ALICANTE. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sigue sin dar traslado del ya famoso protocolo anti-Covid "reforzado" a clubes y territoriales.
Lo fácil es pensar que en Las Rozas están muy ocupados estos días con los fastos de la 'coronación' de Luis Rubiales como nuevo presidente, pero la realidad es que el citado protocolo todavía no cuenta con el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD). Es decir, que la RFEF anunció hace ya ocho días que aplicaría un protocolo más estricto que el consensuado por gobierno central (no obstante la incompetencia manifiesta del CSD) y las Comunidades Autónomas (CCAA) sin contar con el visto bueno del organismo que (todavía) preside Irene Lozano.
En la nueva normalidad son las CCAA las competentes para decidir si puede o no haber público en los estadios (salvo que se trate de partidos de fútbol de Primera y Segunda División A o encuentros de baloncesto de la Liga ACB, pues los gobiernos autonómicos aceptaron en primavera que en esos casos fuera el central el que decidiera), pero desde el Consell advierten que si la RFEF, como organizadora de la competición, establece unas reglas concretas para garantizar la equidad e integridad de la misma, estas se habrán de respetar y podría ocurrir que en lo referente a la asistencia de público se muestre más exigente que lo es a día de hoy la Generalitat Valenciana: esta permite disponer de hasta un 75% del aforo ordinario de un estadio (cumpliendo toda una serie de requisitos y siempre requiriendo autorización previa a partir de 400 espectadores).
En la nota de prensa en la que anunciaba el protocolo reforzado, la RFEF hablaba de "presencia limitada de público" sin entrar en más detalles, por lo que mientras no se conozca el contenido de ese protocolo continuará el desbarajuste. Una situación que se mantiene en una semana en la que, por ejemplo, el Hércules tiene previsto presentar su campaña de abonos 2020/21 toda vez que no renuncia a jugar con público en las gradas sus partidos en el estadio José Rico Pérez.