ALICANTE. Las obras de los primeros residenciales lanzados en el sector de Nou Nazareth en Sant Joan d'Alacant, el gran PAI en desarrollo en el área metropolitana de Alicante, avanzan a buen ritmo, y se calcula que algo más de 250 viviendas de las 900 proyectadas en el sector estarán terminadas y listas para entregar a finales de este año. Sin embargo, eso no significa que sus nuevos propietarios vayan a poder entrar a vivir: los retrasos en la urbanización del barrio, a cargo de la empresa pública Personas y Ciudad SA (Pycsa), impedirán que las viviendas terminadas obtengan la cédula de habitabilidad y, por tanto, que puedan entregarse.
Como ha contado Alicante Plaza, en Nou Nazareth las promociones pudieron simultanearse con la urbanización de la zona, aprovechando la nueva legislación autonómica y el hecho de que muchas licencias ya estaban concedidas antes de que a comienzos de 2021 se aprobase definitivamente la urbanización. Y resulta que las promotoras privadas han corrido bastante más que la empresa pública que urbaniza el PAI. Se calcula que a finales de este año, entre octubre y diciembre, se habrán terminado 261 viviendas, pero el grado de ejecución de la urbanización ronda en estos momentos el 30%.
Así las cosas, los propietarios de esas 261 viviendas (de las que casi un centenar corresponden a la promoción de VPO de Solpriga) no podrán comenzar a residir en ellas este año pese a que estén finalizadas. Fundamentalmente, porque aunque parece que las obras de Pycsa podrían finalizarse también alrededor del mes de diciembre, quedará pendiente un aspecto clave: el suministro eléctrico. En concreto, la nueva infraestructura para conectar el sector con la 'Línea Cantalar', que depende de Iberdrola.
Fuentes municipales consultadas por este diario defienden que precisamente la pelota está en el tejado de Iberdrola, y que Pycsa lleva varios meses esperando respuesta de la eléctrica para poder avanzar en las obras de urbanización, que dependen de dicha infraestructura. La empresa pública del Ayuntamiento debía haber presentado el proyecto modificado con las nuevas potencias solicitadas por los promotores en enero de 2021 (la adjudicación de las obras se aprobó en febrero), pero finalmente la documentación llegó en diciembre, casi un año después. Ahora mismo, los proyectos están pendientes de aprobación en Industria.
En este escenario, es materialmente imposible que las viviendas que se terminarán entre este otoño y este invierno puedan entregarse cuando estaba previsto, de forma que la entrada de sus nuevos propietarios queda en el aire y sin fecha clara. Las fuentes consultadas por este diario señalan que la mayoría de esos 261 inmuebles están ya vendidos, y además hay otras 277 viviendas en construcción y comercialización en estos momentos, que se enfrentan a la misma incertidumbre. Los promotores han venido advirtiendo periódicamente a Pycsa del perjuicio económico y personal que puede ocasionar este retraso, pero consideran que la actitud municipal ha sido "pasiva".
La situación, aunque ahora dependa de Iberdrola, no es nueva. Originalmente las obras de urbanización, adjudicadas a CHM por 3,85 millones de euros, debían haber comenzado en mayo de 2020, pero la adjudicación se formalizó un año después, en mayo de 2021. A ese año de retraso en el arranque se suma que el plazo de ejecución también se ha incumplido: era de 12 meses y ya van 14, y sin visos de terminar pronto. A julio de 2022, las buenas palabras de Pycsa para intentar acelerar los trámites con Iberdrola e Industria se han quedado en eso. Y para colmo, el pasado mayo el exgerente de Pycsa Rafel Eloy Montero fue nombrado director de la EVhA y no ha sido sustituido, aunque esta circunstancia no esté directamente relacionada con el retraso.
Fuentes cercanas al sector lamentan que "parece que a Pycsa y al Ayuntamiento les da igual los ciudadanos, están incumpliendo todos los plazos desde el principio y el ámbito apenas ha avanzado en los últimos meses". Estas fuentes consideran más sangrante la situación porque un centenar de las viviendas son protegidas, "es incomprensible que se estén olvidando de las familias y no gestionen algo tan básico como la luz en las viviendas, clama al cielo". En este sentido, algunas de las familias "llevan meses y años pagando la entrada de esta vivienda y al mismo tiempo un alquiler, no pueden seguir pagando ambas".
Nou Nazareth ocupa una superficie de 405.000 metros cuadrados, en torno al 50% de suelo público con importantes zonas verdes y un 50% privado para uso residencial y terciario. El sector albergará unas 900 viviendas unifamiliares y plurifamiliares, una tercera parte de las cuales son protegidas. Los propietarios del suelo (Metrovacesa, Realia, Aedas Homes, Altamira, Cívica o Solpriga, entre otros) están pagando sin retrasos las obras de urbanización, y tienen más de 400 viviendas en construcción en estos momentos, por las que el Ayuntamiento ya ha ingresado 1,5 millones de euros en concepto de ICIO y tasas de las obras.