VALÈNCIA. Un bolígrafo Bic es, sencillamente eso, un bolígrafo. Un objeto con un diseño excelente -y centenario- que tiene un agujerito en la tapa para evitar que un niño se ahogue si se la traga y que tiene forma hexagonal para que no ruede sobre una superficie plana. Para un escritor, artista o creativo, un bolígrafo, acompañado de un papel, puede ser la ventana a un universo infinito en el que el límite es la imaginación.
Para la escritora Emil Ferris (Chicago, 1962) un bolígrafo Bic fue su fiel acompañante durante su estancia en el hospital en el año 2001 tras contraer la fiebre del Nilo Occidental por la picadura de un mosquito que le dejó postrada en cama durante meses, dejándola paralizada de cintura para abajo e incapaz de mover su mano derecha.
Durante su recuperación se armó de valor y agarró decenas de bolígrafos Bic -de todos los colores-, varias libretas de espiral, comenzó a crear Lo que más me gustan son los monstruos, editada en español por Reservoir Books. Un cómic que ha marcado un antes y un después en la novela gráfica contemporánea y que se ha compuesto a lo largo de más de quince años de trabajo.

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- MARCOS SORIA
Esta obra, qe ha sido elogiada con tres premios Eisner, dos Ignatz y una nominación a los Hugo, se ha podido encontrar este fin de semana entre los stands del Salón del Cómic de València 2025, que este año ha contado con la autora como una de las grandes invitadas internacionales.
Entre mesas redondas, firmas con colas kilométricas y pausas par tomar el aire Ferris encontró un hueco para conversar con Culturplaza sobre su visita a València, las cosas que le aterrorizan -como la tragedia de la Dana- y los entresijos de su “monstruosa” novela que acaba de publicar este mismo año su segunda parte. Lo hace en una conversación en la que no teme dejar volar su imaginación, sacar las garras y dejar ver que con 63 años su carrera no ha hecho más que empezar.

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- MARCOS SORIA
-¿Qué quería ser Emil Ferris de mayor?
-Quería ser un monstruo, cualquier cosa alejada de convertirme en una mujer. Recuerdo estar en el colegio viendo una pila de juguetes y libros sobre profesiones de niños y de niñas y que las de chicos fueran: policía, escritor, médico, científico y las de chicas se limitaran a secretaria, enfermera, profesora o madre. A los chicos siempre se les ha potenciado que vayan por un camino con más posibilidades que a nosotras.
-¿Existiría este libro si no fueras mujer?
-Nunca me he parado a pensarlo y la verdad que me cuesta imaginarlo. Creo que este libro existe porque estuve rodeada de personas creativas que me veían capaz de crear y hacer algo propio, aunque también siento que es un libro producido bajo la subversión de ser una chica que no quiere ser mujer, que quiere ser un monstruo.
Hay muchas maneras de crear desde la subversión, ya sea si eres mujer, trans o queer… Uno se puede agarrar a ese potencial. Crear desde la subversión nos hace fuertes. Como mujer, este cómic se vuelve más poderoso a través del proceso, hay una cualidad monstruosa en esta parte de la creación que va en contra de la historia general de la derrota de las mujeres que se cuentan en los mitos y las fábulas.
-A los niños se les suele prohibir crecer para ser “monstruos” y dibujar a todas horas…
-Parece que no se valora como una forma de ganarse la vida cuando lo más importante para cualquier trabajo es la pasión que le mueve. Merece más la pena hacer algo que amas que ganar dinero con ello. Cuando nos levantamos hay que intentar hacer lo que amamos, para algunas personas es su trabajo, para otras es ver a sus amigos y para otras es descansar… Hay que tomar un camino en el que sintamos que la belleza de nuestro mundo aumenta poco a poco de alguna manera gracias a nuestras pasiones.

