ALICANTE. El corazón del Hércules late a buen ritmo. No obstante el triste deambular deportivo e institucional de la entidad, la afición sigue muy viva y este domingo una parte muy significativa de ella lo demostró lanzándose a la calle para manifestarse reclamando a Enrique Ortiz que "entregue las llaves del club".
La Policía Nacional (que ostenta la competencia en Orden Público) cifró el número de manifestantes en 700, mientras que los organizadores elevaban la cifra a 2.000. Puede que fueran 700 manifestantes a su llegada al Ayuntamiento de Alicante, pero durante el recorrido (muchos declinaron quedarse a los discursos) eran algunos más. Desde luego no 2.000, pero tampoco 700. Convengamos que unos 1.000 aficionados recorrieron (siempre de manera festiva, acompañados de las ya tradicionales pancartas contra Ortiz y profiriendo los habituales cánticos exigiendo su marcha) la mañana del domingo el centro de Alicante (desde la plaza de los Luceros, por el eje Alfonso El Sabio-Rambla, hasta la del Ayuntamiento) para reclamar al empresario su salida del club, pero también para exigir a los supuestos interesados en coger el testigo (cuya existencia está pendiente de confirmarse), que revelen su identidad y, especialmente, presenten su proyecto.
La edil de Unides Podem Vanesa Romero y un asesor de comunicación del grupo municipal de Compromís fueron los únicos representantes de la corporación que hicieron acto de presencia, pese a que el martes pasado los seis portavoces de los grupos municipales y el alcalde Luis Barcala les habían asegurado a los organizadores que estarían a su lado. También resultó estruendosa la ausencia de pesos pesados de la sociedad alicantina que acostumbran a hacer gala de su herculanismo y, especialmente, de exjugadores de un club que va a cumplir 100 años en unos meses. En cualquier caso, un millar de aficionados rasos, convencidos de que es "ahora o nunca" (el equipo blanquiazul ha descendido a la cuarta categoría del fútbol español) se manifestaron para reclamar la marcha de Ortiz. Si ya se antojaba complicado que lo anterior se produjera antes de la manifestación, tras la misma sigue siéndolo, si bien es cierto que el empresario tendrá que reconocer que no son "cuatro y un tambor" como acostumbra a decir y es que a la protesta de este domingo asistieron bastantes más aficionados que a las anteriores.
"No tenemos miedo a lo que puede pasar si se va, porque ya no podemos ir a peor"
"El Hércules se hace cada vez más pequeño por la nefasta gestión de su propietario. Un equipo arruinado, embargado, sin estadio, sin un miserablemente campo de entrenamiento y una afición que merma cada día más (...) Vicente Pastor llevó al Hércules a Primera de la nada. Ortiz lo ha llevado de Primera a la nada. No tenemos miedo a lo que puede pasar si se va, porque ya no podemos ir a peor (...) Ha pedido usted ayuda para recuperar el prestigio perdido y nosotros le aconsejamos que para conseguir eso lo mejor es que se vaya", decía Fernando Paterna, el aficionado más veterano de los tres que se encargaron de leer unos discursos que los asistentes interrumpían con cánticos como el de "venimos a recoger las llaves" o "fuera la familia Ortiz del Hércules". La ex jugadora del Hércules Femenino Andrea Piñero y el joven aficionado Pablo Sainz siguieron a Paterna en unos discursos en los que también se aludió a los políticos (momento en el que afloraron los pitos) con afirmaciones como "los políticos llegáis 20 años tarde, pero bienvenidos (...) tienen la oportunidad de que sus nietos les recuerden como los que salvaron al Hércules" y también a aquellos que pudieran tener interés en adquirir el club con un "cuánto bien hubiese hecho a esta manifestación conocer sus intenciones".
Desde la organización (la protesta estaba convocada por Unidad Herculana, con el apoyo de la Asociación Herculanos y otros colectivos de aficionados) declinaron hacer manifestaciones, más allá de mostrar su satisfacción con la respuesta y apuntar a la citada asistencia de 2.000 manifestantes (que contradecía el dato oficial de 700).