ALICANTE. La remodelación de la avenida de Aguilera seguirá en compás de espera. El equipo de gobierno, ahora compuesto por el Partido Popular (PP) en solitario, ha pospuesto el inicio de sus obras de reurbanización que se había programado inicialmente para este mes de septiembre con el fin de avanzar en la reapertura al tráfico de los otros ejes del Centro en los que se está interviniendo ahora y, así, no añadir mayores complicaciones en forma de restricciones que puedan dificultar el tráfico diario. Menos todavía en un contexto de retorno al trabajo y de reinicio del curso escolar con motivo del fin de las vacaciones estivales.
Por el momento, no existe un nuevo calendario definido para que pueda producirse el inicio de esa transformación de Aguilera, ya que depende al menos de dos factores fundamentales. El primero, que pueda normalizarse la circulación en el eje comprendido entre Federico Soto y General Marvá. Al menos, en el tramo que afecta al tránsito perpendicular en el área encuadrada entre la avenida de Maisonnave y la calle del Teatro, según precisaron fuentes del equipo de gobierno consultadas. Se prevé que esa situación pueda quedar despejada a cierre del mes de octubre. Para entonces, además, también se prevé que pueda producirse la reapertura de Marqués de Molins. Y ya se habrá materializado la recuperación del tránsito en el Paseo de los Mártires de la Libertad, así como en la avenida de Ramón y Cajal, prevista a lo largo del lunes 4 de septiembre.
El segundo factor es un posible nuevo reajuste del proyecto. El departamento de Movilidad Urbana que coordina el edil Carlos de Juan ha sometido la propuesta a otro proceso de revisión con el fin de sondear posibles soluciones alternativas que eviten la generación de un efecto embudo en el sentido Centro a la altura del cruce entre Aguilera y la Plaza de la Estrella, donde el tránsito se reparte ahora entre tres carriles. Se trata de opciones que permanecen en estudio y que no se prevé dar a conocer hasta que se confirme su viabilidad técnica.
En principio, de acuerdo con el proyecto ya actualizado para mejorar la accesibilidad peatonal, a petición de los vecinos de Benalúa, la sección de la avenida tras la remodelación quedará reducida a dos carriles en sentido salida y solo uno de entrada, al que se añadirá la creación de un carril de uso reservado para los autobuses de la red de transporte municipal: en realidad, el objetivo central del proyecto. Al tiempo, se mantendrá la mediana central, se reordenarán y suprimirán plazas de estacionamiento en batería y se ensancharán las aceras (especialmente, la del extremo sur, más próxima al barrio de Benalúa).
El objetivo de la intervención, además de favorecer el uso de transporte público al posibilitar que pueda ganar velocidad comercial y puntualidad a través de ese carril reservado de nueva creación, es que la avenida de Aguilera acabe convirtiéndose en un vial de salida como prolongación de Maisonnave. Para ello, se pretende apostar por la conversión de la avenida del alcalde Lorenzo Carbonell y Catedrático Soler en un eje en el que predomine el sentido de entrada al Centro.
En todo caso, el aplazamiento del inicio de las obras forzará al equipo de gobierno a solicitar una prórroga en el plazo previsto para su ejecución para no perder los fondos concedidos por la Unión Europea para la cofinanciación de sus trabajos, ya que el proyecto de implantación de ese carril bus forma parte de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) avalada con una aportación global de 15 millones de inversión comunitaria que se complementan con otros 15 de aportación municipal. El plazo de finalización previsto de partida para el conjunto de las actuaciones de la ZBE concluye en diciembre de este año. No obstante, el equipo de gobierno ya ha solicitado y conseguido el aplazamiento de otros proyectos como los cofinanciados a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que debían concluir en julio de este año y se han prolongado hasta diciembre.
En concreto, la remodelación de Aguilera cuenta con una asignación de 297.000 euros en fondos europeos y su coste de ejecución alcanza los 483.866 euros, en función del proyecto adjudicado a la constructora Pavasal hace un año. No obstante, ese importe quedó sujeto a modificaciones tras la primera revisión del proyecto que podría ampliarse ahora, en caso de acordarse las nuevas variaciones en estudio.