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- MARCOS SORIA
-Pero no todo el mundo puede vivir de su pasión…
-Ni siquiera yo. Durante mucho tiempo tampoco sabía cuál era esa pasión que me movía. Durante años limpié casas, fui diseñadora de juguetes infantiles -para Mc Donalds- y trabajé de camarera durante años. Siempre me he preguntado cómo es posible mantenerse con creatividad cuando el trabajo te exige, casi todo tu tiempo, pero es parte de la pasión que nos mueve. La pintora Alice Neel dijo una vez que la mujer debe tener la “ferocidad del diablo” para seguir viva como artista, pero creo que es aplicable a todo el mundo, siempre tiene que haber una llama de fuego en tu vida como hacéis con las Fallas.
-Me han contado que has visitado el museo Fallero estos días, ¿qué opinas del arte que nace para destruirse?
-Me parece apasionante, necesito volver a València para fotografiar todo y pasearme por las calles para disfrutar la fiesta. En Nuevo México existe algo parecido llamado el Zozobra -una fiesta de Santa Fe en la que se quema una marioneta de más de 15 metros de altura para destruir los sentimientos negativos- y me parece también apasionante, al final es un ritual que habla de dejar pasar lo malo y decirle adiós para seguir avanzando. Me parece un concepto precioso y emocionante y que tiene una gran simbología.

- Una página de Lo que más me gustan son los monstruos -
-En un mundo rodeado de escenarios de terror… ¿Cómo podemos seguir disfrutando del miedo?
-Hay que saber mirar a lo que nos rodea y aprender a observarlo y analizarlo. Había un filósofo japonés que decía que la única enfermedad incurable del ser humano es la arrogancia, y que todo lo demás se puede curar. Creo que la arrogancia apaga la imaginación porque la imaginación es todo humildad. Es un camino que te permite abrirte, considerar otras posibilidades e historias que nunca pensarías que podrían ser verdaderas, te plantea otras formas de vivir.
-¿Cómo nos ayuda la imaginación contra el mal?
La imaginación nos ayuda a resolver problemas que nunca nos habríamos planteado. En mi caso me ayuda en la desesperación, la que viví al ver que me quedaba inválida con un hijo de seis años y casi sin recursos. Viví en la desesperación de mirar a la oscuridad y, aun así, poder imaginar algo frente a mí y abrazar la magia de mi vida y de la desgracia.
-Tu cómic ofrece ese factor sorpresa al estar hecho todo con bolígrafo y generar una imagen nueva e impactante… Sin embargo, en la era de la Inteligencia Artificial (IA) parece que ha desaparecido la capacidad de sorprenderse con las imágenes nuevas. ¿Cómo se puede recuperar el factor sorpresa en un mundo lleno de imágenes?
-La IA imposibilita aprender a hacer cosas por uno mismo, el factor de explorar. La capacidad de coger ciertos materiales y hacer algo desde cero, averiguar como ir desde el punto A hasta el B sin la necesidad de basarse en un plano o un mapa. El arte ayuda a explorar, a averiguar como hacer algo que nunca hemos aprendido a hacer. El arte es nuestra impronta en el mundo: nuestro presente, pasado y futuro y algo que resuena con nuestra historia.

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- MARCOS SORIA
-La tuya se cuenta con algo tan simple como un bolígrafo Bic, es lo que le da ese toque de autenticidad.
-Mi obra es accesible porque está hecha desde un bolígrafo, una herramienta muy simple. Dibujar con un Bic es un acto humilde, es como cuando alguien que siempre va susurrando y habla en voz baja dice algo: todo el mundo se para a escuchar atentamente lo que va a decir. Creo que en el arte tenemos que escucharnos entre nosotros, no a los expertos. El arte nos pertenece y nos abre la puerta a un mundo nuevo e infinito que está por descubrir.
-¿Qué te supone obtener reconocimiento y galardones por tu obra?
-Es como dar un abrazo a un hijo al que has criado, para mí los cómics son parte de mi familia. Cada vez que recibo un reconocimiento, un premio o me invitan a dar charlas, siento que estoy avanzando. Me gusta encontrarme con los lectores y animarles a crear, a no darse por vencidos y a disfrutar de su creatividad. Si tienes un proyecto sigue adelante, no te pares. Quince minutos al día, para empezar, son suficientes para hacer que esa idea no se estanque y quién sabe si podrás hacer feliz a alguien con lo que creas. Es lo que me ha pasado a mí con los monstruos, es de lo más emocionante y es algo que creía que no me iba a llegar en la vida, y mira donde estamos. Siempre queda nuestra historia para contar en el mundo.

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