VALÈNCIA (EFE). La multinacional Grifols, un gigante del plasma que está en el ojo del huracán por las denuncias de ocultación de deuda hechas por la firma bajista Gotham City Research, afronta la mayor crisis bursátil de su historia. Estos son algunos de los personajes clave de esta crisis:
Glanzmann, nacido en Estocolmo (Suecia) en 1958 pero con nacionalidad suiza, es un veterano ejecutivo de la industria farmacéutica que lleva las riendas de Grifols desde la primera mitad del año pasado, ya que en febrero de 2023 fue nombrado presidente ejecutivo, tras la dimisión de Steven F. Mayer por motivos de salud.
En mayo Glanzmann concentró todo el poder ejecutivo de la multinacional al ser nombrado también consejero delegado, y desde entonces ha tratado de enderezar el rumbo de Grifols continuando con el plan de reducción de costes y de desinversiones activado en febrero.
Al asumir el cargo de primer ejecutivo, Glanzmann, que ha ejercido cargos directivos en empresas farmacéuticas como Baxter y en la firma sueca de tecnología médica Gambro, se convirtió en el primer directivo ajeno a la familia fundadora en ocupar esta responsabilidad.
Bajo el mando de Glanzmann, que conoce bien Grifols, porque es miembro del consejo de la multinacional desde 2006, la compañía consiguió remontar en bolsa en la segunda mitad de 2023, una escalada que acabó con el anuncio de la venta del 20 % de Shanghai Raas a Haier, con la que Grifols superó los 15 euros.
Sin embargo, el informe de Gotham City Research desplomó en bolsa a la compañía y desacreditó su independencia como directivo: "Glanzmann es un Grifols en todo menos en el nombre (...) No es nuevo ni independiente", decía respecto a Glanzmann, que conoció a Víctor Grífols Roura en los años noventa.
El histórico Víctor Grífols Roura (Barcelona, 1950), actual presidente de honor de la compañía, es el artífice del crecimiento de Grifols, a la que llevó a cotizar en bolsa y a convertirse en un gigante de los hemoderivados con fuerte presencia en EEUU.
Arrancó su trayectoria en Grífols en 1973 como director de exportaciones, luego se hizo cargo de las ventas y en 1987 sucedió a su padre, Víctor Grífols Lucas, y se convirtió en consejero delegado de Grifols.
Tras un primer intento fallido de salida a bolsa en 2004, la llevó a dar finalmente el salto al parqué en 2006, y en 2010 Víctor Grífols Roura y su equipo de confianza llevaron a cabo una atrevida operación, la compra de la estadounidense Talecris, que por entonces era una compañía más grande que ellos (Grifols facturaba 913 millones de euros y Talecris unos 1.533 millones de euros).
Esa operación supuso convertir a Grifols en un actor global del plasma, pero también disparó su endeudamiento notablemente, un apalancamiento que ahora sigue siendo el lastre principal de la compañía.
Víctor Grífols Roura, que dejó en diciembre el consejo de Grifols, tras cuatro décadas en la empresa, es un ejecutivo carismático, que habla sin pelos en la lengua y que en ocasiones ha generado polémica al defender abiertamente las donaciones remuneradas de plasma en España como forma incluso de permitir unos ingresos extra a personas que lo necesiten, como los desempleados.
En la última década fue capaz de catapultar el valor en bolsa, un ascenso meteórico que él comparaba a veces en las Juntas Generales de Accionistas con el de Inditex, pero al mismo tiempo ha diseñado, junto al responsable financiero de Grifols, Alfredo Arroyo, y personas de su confianza, como Tomàs Dagà, del bufete Orborne Clarke, de la compleja arquitectura fiscal y de deuda de la multinacional.
Raimon Grífols Roura, de 60 años, y Víctor Grífols Deu, de 47 años, son otros de los protagonistas de esta complicada crisis. Son, respectivamente, hermano e hijo del presidente de honor de la compañía, Víctor Grífols Roura.
Víctor Grífols Roura pretendía una transición tranquila y en 2017, cuando tenía 67 años -a la misma edad que su padre le cedió el mando de la compañía-, nombró consejeros delegados solidarios a ambos, un cargo que ejercieron hasta mayo de 2023, cuando ocuparon otros cargos directos.
En algún acto público Víctor Grífols Roura ha comentado que el sucesor natural de la compañía es su hijo Víctor Grífols Deu. Desde que entró en Grifols, Víctor Grífols Deu ha trabajado en diversas áreas de la compañía, para lograr una visión global.
Sus arranques en la primera línea de mando fueron tranquilos, e incluso en aquella época Grifols se comprometía con causas de solidaridad empresarial, como cuando salió al rescate de Aigües de Vilajuïga, una histórica compañía gerundense en apuros.
Víctor Grífols Deu vio en un informativo que la empresa estaba en una situación muy delicada y decidió adquirirla. Grifols destinó 5,5 millones a construir una planta embotelladora de agua mineral.
Los co-consejeros delegados han llevado a cabo también grandes operaciones en su etapa al mando de Grifols, como la adquisición de un 26 % de la china Shanghai Raas, o de la alemana Biotest, unos movimientos que elevaron nuevamente la deuda de Grifols, pero todo cambió con la pandemia.
La covid desplomó el abastecimiento de plasma de Grifols y ambos directivos se lanzaron a compras de centros de plasma de otras empresas para compensar la caída, y eso contribuyó a endeudar aún más a Grifols, una bola de deuda que la ha puesto en el ojo del huracán.
La misión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es supervisar e inspeccionar los mercados de valores españoles y la actividad de sus intervinientes, como las empresas que cotizan en bolsa. Su presidente, Rodrigo Buenaventura, tras conocerse el informe de Gotham City Research sobre Grifols aseguró que el organismo "ejercerá sus competencias para aclarar la situación".
"No tiene sentido poner en duda la información publicada ni ignorarla", añadió el presidente de la CNMV, que ha solicitado información a la compañía sobre las acusaciones realizadas en el documento.
En la conferencia de analistas realizada el jueves, Grifols confirmó que el regulador les dio un plazo de diez días para que faciliten la información solicitada tras la publicación del documento del fondo bajista en el que cuestionaba las prácticas contables de la empresa y aseguraba que sus acciones carecían de valor.
Poco se sabe de Daniel Yu, el misterioso personaje que se esconde detrás de Gotham City Research, la firma bajista de análisis que, inspirada en la metrópolis donde Batman juraba venganza contra los criminales, pretende representar el papel de "justiciero" destapando presuntas irregularidades empresariales.
Aparte de su educación en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y su trabajo previo como analista de fondos de cobertura, es bastante desconocida la vida de este analista estadounidense de origen asiático que ha saltado de nuevo a la palestra tras poner a Grifols en el centro de la diana.
Haciendo de la venta en corto una seña de identidad, Daniel Yu ha declarado la guerra a varias empresas desde la creación de su firma en 2012, algunas de las cuales con un resultado letal y todas ellas han sido víctimas de un desplome bursátil.
Según la escasa información que se ha podido recabar en estos años de esta controvertida figura, fueron las pérdidas que sufrió durante la crisis financiera de las hipotecas subprime, que se extendió inicialmente por los mercados financieros de Estados Unidos y que rápidamente se contagió a medio mundo, las que le hicieron decidirse a fundar Gotham City Research.
Analista de fondos de cobertura antes de fundar Gotham, dicen los que le conocen que este prodigio de las matemáticas se ha marcado como misión combatir el fraude como lo haría este superhéroe de cómic, del que es fiel seguidor, dadas las limitaciones de recursos y personal que tienen las autoridades en la materia.