra de San Julián y de la Sierra del Molinet. Para ello, se contaría con el apoyo de proyecciones audiovisuales, entre otros elementos para favorecer la divulgación.
Ese anteproyecto concreta el desarrollo de hasta cuatro fases de actuaciones distintas que comprenderían al un plazo de ejecución de más de tres años, una vez plasmada cada una de ellas en los estudios y proyectos concretos previos que resultarían necesarios para calibrar el estado de conservación actual de sus estructuras y para redactar los proyectos de intervención definitivos. Así, el conjunto de la intervención podría requerir más de cinco años, aunque podría habilitarse una apertura gradual en las primeras fases que pudiesen ejecutarse. Es más, incluso se baraja admitir visitas antes de iniciar la reconversión del complejo para que, al menos parte de él, pueda ser contemplado y valorado en su estado original, siempre que se certifique la estabilidad de sus espacios y que se habilite un sistema de accesos seguro.
Eso sí, la transformación queda ligada a la disponibilidad de presupuesto para financiar las obras. En principio, las primeras estimaciones apuntan que el desarrollo del proyecto requerirá una inversión superior a los 15 millones. Al menos, esa es la primera valoración recogida la manifestación de interés presentada por el Ayuntamiento para conseguir recursos con los que costear esos trabajos a través de los Fondos Next Generation. Esa solicitud, por ahora, sigue sin resolverse. Con todo, el equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) sí ha venido reflejando algunas primeras partidas presupuestarias para la elaboración de estudios y proyectos relacionadas con la recuperación de La Británica durante los dos últimos ejercicios, que se prevé que puedan ampliarse en la elaboración de las cuentas de 2023 con el fin de iniciar los primeros trabajos de adecuación del recinto. Además, se pretende implicar a otras administraciones como la Diputación o la Generalitat para que puedan contribuir a sufragar las obras, al margen de cuál pueda ser la respuesta de la Unión Europea.