ELCHE. Sindicatos y patronal del calzado siguen sin llegar a un acuerdo en las negociaciones abiertas de cara al nuevo convenio colectivo, toda vez que el actual caducó el pasado 31 de diciembre. Aunque los representantes de los trabajadores pusieron sobre la mesa distintas reivindicaciones el mes pasado en torno a aspectos como una flexibilidad que tildan de "innecesaria", o sus horarios, el principal desencuentro entre ambas partes es el de la subida salarial y su actualización para combatir los efectos de la inflación.
Ambas partes se reunieron este martes en Madrid, CCOO y UGT por parte de los sindicatos, y Avecal, AEC (Asociación Española de Componentes para el Calzado), Fice (Federación de Industrias del Calzado de España), así como representantes del sector de comunidades con industria como La Rioja. Sin embargo, no ha habido novedades después de la convocatoria organizada por CCOO en la sede de Avecal, protestando "ante la falta de estabilidad económica de los trabajadores del sector", en la que exigían una subida salarial acorde a la inflación, reducir la jornada laboral anual, establecida ahora en 1.788 horas, así como eliminar la "flexibilidad innecesaria" que denuncian, además de mejorar el plus de distancia, aumentar la cobertura en accidentes de trabajo y adaptar a la legislación la redacción de los contratos fijos discontinuos.
Una protesta que no ha sentado bien en la patronal y con la que no ha habido avances tras la misma. Aunque se han encomendado a una reunión el próximo 17 de noviembre para intentar desatascar la situación. De lo contrario, los sindicatos mantienen convocada una huelga para el próximo 1 de diciembre. Varios días depsués de la concentración, Avecal propuso una subida salarial total del 11,5% para los trabajadores durante los próximos cuatro años del nuevo convenio. Se trataría de una subida del 4% desde el 1 de julio para 2022, un aumento del 3% para 2023, de un 2,5% para 2024 y de un 2% más para 2025, un último aumento que sería revisado en función del IPC real al finalizar la vigencia, topada al 2% o la misma propuesta situando la subida para 2022 en un 2,5% desde el 1 de enero.
Sin embargo, desde los sindicatos defienden que debería ser superior a ese 11,5%: subir el tope para evitar que si el contexto económico sigue profundizando esa inestabilidad, no se pierda poder adquisitivo. Creen que la revisión anual ha de actualizarse a la inflación porque este año ha estado por ejemplo en más del 7%, por lo que con una subida salarial que no llegue a igualarse al IPC seguirá suponiendo perder nivel adquisitivo. En su comunicado previo a la manifestación ponían de relieve que "no puede ser que fabriquemos calzado carísimo y tengamos sueldos casi mileuristas", apuntaban. Tras la misma, la patronal les emplazó a la mesa de negociación de la que aseveran que no se han levantado y tienen voluntad de seguir intentando llegar a un acuerdo. El próximo 17 de noviembre, otro intento con la convocatoria de huelga en el retrovisor.