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#26M en San Vicente: la reválida de un eje de progreso roto en la era post Luisa Pastor

16/05/2019 - 

ALICANTE. Todo son incógnitas sobre el futuro de la gobernabilidad de San Vicente del Raspeig: la segunda ciudad en peso demográfico de l'Alacantí (y una de las diez de mayor tamaño de la provincia, con 57.785 habitantes censados, según el INE) conectada y a veces ensombrecida por la propia capital, con la que coopera, comparte y también compite a la hora de proporcionar servicios y ofrecer empleo a sus residentes.

La contienda electoral del próximo 26 de mayo se disputa entre 11 candidaturas distintas: PSPV-PSOE, PP, Ciudadanos, Esquerra Unida, Podemos, Compromís, Vox, Ahora San Vicente, Contigo, PCPE y Vecinos de San Vicente (VESARA). También se inscribió el partido Juntos Ganamos, pero su candidatura no quedó proclamada. 

En cualquier caso, todo parece indicar que solo siete de ellas -las siete primeras- podrían tener opciones reales de formar parte de la próxima corporación municipal. En el mandato que ahora finaliza, son seis las formaciones que se encuentran representadas en el Ayuntamiento. Así, salvo descalabro de alguna de esas siglas, parece probable que todavía podría ampliarse más esa fragmentación política con una hipotética y plausible incorporación de Vox. 

¿La conclusión? Salvo sorpresa, el color político de la Alcaldía se decidirá a través de la negociación de pactos entre bloques: ya sea simplemente para favorecer la investidura del nuevo alcalde, o bien para compartir competencias de gobierno con vocación de continuidad para cuatro años.

Ese escenario es, de hecho, el que se dio en 2015. El PP, entonces encabezado por Luisa Pastor como candidata a la reelección, fue la lista más votada con 7 concejales. Sin embargo, la suma de PSPV-PSOE, Guanyar (la marca liderada por EU), Sí se Puede (la lista impulsada por Podemos) y Compromís dio lugar a un cuatripartito que convirtió al socialista Jesús Villar en nuevo alcalde y mandó a los populares a la oposición, junto a Cs.     

Sin embargo, la alianza a cuatro bandas solo resistió hasta el ecuador del mandato. Poco después de que se iniciase el periodo de gobierno, el cuatripartito ya tuvo que superar una primera crisis: la de los contratos del llamado caso Psiconox concertados con una asociación que presidía un miembro de Compromís en Alicante, que desembocó en la retirada de las competencias de Sanidad a la edil de esa coalición, Isalía Gutiérrez, por una pérdida de confianza. No obstante, después de que se celebrase una comisión de investigación y de que no se apreciasen anomalías, se le devolvieron sus responsabilidades.

La crisis definitiva del cuatripartito llegó en 2017. Primero con la expulsión de una de las ediles de Sí se Puede, Auxi Zambrana, de su propio grupo político (la regidora se convirtió en no adscrita). Y después, con el cese de los dos restantes concejales de esa misma formación, David Navarro y Bienvenido Gómez, ante el conflicto generado en el área de Recursos Humanos.

En la cita con las urnas del 26-M, Zambrana se presenta como candidata a la Alcaldía por el partido independiente de carácter local, Ahora San Vicente, compuesto por varias personas que militaron en Podemos. Y Navarro vuelve a encabezar lista, esta vez bajo las siglas propias de Podemos (no por Sí se Puede).

Con la expulsión de esos dos concejales de Sí se Puede, el equipo de Gobierno menguó: se convirtió en un tripartito que, ahora sí, quedaba en situación de minoría. Sin embargo, los tres socios resistieron. Lo hicieron incluso pese a bajas sensibles como la del socialista Manolo Martínez (hasta entonces, hombre de confianza de Villar), y hasta han podido asistir a las crisis internas de los partidos de la oposición. En Cs, con la expulsión de su portavoz municipal, Serafín Serrano (que dejó el acta), y la de Juan Manuel Marín, que se convirtió en no adscrito. 

Y en el PP, con la marcha de José Rafael Pascual precisamente a las filas del partido de Albert Rivera. Pascual, a quien se considera de algún modo heredero del modelo político de Pastor, encabezará esta vez la candidatura de Cs, mientras que el edil Óscar Lillo será cabeza de cartel del PP como nueva apuesta avalada por la dirección provincial y regional del partido.

En EU, por su parte, el candidato en liza es el actual concejal de Hacienda, Alberto Bevià, que toma el relevo a la actual vicealcaldesa y edil de Urbanismo, Mariló Jordá (no podía repetir un tercer mandato, según los estatutos internos).

En Compromís, repite su portavoz y concejal de Cultura, Ramón Leyda. Y Vox intentará lograr acta con una lista encabezada por David García, a quien se considera próximo al presidente nacional del partido, Santiago Abascal, conectado de manera estrecha a San Vicente al ser el municipio de residencia de su esposa.

Con esos mimbres, la consulta del 26 de mayo se convierte en realidad en una reválida del eje de progreso tras cuatro años de mandato convulso. Al margen de las disputas internas, su gestión se ha visto salpicada de altibajos. Con trazo grueso, podría decirse que ha habido avances en la planificación del modelo de ciudad, al sentarse las bases de un nuevo Plan General; se ha mejorado la situación de las cuentas municipales; se ha puesto en valor infraestructuras públicas ya construidas pero que no se había optimizado, como el aparcamiento del ayuntamiento o el velódromo... 

Sin embargo, no se ha conseguido lanzar otros proyectos que parecían generar consenso como el nuevo pabellón cubierto; no se ha conseguido fortalecer el tejido comercial local (ni tan solo en una arteria principal como Ancha de Castelar con calle Alicante); no se ha potenciado el asentamiento de nuevas empresas; sigue pendiente la resolución del futuro de las antiguas instalaciones de Cemex; y no se ha puesto en uso dotaciones como el aparcamiento de Ingeniero García Antón o el archivo municipal, por ejemplo.

Sea como fuere, lo cierto es que, con el tiempo, aquella alianza que se fraguó en 2015 tras poner fin a toda una era de mayorías absolutas del PP (las cosechadas por Luisa Pastor, fallecida en abril de 2018), ha acabado contribuyendo a la dinámica de ruptura del bloque de centro-derecha. Así que la duda reside ahora en cómo va a comportarse ese eje en esta nueva etapa: ahora, sin la figura de la que fue su referente; y, por si fuera poco, con quienes fueron sus pupilos repartidos literalmente en dos listas (PP-Cs).

¿Propuestas para el nuevo mandato? A grandes rasgos, las anunciadas hasta ahora por todos los partidos guardan cierta similitud entre ellas. Todos coinciden en la ejecución del citado pabellón cubierto y existe coincidencia, al menos entre PP y Cs, y en parte también en Podemos, en la propuesta de un nuevo auditorio que supla las carencias del actual.

Todo apunta, en cualquier caso, a que la carrera electoral se decidirá por la mínima y con foto finish.        

DATOS DE INTERÉS

2015

Población: 56.302

Paro:  5.639

Renta per cápita disponible: 18.330 

2019

Población: 57.785

Paro:  4.498

Renta per cápita disponible: 18.620

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