ALICANTE. La Federació de les Fogueres ha emplazado a las comisiones de hogueras y barracas a una consulta, tal y como se hiciera el pasado año, para saber su opinión sobre si celebrar las fiestas en 2021 o dejarlas para el 2022 y trasladarle así el veredicto al Ayuntamiento de Alicante. Sobre esta cuestión, el alcalde, Luis Barcala, ha afirmado que "adoptar una decisión ahora es prematuro". En esta situación, los artistas instan a los foguerers a optar por la plantà en dicha consulta. No hacerlo ahora, según explican, podría significar el fin de las empresas del sector, que han podido resistir el aplazamiento de un año, pero no podrían sostenerlo durante dos ejercicios seguidos.
“Aunque el mes no corresponda con la fiesta, la celebración nos vendría como agua de mayo”, afirma Joaquín Rubio, Maestre Mayor del Gremio de Artistas de Hogueras de Alicante y presidente de la Federación de Artistas Falleros y de Hogueras de la Comunitat Valenciana. “No son malas las condiciones que ha propuesto Sanidad y, además, están abiertas a todas las mejoras que puedan venir con los avances en la vacunación”, afirma Rubio. El deseo de los constructores es acabar así de una vez con los contratos, abiertos desde 2019.
El año natural de un artista consiste quemar las Fallas, empezar o terminar las Hogueras y a continuación volver a construir las Fallas del año siguiente. La pandemia cogió al gremio de artistas con las Fallas terminadas y las Hogueras contratadas en 2019 a medias. Con la suspensión de la fiesta, los contratos se modificaron para trasladar ese compromiso de construcción al año siguiente, por lo que durante todo este año han seguido avanzando en sus talleres, una vez pudieron desalojar las Fallas, que están almacenadas en gran medida en Ciudad de la Luz. “Lo que no podemos hacer ahora es echarnos a la espalda un año más y trasladarlo todo a 2022, porque nuestro riñón no lo resiste”, sentencia el presidente.
“Conforme estaban los datos epidemiológicos, era obvio que íbamos a tener restricciones, pero, en el momento en el que la situación empieza a entrar en fase de recuperación, nuestro sector debe entrar también en esa fase; no podemos ser el único sector que retrase su recuperación”, describe. El oxígeno que les daría quemar las Hogueras en agosto, septiembre u octubre, se antoja vital. “Nos da igual el mes, pero tenemos que cerrar este ejercicio como sea”, insiste Rubio.
Las Hogueras están avanzadas en un porcentaje elevado porque han continuado con su compromiso más inmediato, que era trasladarlas a 2021, el objetivo que estaba previsto y que les habían propuesto. Si no se llevara a cabo la plantà, el escenario que augura es catastrófico. “Es un escenario que no queremos barajar ni en nuestras peores pesadillas, pero estamos en todo momento hablando con nuestros asesores jurídicos para ver en qué términos se nos quedaría el contrato y de qué modo podemos salir de este bucle”, describe. Por el contrario, prefiere ser optimista y aferrarse a la inyección de moral que les ha dado Sanidad a las fiestas de Fallas. “Nosotros también podemos terminar el ciclo porque, de no ser así, no sé en qué situación nos quedaríamos”, sentencia.
“Tenemos muy claro que los artistas trabajamos haciendo Hogueras y los foguerers haciendo fiesta; esa es su obligación y para eso están”, afirma Rubio. “No podemos entender que, dando Sanidad permiso, en las condiciones que sea, un foguerer pueda decir que no a su fiesta; es como si un artista dice que no a sus Hogueras”, insiste. El presidente del colectivo artístico insta a las comisiones de Hogueras a que “encuentren de nuevo su porqué” y avancen en la celebración. “Estamos en un momento muy crítico no solo nosotros, sino todos los sectores que envuelven la fiesta, y la llave para que todo se solucione está en plantar y que se celebren las Hogueras”, afirma.
Las empresas de los artistas no aguantan más. “Debemos incentivar la idea de que hay que hacer este ejercicio de la manera en que se pueda y que así volvamos, con las fuerzas que nos queden, a celebrar la fiesta en 2022, pero, a costa de nuestro riñón y nuestra espalda, las Hogueras no se van a poder alargar otro año más, porque nosotros no lo vamos a poder aguantar como empresas”, describe. En su opinión, “no se puede poner sobre la mesa simplemente un sí o un no, sino que se debe ver a toda la gente que hay detrás” para encontrar la forma de terminar y empezar de nuevo con los proyectos del año próximo. “Con responsabilidad, porque para eso hay también unos contratos firmados que tienen a los profesionales en vilo desde hace dos años, así que hay que ser valiente”, sentencia.