ELCHE. Dentro de los presupuestos de 2025 para el Baix Vinalopó de la Generalitat Valenciana, y en general, un proyecto del que hace tiempo que no hay novedades, es el del desdoble de la carretera Elche-Santa Pola, la CV-865. Un proyecto a lo largo de más de 11 kilómetros que aunque se fraccionó para no obstaculizar todo el tráfico, se iba haciendo religiosamente año a año; tramo a tramo. Sin embargo, desde hace un par de años no hay novedades. Según confirman desde la conselleria de Infraestructuras, aún está inmersa en un proceso de expropiaciones de terreno del tramo que toca desdoblar. Por lo que hasta que no finalicen, no habrá más obra, aunque desde la conselleria apuntan a que están "acabando de gestionar el proceso".
El tramo en cuestión es el del punto kilométrico 3+600 al 5+500. Fue adjudicado en 2023 a Pavasal por 3,8 millones, quien se ha estado encargando de todos los tramos realizados hasta ahora. Sin embargo, a pesar de ese trámite, las enajenaciones han paralizado la actuación, según la Generalitat, y ya van dos años. Un procedimiento también farragoso dentro del Urbanismo, aunque según señalan fuentes de la conselleria, para agilizar este y otros procesos de expropiación se ha destinado más personal para la tramitación de expedientes. Asimismo, mientras que una vez se pueda disponer de los terrenos, "el inicio de las obras será inmediato". En este tramo, al menos cifrado con valoraciones prepandemia, es donde estaba la expropiación más cara, de 197.000 euros.
Medio millón de expropiaciones
Paralelamente, en cualquier caso, desde Infraestructuras aseveran que como se había venido haciendo hasta ahora, mientras se ejecuta un tramo, se prepara el siguiente a nivel administrativo, lo que había permtido hasta esta parálisis —excluyendo las de verano para no entorpecer el tráfico— mantener una regularidad en las obras, se prevé licitar otro tramo cuyo proyecto ya está supervisado. Aunque sin plazos. De hecho, no hay consignación en las cuentas de este año. No obstante, después de esas obras, quedarían dos licitaciones más, la última, en la parte ilicitana más cercana al casco urbano, cuyo problema de inundaciones lo hace la más compleja. Con todo, los plazos como es evidente, ya se van. En ese 2023, aún época del Botànic, se planteaba una ejecución ese mismo año y otra en 2024.
Por otra parte, según se cifró en 2019, en total las expropiaciones iban a ser de 532.600 euros para todo el desdoble, con un desdoble global que se estimaba en torno a 11 millones de euros.